22 enero, 2010

Epifanías de un profano (II)

Tercera epifanía: El cine no es arte

Perfecto, ahora sí que la estoy cagando, esta no es la conclusión a la que me guste llegar, pero ahí estaba yo, en el mismo momento en el que expreso mi amor por el cine, me encuentro leyendo al señor Foster Wallace y su artículo "Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer", y resulta que en un momento del mismo se habla de un anuncio de una linea de cruceros que fué publicado bajo el envoltorio de ensayo periodístico (y esto es así porque al preguntar al autor sobre ese artículo la respuesta fué: "me prostituí"), cosa que al señor Wallace no le gustó. Citaré textualmente las partes que me han hecho reflexionar más:

"En otras palabras, Cruceros Celebrity presenta la crónica que hizo Conroy de su crucero como si fuera un ensayo en lugar de un anuncio. Eso está muy mal. Y voy a explicar porqué está tan mal. No importa que les haga honor o no, se supone que la obligación fundamental de un ensayo tiene que ser para con el lector. El lector, aunque sea en un plano inconsciente, así lo cree y por eso suele abordar un ensayo con un nivel relativamente alto de franqueza y credulidad. Pero un anuncio es algo muy distinto. Los anuncios tienen ciertas obligaciones legales y formales de verdad, pero estas obligaciones son lo bastante relajadas como para permitir un amplio margen de maniobras retóricas a fin de cumplir la obligación principal del anuncio, que es servir a los intereses financieros del patrocinador. Todos los intentos que hace un anuncio de atraer la atención y el interés de sus lectores finalmente no redundan en beneficio de los lectores."
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"Por esta razón incluso un anuncio realmente bonito, ingenioso y convincente (y hay muchos) nunca puede ser arte: un anuncio no tiene status de regalo, es decir, nunca es para la persona a la que se dirige."
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"Un anuncio que finge ser arte es -en el mejor de los casos- como alguien que te sonríe con calidez solamente porque quiere conseguir algo de ti. Eso es deshonesto, pero lo más siniestro es el efecto acumulativo que semejante falta de honestidad tiene sobre nosotros: dado que ofrece un perfecto facsímil o simulacro de buena voluntad sin el espíritu real de la buena voluntad, confunde nuestras mentes y al final hace que subamos nuestras defensas incluso en casos de sonrisas genuinas y arte verdadero y buena voluntad verdadera."


He de suponer que soy el único ha sustituido la palabra anuncio por cine? ¿Este bastardo hijodep... sigue rompiendo mis esquemas incluso después de muerto? Y ni siquiera estoy leyendo sus libros en orden cronológico...

Es ahora cuando debo preguntarme: ¿Existe el cine honesto?

Si me pongo a la defensiva como vaticina Wallace tengo que pensar que no, cualquier cineasta acaba teniendo unos motivos egoístas para hacer cine, sean fama, dinero o mujeres... Incluso el cine llamado reivindicativo tiene de fondo un objetivo personal para que el autor siga pudiendo hacer películas reivindicativas y un aumento de ego si el mensaje cala en la gente. Si radicalizo más este pensamiento (única forma que yo considero correcta de llegar a una epifanía), llego a una conclusión todavía más bizarra. El único cine honesto es el blockbuster, ya que es el único que no esconde mensaje, es el que reconoce abiertamente que no quiere influir en ti, es el que abre los brazos y dice "me da igual que no pienses, sólo quiero tu dinero". Incluso puedo llevarlo a terreno personal y decir que cualquier persona que no acepte la filosofía blockbuster de cine sincero, es a su vez una persona no sincera y que lo hace por mantener una pose por querer aceptar ese cine con mensaje basado en principios menos sinceros que el otro...

Pensamiento en voz alta: ¿He repetido la palabra sincero demasiadas veces? ¿Considerará alguien esta y mis anteriores epifanías como sinceras cuando en realidad sólo quiero un reconocimiento que refuerce mi ego? ¿Soy un mentiroso intentando ser sincero?

Sin embargo algo no me cuadra... ¿Es posible que esta defensa inconsciente sobre el arte sea la que traduce la carencia de intenciones como honestidad? ¿Es posible que la gente se cierre ante el cine "con mensaje" porque considera deshonesto ofrecer un mensaje en algo que quiere quedarse tu dinero? ¿Es el cine "con mensaje" el equivalente de la publicidad disfrazada de ensayo?

No sé cual es el motivo de que se piense así, bueno, la teoría de Wallace me parece acertada, creo que se ve inconscientemente el acercamiento personal como algo falso porque el cine se considera, principalmente, un negocio, pero he visto suficientes películas en mi vida que ofrecen algo sincero para saber que el cine sí que goza de algo de honestidad. Debajo de la hipocresía de la fama y el dinero, incuso admitiendo que sea de forma secundaria, los autores de verdad siempre intentan decir algo, y cualquier intento de ofrecer una experiencia personal en una película, en mi opinión, acaba transformando ese pretexto económico en algo positivo. El autor que se precia ofrece su conocimiento. Y dado que en general uno sí que puede pensar con poco riesgo a equivocarse que casi todas las películas parten de un objetivo deshonesto como el dinero sólo me queda una conclusión, y es que es el resultado de la película lo importante (ya que si existe un elemento altruista en ella acabará por salir a la luz por el esfuerzo del autor) y no las intenciones de la misma (que, simplificando, son una mentira). Un buen autor acabará convirtiendo el objetivo comercial principal impuesto por el ansia de recuperar el dinero invertido en un objetivo propio personal de ofrecer una visión altruista de sus experiencias. Un buen autor intentará imponerse sobre el dinero... aunque no lo consiga, entonces, independientemente de que el cine sea considerado arte o negocio, debe ser el resultado final el que tiene que ofrecer algo, no las supuestas pretensiones.

Y si no se pueden conocer las intenciones de una película (porque incluso bajo confesión pueden ser mentira) ni puede juzgarse el mensaje de una película (porque la interpretación acaba siendo personal, véase la Epifanía número 2), no existe otra conclusión lógica para mi, y es que la mejor forma que veo de medir la calidad es por el resultado formal...

Incluso puedo ir más allá y explorar otra idea que a algunos seguro gusta menos, y es que un buen autor en definitiva (aparte de su capacidad para ofrecer ese resultado formal) es aquel que escribe cuando tiene algo que decir (algo que inconscientemente yo ya sabía), y no puedo pensar en nada más deshonesto que escribir cuando no quieres decir nada, así que huid del cine que sólo quiere vuestro dinero, huid del cine que afirma abiertamente que "no tiene mensaje, es sólo para divertir", porque ante esta confesión tan sincera, se encuentra el mensaje más hipócrita de todos, el haceros creer que le importáis cuando no es así.

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