03 noviembre, 2008

ORLANDO (el de Florida): TRANCO II



Pues aquí llego, amigos. Con retraso pero prometiendo mucha más constancia esta vez (y una promesa aquí es sagrada, ya deberíais saberlo y, por ello, no creerlo).

Hoy voy a hablar de Orlando generalmente, sin pasar a los parques. Orlando ciudad/pueblo, por así decirlo. Una vez os cuente esto, cada vez que actualice trataré un parque o una zona de ocio con profundidad. Intentaré haceros una review detalladísima, atracción por atracción o tienda por tienda, de cada cosa. Haré lo que pueda, pero cuando lo haga intentaré hacerlo bien.



Pasamos ahora a la Orlandada, empezando por el condenado aeropuerto. Desde ahí no puedes hacerte una idea de lo que te vas a encontrar porque aquello ya empieza a ser mayestático. Porque sí, amigos, en el aeropuerto empieza la diversión. Allí tenemos TODAS las tiendas de TODOS LOS parques con precios ya cambiados al dólar y sin tasa. Las tiendas tienen todo lo que os podáis imaginar (y más) de los parques en cuestión y uno ya se empieza a poner nervioso. Corrí a cada una como un niño mierdero.

Pero es que Orlando no cuida sólo sus focos de atención. El mismo túnel que te lleva de una terminal a otra tiene un diseño futurista muy Disney, con pequeñas lucecitas rojas. El techo del aeropuerto es un techo visto realmente excitante y lo pequeñito y ordenado del lugar nos deja ya un poco extasiados para lo que estamos acostumbrados.



Pero luego sales y te desconciertas. Por un lado, tenemos el pequeño Orlando CON EDIFICIOS GIGANTES donde amasar fortunas. Recordemos que es una zona rica de Florida, donde hay empresas tan sumamente globales como los Orlando Magic. Allí vas con el coche sintiéndote una mierda y viendo edificios cuyas cimas se follan a las nubes, pero tampoco hay mucho más de especial.

Y luego pasas a Orlando villa y no entiendes nada. Ni de ello ni de sus pueblos colindantes. Porque, agárrense caballeros, básicamente Orlando y sus zonas cercanas son UNA SOLA CALLE ETERNA. En Orlando, la famosa y mítica "International Drive", kilométrica como ella sola. Y de repente, empieza el show: calles con todo casas bajas, la mayoría comerciales. Gentes con el cine en vena, parkings que nunca pueden llenarse. Y actorazos..., el mejor camarero con su pose parecerá que está recogiendo el Óscar. Un concepto de la educación y la familia envidiable..., la pareja que menos hijos tiene son tres y raro es el que no está riendo. Gente toda muy enérgica (hasta los muchos gordos) y extremadamente educada..., me quedo más con la visión de Spielberg que la de American Beauty, que será minoría (por lo menos a la vista, que también cuenta para el turista). Mogollón de restaurantes con espectáculos de locos (atención al Arabian Nights, que es tan famoso que da nombre a una calle. Cena con espectáculo de caballos y acróbatas). Mogollón de tiendas oficiales y no oficiales, parques y minigolfs que parecen el parque de atracciones de Madrid. Impresionantes sitios de ocio..., se dice que si se viera todo el ocio de Orlando, despacito, se tardarían ocho meses. Está el museo de Kennedy, donde tienen todo lo que puedas imaginarte de la NASA, incluidos simuladores realmente locos y visitas a los cohetes. Joder, tantas y tantas cosas...



También tenéis allí una casa al revés. Sí, oís bien, vas andando y te encuentras una casa gigante al revés, empotrada en el suelo. Se trata un museo de cosas increíbles..., hay hasta momias u hombres más altos del mundo. Hay varios por el globo, son una pequeña y loca franquicia.

O vas con el coche y te encuentras una casa ENTERRADA EN EL SUELO. Dentro, el sitio recreativo más gigante que os podáis imaginar. Hay tanto que ASUSTA. Todo tiene un aire muy acusado de fealdad arquitectónica y cartón piedra..., pero qué es el cine sino eso..., y a qué vas allí, sino es a sentirte en un plato.



Mucho motel a lo Norman Bates barato..., o mucho hotel horterísima pero donde te miman mucho. También muchas recreaciones (cuando yo fui estaban haciendo un hotel al estilo romano, impresionante). Pero lo mejor de todo, la meca, son los parques de atracciones. Y es que el sitio más turístico del mundo cuida todo en base a eso que da gusto. Si bien se pueden ver varios anuncios surrealistas de abogados anunciándose (dejando el teléfono), lo que prima allí son los parques. Porque hablamos de un sitio donde ANUNCIAN POR LA CALLE LAS ATRACCIONES. No parques, atracciones. Porque, sí, cada atracción es un proyecto gigante. Y lo merece y te lo da. Vas por la autopista y de repente te encuentras una publicidad GIGANTE de una atracción totémica. Casi nos matamos de los varios gritos que le di a mi mujer en el oído..., era el viaje de mi puñetera vida, joder..., y estaba cumpliendo en tan sólo unos minutos.

Y parques naturales a cientos, leñe. Ríete del retiro. Cada parque y lago con un nombre..., y varios flamencos rosas por la calle, andando como los peatones.



Y ni rastro de delincuencia..., por el contrario las gentes son muy tranquilas. Allí hay mucha mítica viendo el Wendy's y mierdas entrañables así. Quien va allí se sentirá transportado del todo a sus pelis preferidas de pueblecitos. Casitas con sus jardines, triciclos al pedo y demás etcétera hacían pensar que iba a ser un viaje insuperable.



Y ahora pasamos a las tiendas y el cambio al dólar. Tienes que cortarte, tienes que hacerlo..., porque hablamos de comprarte unas reebok de última generación y no disponibles en España por 20 euros, una camisa Ralph Lauren por 10 y una camiseta Burberry's por 8. Llené dos maletas y tuve que cortarme. Sí, amigos, los famosos OUTLETS..., templos deliciosos del consumismo donde tienen lo mejor al mejor precio. Cada nave de una marca. Me volví absolutamente quebrado. Pero todo así..., no sólo ropa. Todo lo que podáis imaginar. Aunque ya sólo fuera por comprar, el viaje merece la pena.



Pero no nos engañemos, no..., a cada esquina de la calle, viendo el pueblo, se ven en el horizonte muchas atracciones, a contraluz. Aún no se muestran pero se intuyen..., y ya sabemos a lo que hemos venido..., aunque en un segundo viaje, quedándote fuera de los parques..., la impresión puede ser no menos maravillosa.



En siguientes entradas me meto al tajo, a parque o zona de compras por entrada. Se dirá tanto, faltará otro tanto y se hará tan poca justicia que me escuece, pero menos es nada...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas

Le he leído con paciencia y me ha parecido que ORLANDO tiene su encanto (ya le dije que no es de mis destinos preferidos a priori).

Me ha hecho mucha gracia lo de los flamencos rosas paseando jajajaja!!!

Escriba más, no sea vago...

Abrazo.