13 enero, 2009

EL SEAWORLD DE ORLANDO II



Desde el mismísimo plano del parque ya se ve que Seaworld vende otra cosa. Dicho plano es austero, de papel cartón y con información bastante difusa y mal maquetada. Otra historia.

Siguiendo con lo de ayer, pasamos al Atlantis bayside stadium..., una espectacular grada que da al mismísimo lago para que disfrutemos el Bayside Ski Jam..., un espectáculo conducido siempre por grupos jóvenes funky conocidos (ignoro el nombre de los que me tocó, pero eran muy populacho) que trata de LOCURAS en motos acuáticas, saltos imposibles desde muchos metros y un festín genial de tropelías con especialistas. El público enloquecía constantemente y la grada, en genial previsión (porque llovió) tiene techo. La bandera USA al fondo...




Se puede ir, por puro completismo (como fui yo) a un espectáculo infantil en Seaport theater (donde vimos el espectáculo de mascotas), pero os aseguro que es de corte muy, muy púber (de hecho, es el que ha venido a España estos días. Parecido). Se trata de Elmo and Abby's Treasure Hunt y son poco más que bailes y cánticos demasiado sencillos. Los niños lo flipan, claro...

Luego está la zona Clydesdale Hamlet (donde dan exquisita cerveza fría gratis, cuanta quieras). Esta zona también tiene el Anheuser-Busch Hospitality Center, que es un sitio donde se reune el marketing de la zona. Se trata de un rancho gigante de caballos, donde por horas les puedes ver pasear incluso. Los animales son espectaculares y el rancho parece sacado de una Casa de la Pradera actualizada. Su paseo es exquisito, con lagos muy bellos alrededor.



Una cosa que ocupa casi un cuarto de parque es el espectáculo más colosal que mis ojos han visto jamás. Es el Shamu stadium, donde se disfruta del show de las orcas y donde no cabe ni un solo alfiler, por regla general (y el aforo es una cosa descomunal, eh). Hay dos shows aquí, uno por la mañana y otro por la noche. Tenemos un estadio gigante con piscina enorme y plasma hd de eternas pulgadas en medio, acuario al lado que conecta con el fondo acuático (para ver a los animales de cerca, su nombre es The Cove) y una increíble zona ajardinada, con figuras del Shamu, etcétera.



Los dos espectáculos, a cual mejor, son los siguientes:

Diurno: Believe. Bien, este es un espectáculo de sincronización con la orca, saltos poéticos, música de balada y una interactividad con el público impensable. Las decenas de cuidadores instan a todo el público para que den palmas al ritmo de la música..., las orcas cogen carrerilla y empiezan a palmear con su cola el agua varias veces y por todo el estadio, produciendo olas de seis metros que EMPAPAN decenas de filas del público...CON AGUA POLAR. No se cortan, aquí no hay papel de fumar. Podéis imaginaros la reacción de la gente (siempre buena, pero anonadada). La orca llega un momento que sale del agua, se posa en la orilla y saluda. Es una cosa francamente imprescindible.

Nocturno: Shamu Rocks. Brutal. Antes de empezar el show, en su espera (ninguna aburrida), varios cámaras hd enfocan al miembros del público, en directo, para que salgan gigantescos en el plasma. La música está a tope y suelen ser temas muy marchosos, así que imaginaos lo que vemos: niños bailando, amas de casa desfasadas y todo tipo de fauna. Pero es que aman la cámara y la cámara a ellos..., aquí no hay cobardías visuales. Todo un espectáculo ofrecido por el propio espectador. Por otro lado, este show en su propuesta es increíble, porque se acabó el lirismo: música cañera a saco y Shamu(s) bailando cañero(s) Con sus salpicadas, por supuesto (y de noche, sin sol). Un colofón final para el parque, antes del show de clausura, que con lo que tenemos de por sí y la/el iluminación/sonido aportada/o se vuelve a convertir, de nuevo, en un must see total de Orlando. Y con lo de Orlando me quedo corto.



Ayer os mentí..., Seaworld no tiene tres parques en Orlando, tiene 4. 3 visité y os contaré, pero uno no pude: Discovery Cove. Es ese famoso que atraviesas el parque buceando y el mismo es una especie de isla marina gigante. Puedes tocar todos los animales y vas con guía. Es caro, pero debe merecer la pena..., lo que pasa es que tiene hasta lista de espera y es cosa ya (por gastos y tiempo) de un segundo viaje (o no, según cada cuál).

Wild Artic: espectacular atracción, que simula un vuelo en helicóptero (muy bien recreado de movimientos, no me imagino nada tan parecido) con pantalla gigante (los planos generales más conseguidos que los detalles) y en una cabina donde caben unas 30 personas. Hay bandazos, te golpea el aire, a veces coges velocidad/altitud y se siente el frío, porque se supone que te llevan a una estación polar LOGRADÍSIMA. Muy grande (también se puede entrar a ella en pie, para quien tenga miedo del simulador), con nieve y hielo reales y todo tipo de fauna del ártico, con vistas a un falso exterior del polo. Tienes hasta osos polares desarrollados y tematización que te hace olvidarte de que todo ha sido una simulación. Y un frío, subrayo, muy de agradecer. Es un hangar de muchos metros donde todo sucede y te aislas por completo. Muy recomendable.



Shamu's happy Harbor: preciosa zona infantil, donde varias atracciones como pequeñas montañas rusas, bonitos carrouseles y ofertas acuáticas harán las delicias de los más pequeños..., y de algún grande. El Shamu tematiza toda la zona (ya os dije que lo rentabilizaban, pero es que no me extraña) y bonitas instantáneas salen de aquí.



Y ahora llegamos al Nautilus Theather, donde vemos el bellísimo espectáculo llamado Odyssea, que se trata de un hombre perdido por el mar, puro showman, mezclándose o huyendo de todo lo inimaginable del entorno. Es espectáculo en vivo, claro..., y todos los elementos del mar están conducidos por humanos (o disfrazados, directamente). Buena coordinación, genial el hecho de que el protagonista sea el que anima al público antes del empiece y todo tipo de acrobacias y delirios visuales para la retina. Teatro gigante (que se suele llenar) y una buena opción para desconectar de Disney.

Y desembocamos en el Shark Encounter, posiblemente uno de los acuarios más grande del mundo y lugar donde los tiburones prácticamente te besan. Mucho tunel acuático, gigantescas peceras y todo tipo de animales marinos inéditos para gozar. Largo, muy largo..., y una rematada maravilla.



Sea Lion and Otter Stadium: un pomposo y divertido teatro con tematización pirata (barco gigante, réplica exacta) donde se dan los siguientes espectáculos:
-Clyde and Seamore Take Pirate Island: divertido show con varias especies de focas y leones marinos donde los actores hacen de afables piratas.
-Sea Lions Tonite: los mismos elementos que la anterior pero con un fin diferente: parodiar todo el ambiente Seaworld. Muy buena idea, pero uno de los dos espectáculos podría ser perfectamente completista.

Pacific Point Preserve: leones marinos a pie de calle con su demás fauna y flora amiga. Se les puede dar de comer y es un sitio perfecto para una pausa inteligente.



Kraken: una montaña rusa que consiguió, hasta no hace mucho, tener el récord de ser la coaster más larga del mundo. Se supone que es una serpiente y tu coche te hará pasar por su lomo, que por supuesto tiene todo tipo de curvas, loopings, giros y demás esquizofrenias. Tematización suficiente y una seguridad tan sumamente óptima que es casi imposible que te dé miedo, ya que es una de las más estables que tenemos. Mi mujer en Universal lloró en más de una..., y aquí disfrutó de lo lindo. No se puede perder por mariconadas, hombre...

Xtreme Zone: pared tematizada para escalar, saltar y demás etcétera. Cuesta pasta y necesita reserva, así que...

Penguin Encounter: impactante hangar que recrea amaneceres y anocheceres según los pinguinos lo necesiten (y se puede acudir a los mismos). Recreación cubierta del polo francamente notable y pinguinos con familias animales y vegetales a granel, en otro de los contextos Seaworld donde hay que acudir a cualquier precio.



Journey to Atlantis: ESPECTACULAR montaña rusa de agua con 3 o 4 bajadas bastante salvajes y una velocidad de lo más respetable. La tematización interior recrea la ciudad perdida de Atlantis pero, obviamente, no son Disney ni Universal (aunque roben la música de Bitelchus). Con todo, no hay de qué preocuparse, la gracia de esta coaster acuática es su loco y largo trayecto. En la parte exterior, serás la instantánea de mucha gente (hay alguna foto por ahí que robé).

Whale and Dolphin Teather: Blue Horizons es el show que aquí disfrutamos, con delfines de protagonistas y acróbatas francamente arriesgados. Recordar cualquier otro espectáculo de delfines le ayudará mucho, pero es que por sí solo no te dejará cerrar los ojos. Lo bueno de esta gente es que vas a ver un espectáculo de delfines y no sólo te ofrecen una cima de los mismos, sino que encima te encuentras a actores y a acróbatas estupendos, dando lo mejor de sí.

Manatee Rescue/Alligators: entorno natural con los animales muy cerca, donde da bastante escalofrío mirar a los ojos a estos cocodrilos o a las impresionantes "morsas gigantes". Los primeros están, obviamente, en una especie de selva exterior y los segundos en el hangar interior. El acuario de los Manatee parece que se va a derrumbar ante tu vista, ya que hablamos de muchos cientos de kilos. Algo mágico.

Dolphing Cove/Underwater Viewing/Dolphing Feeding Área/Key West at Seaworld: paraíso de delfines donde incluso, por pocos dólares, podrás darles de comer y tocarles (recomendado). Puedes verlos bajo el agua, encima e incluso si tienes suerte, por el áire. Muchos metros de boquiabiertos.

Turtle Point: Isla llena de tortugas, galápagos y derivados (los hay sorprendentemente grandes). Otra de esas astutas pausas.

Y con esto terminamos un agotador (en el buen sentido) parque. Pero necesitamos un chapuzón, así que vamos la próxima semana con los dos acuáticos a los que asistí.

Ahora os pongo las fotos finales.

1 comentario:

kei dijo...

agotador pero que pasada, muy bonito todo.