07 abril, 2008

HAYAO MIYAZAKI: la épica de lo natural (I)


Japón es un país de contrastes, donde tienen lugar tanto la tradición más arraigada como el más fiero sistema capitalista. En el cine esto también ocurre: tras la posguerra, la tradición propia se homologa con los códigos del cine internacional, y concretamente norteamericano. Esto se debe a que a pesar de que el país del sol naciente posee una cultura autosuficiente y única, es extremadamente mimético, y copia (y asimila) todo aquello que le gusta. Asimismo, es característica de la tradición japonesa la mezcla de refinamiento y barbarie mediante la estetización de la crueldad. El origen de estos contrastes dispares puede deberse a que Japón es la única potencia capitalista del mundo actual que nunca ha conocido una verdadera revolución burguesa, al pasar del feudalismo y del imperialismo a la edad moderna, sin etapas intermedias.

Esta condición de Japón como país de contrastes se verá reflejada en el cine, tanto a nivel formal como a nivel temático. A nivel formal el cine japonés tiene preferencia por el signo como transcriptor narrativo, y este como sintagma del rito, que a su vez es contemplado de una forma estética, presentacional; y a nivel temático existe tendencia a la mezcla de elementos occidentales y orientales, así lo demuestran géneros como el anime, y autores como Takeshi Miike ("Audition", "Full Metal Yakuza") o el propio Hayao Miyazaki.


Este gusto por el signo y la asimilación de códigos de representación del cine norteamericano se aliaron ya en el pasado para dar respuesta a algunos de los miedos postatómicos que obsesionaban a los ciudadanos nipones en los años 50. Así surgió Godzilla, como un monstruoso símbolo que encarnaba aquellos temores en el soporte de un género, el de catástrofes, muy próximo al que se encontraba en boga en aquellos años (a partir principalmente del estreno de "El coloso en llamas"). Este temor era muy parecido al que vivían los norteamericanos durante la guerra fría con la paranoia anticomunista, y que también tiene su trasunto cinematográfico, como es "La invasión de los ladrones de cuerpos" (Don Siegel, 1956).

La intranquilidad nipona se va a heredar de generación en generación, y así en los años 90 los protagonistas se convertirían en mutantes que viven en un NeoTokyo devastado, pero futurista, con robots adiestrados para destruir. Miyazaki retrata esa angustia actualizada en el pánico a la destrucción de la naturaleza. Para ello usa a seres naturales, en concreto humanos, que se dedican a destrozar todo y que convierten una naturaleza sana, en una contaminada, corrompida, que termina volviéndose en contra del hombre para proteger lo poco que queda intacto.

Esto se puede ver ya en una de sus primeras películas. Hablamos de "Nausicaa del Valle del Viento" (1984) donde Miyazaki nos presenta un mundo devastado tras un Apocalipsis medioambiental, cuyos restos reposan en un frágil equilibrio de tres bases: por una parte los humanos, que subsisten en microsociedades altamente contaminadas. Por otra parte, los insectos, que han evolucionado de una forma aberrante a gigantescas criaturas. Por último, las zonas contaminadas, cubiertas por esporas venenosas que convierten el aire en un gas letal.


En esta tesitura, el denominado Valle del Viento es una zona que por ubicación geográfica resulta inmune al desastre y que se vale de la energía eólica para desarrollarse (en clara referencia a energías renovables), muy al contrario que las otras sociedades humanas, cuyos habitantes han de vivir con máscaras de gas, y que por este estado han generado un gran resentimiento. Este resentimiento se traduce en el deseo común de destruir todo y empezar de nuevo, algo que sin embargo rompería definitivamente ese frágil estado de equilibrio en el que ha quedado la naturaleza, ocasionando el definitivo fin del mundo.

Nausicaa, la princesa de este Valle y protagonista del filme, no se da por vencida, estudia el medio en el que vive, escucha a la naturaleza, y descubre que bajo la zona contaminada existe una tierra sana y un aire puro. Este lugar ha sido creado gracias al sacrificio de los árboles que regeneran la tierra absorbiendo la contaminación de la superficie. Con esto Miyazaki aclara que la naturaleza tiene sus propias formas de protección, de supervivencia en las peores situaciones.


Nausicaa cuenta con un claro componente mesiánico: tiene el poder de amansar a las fieras, en un paralelismo con el mito japonés de la niña que podía hablar con los insectos (y que Dario Argento recoge en el argumento de su filme "Phenomena"). Es la representación más clara del líder pacifista (no se perdona haber reaccionado de forma violenta ante aquellos que han matado a su propio padre) con ciertas resonancias crísticas, como subrayan su muerte y resurrección finales que posibilitarán la salvación del mundo. En definitiva, supone la prueba fehaciente de que en la juventud reside el germen del cambio.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un tema interesante, de los que a mí me gustan.. Después de tanto autobombo y críticas internas, se agradece. Que ya parece esto una web entre colegas y para colegas, y no, nooo no nononono, no..
Por cierto, busco los comics de Nausicaä, quien los tenga, comuníquese conmigo!

Anónimo dijo...

Curiosamente, alguna de las constantes que definen estas primeras obras de Miyazaki (ambiente apocalíptico, adolescentes redentores, salvadores mesiánicos a lo Juana de Arco, enfrentamiento entre la sociedad naturalista y la tecnificada) las hereda el propio cineasta japonés de la serie "Conan. El niño del futuro", que el mismo escribió y dirigió para la Toei en 1978, y que a su vez estaba basada en la novela de Alexander Key "La marea increíble".

La referencia occidental es clara (alcanzaría su cénit en Porco Rosso) y (de)muestra el carácter universal de la obra de Miyazaki.

Personalmente, considero Nausicaa una de las mejores cintas de animación de todos los tiempos.

Anónimo dijo...

este articulo esta lleno de errores y es un cortapega de otro que hay por la red

Yanagi dijo...

Muchas gracias Fran, es sólo la primera parte, habrá más.

Otra cosa los comics de Nausicaa los puedes encontrar en Nostromo, una tienda de comics de Sevilla. Imagino que si vives en Madrid también, ya que han vuelto a edirtarlos todos.

M.C. Gálvez

Anónimo dijo...

No, soy gallego. Por aquí los tengo visto en tiendas de comics, pero los quería más baratos.
Lo que pasa es que me enteré que hay una colección de lujo, en Japón, de todo Nausicaa en dos volumenes y revisados y mejorados por Miyazaki, así que.. casi prefiero ese.. aunque esté en japonés, total yo sólo veo los dibujos aunque esté en castellano.
Si alguien tienes esos comics y los vende.. o si los puede conseguir.. doy 70 Euros por ellos.
Saludo!