Normalmente, entre corto y corto que hago suele pasar demasiado tiempo. No, no soy prolífico, aunque siempre le estoy dando al coco. Pero con todo y con eso, algo pasa.
Soy de la quinta esa de planearlo todo mucho, quizá demasiado, ya me gustaría a veces ser a mí de otra forma, pero hasta para los spots del festival Escorto estuve elaborando el trabajo unos meses, en vez de unos días…Pero con todo y con eso, algo pasa.
Lo bueno de esto es que, si todo más o menos va bien, sueles quedar contento con lo que ves u oyes, aunque también es cierto que a veces tienes que tirar de un equipo de personas que les crispa tu lentitud o tu mimo (o tu necesaria enfermedad, sí), sobre todo las que no son autoexigentes consigo mismo y eres tú quien tienes que forzar la situación. Aunque bueno, cuando el director se explica y el que oye tiene profesión no suele haber ningún problema. Pero con todo y con eso, algo pasa.
Hace tiempo que tengo financiación para dos cortos en fotoquímico (uno de 3’ que iba a ser para el notodo sin estos retrasos (“11”) y otro de 15’ que trata de ser un previo al largo: “Los Simón”) y no hago más que retrasar el asunto poniendo días de por medio. Hay que joderse, tener en tus manos cosas por las que otros matarían y uno aburguesándose..., con la casa ya casi entregada, la boda a la vista y demás zarandajas…¿se pierde pasión? No sé, a mí la pasión me hierve cuando ando creando (que dicen), y en los spots de Escorto o en el festival mismo la tenía. ¿Entonces, entonces qué? ¿Miedo escénico? No sé, no hacía más que buscar una respuesta y, sobre todo, una solución. ¿Quizá el trabajo del pan Bimbo te apoltrona? No hombre, ese va mejor que nunca…¿entonces, entonces qué?
Lo de la morada o el bodorrio no me vale, ya que la máxima afectada en aguantarme, mi señora novia, no hace más que apoyarme, animarme y cagarse en mi condición fétida. De hecho, debo ser uno de los únicos cortometrajistas con estas favorables situaciones , pero sin dientes para morder el caramelo. No hay más que leer el tagline de nuestro header, ése que tenéis arriba. Pero no, esto tampoco cuadra. Me pasó lo mismo, en menor medida, en la etapa de Lenguas…, de hecho, el corto es totalmente autobiográfico con todos sus personajes, recoge un diálogo al inicio incluso sobre este asunto.
¿Seré un vago irredento? Hombre, la mayoría de los tíos lo somos pero a mí el cine me sigue moviendo mucho…lo que pasa es que ahora como que no salía, como que no. El otro día, charlando con uno de los psicólogos más peligrosos que tengo, Rodrigo Messenger, creo que saqué cuál era el problema. Mis amigos Álex Alonso y Juanjo Iglesias, talentosos ellos, me decían: ¿y si no es un estado mental, sino físico? Claro, los mamones habían visto lo mismo que todos ustedes en la instantánea robada que abre este artículo. Bueno, sí, ése es otro de mis males desde que conocí a mi amada y pasé al polvo fijo sin necesidad de seducción física y con “te quieros" de por medio, el comer como un auténtico cerdo y a todas horas.
Entonces, escuché a Juanjo y Álex (manda huevos que Ana, mi señora, lleve diciéndomelo 10 años y tire de una conversación de MSN para actuar), sí, les escuché (leí) y decidí castigarme físicamente para salir del atolladero, castigarme desde el punto del vista del guloso estado en el que me hallo, claro. Me informé por varios sitios, hablé con varios amigos y descubrí un médico privado cuyo nombre es absurdo soltar de momento, pero que si ustedes quieren se lo proporcionaré en el correo del blog. Les cuento El fulano tenía un boca-boca bastante escalofriante…, te hacía perder el peso más o menos rápido pero congruentemente y luego te quedabas con él dos años para cambiar el metabolismo y tener el estómago educado de por vida, en tu peso. Aseguraba que cuando te diera el alta aborrecerías las comidas pesadas e inadecuadas. El caso es que la gente que conozco y ha asistido me dice que es cierto, que es verdad, que no miente si le escuchas (si le pagas, vaya, que la fuerza de voluntad en estos casos principalmente se paga).
Eso sí, el castigo sería brutal, ya que en tres años me costaría el tratamiento unos 4000 euros, aunque dentro de uno (justo para mi boda) estaría en mi peso y todo ya llevaría tiempo yendo sobre ruedas. Sí, quizá sería la solución, "mens sana in corpore sano". No sé, el pasado miércoles 13 de noviembre dicho doctor me recetó, aparte de un régimen en el que te alimentas poco más que del aire, un montón de productos naturales (es homeópata) para tener todo el día el estómago sano y ocupado (sin hambre). Además, me clavó unos alfileres temporales en la oreja para quitar la ansiedad presionando ciertos puntos nerviosos y me grapó la derecha (como suena) durante un año, en otra de mis merecidas condenas. Anillo carcelario/matrimonial por grapa, vaya, pero se ve que ya siempre tendré el metal por bandera.
Bien, desde entonces he perdido 7 kilos, me voy sintiendo como un auténtico Dios (Kubrick), voy recuperando la chulería sana del creador y dejando cada vez más lejos los carísimos 115 kilos que se depositaron en aquella consulta.
Y sí, señores, ustedes serán testigos de mi evolución y de todo lo que acontezca desde ya, en regulares “Cerezadas”, porque con esta cuerda locura inauguro mi bitácora personal que ya se pedía a gritos. Será otro de los castigos a los que me expongo y, por supuesto, Cerezada gráfica cada tres semanas que pase por la báscula del buen doctor. Aquí tienen, 3 muestras de lo que les decía que no me son fácil poner por tratarse de deplorables instantáneas, pero que están en el programa de las humillaciones superadas y animosas. Sí, me verán conseguirlo, no puedo fallarles.
by Raúl Cerezo
Próximamente: Rodaje de MAKING UP, lo último de Aníbal Tártalo (el niño protagonista de El gran Zambini)
11 comentarios:
Bueno bueno, darte desde aquí ánimos (ya que seguir esas metodologías debe de ser muy duro) y sobre todo felicitarte porque hay que tener un par de huevos para atreverse a mostrarse así en la página.
Después de esto ya no sabrás que son las vergüenzas.
PD: Registra la idea a ver si se van a empezar a llenar los blogs de fotos de los creadores en calzonzillos.
Un abrazo.
Permitame decirle algo: usted es a la vergüenza lo que el Marqués de Sade a la moral.
Demonios!, y me llamaban a mi sincero...
Yo tengo una dejadez y unos calzoncillos iguales a los tuyos.
La solución a lo primero no es el físico sino el psíquico. Tienes que pasar un poco más de todo, si no te bloquearás. El resultado quedará peor, claro que sí, pero de la otra forma no habrá resultado.
Resumen, no existe la perfección objetiva, pero tampoco la subjetiva.
La culpa, a nuestro estado mental cambiante.
Be water my friend.
jajajajaj, ole tus cojones.
A ti te metia yo un par de horas al dia a surfear en aguas cantabricas. Te pondrias como una anguila. Tu problema no es la comida, es la inactividad y el medico ese te esta viendo la cara.
Te has olvidado de sacar los calcetines de dentro del gallumbo¡¡¡
jajaja :) te haces viejo tío...no te dejes influenciar por la sociedad, que es una puta mierda¡¡
Al: y lo que vendrá.
Juanjo: vaya semana brillante que llevas.
J.P. Bango: Y tienen razón.
me-manía: sí, estoy contigo. Pero hay que buscar alguna solución subjetiva, y esta es la mía.
Jim-box: SÍ, pero yo tengo que solucionar mi problema a lo urbanita, sin playas ni movilidad...y creo que vosotros lo viviréis. Tanto ello como la resurreción artística.
Jairo: No hay calcetín, pero créeme, tampoco hay gran paquete...¿lo viste en un panorámico? Y no, no es la sociedad, créeme que soy yo y mi trabajo...a mí la sociedad me la pela a media sangre.
A TODOS: Gracias.
Y cuando resucite, prometo hacerlo muy sonoramente pero, por supuesto, con dos "c" en su palabra.
Saludos.
PD: Es que si no corregía esa falta no quedaba a gusto. Me voy a acostar.
Pues tampoco te veo yo tan gordo.
De perfil casi no te veo, por que no intentas engordar más?
Te has puesto los gallumbos de los domingos.... donde estan esos calzones blancos a lo Homer con zurraspillas?.... venga Raul, ya que te muestras hazlo de verdad!....
Por cierto, en los cortos a concurso te has dejado el primero LA CUESTA.
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