14 agosto, 2008

WALLY dejó de esconderse


La nueva pelicula de Pixar parte de la premisa mas pesimista de cuantas ha manejado la compañia, pesimismo que se respira bajo la superficie durante toda la primera parte de la pelicula y que envuelve a la historia de una profunda tristeza.

En el arranque, uno de los temas de "Hello, Dolly!" nos lleva por el espacio para acabar recalando en una de las visiones mas demoledoras del futuro. En ese momento, cuando la voz de Michael Crawford adquiere un escalofriante eco y los primeros compases de Thomas Newman amenazan con una música aterradora, somos testigos de un mundo reducido a contenedor de desperdicios, con montañas de basura amontonandose hasta donde alcanza la vista. En este panorama un robot programado para limpiar el planeta nos va descubriendo el entorno mientras lleva a cabo su tarea diaria, una rutina que lleva 700 años realizando, primero acompañado de mas robots de su mismo modelo y mas tarde solo. Tantos siglos en soledad han dado lugar a una evolución en nuestro protagonista que mas alla de cumplir con su función primaria, ha desarrollado la humanizante afición de rescatar los ecos de nuestro pasado. Tenemos a un robot que reconstruye en su casa nuestro ayer y que sin saberlo sera el encargado de salvaguardar la primera piedra para construir nuestro mañana.

Wall·E es el primer gran triunfo de la pelicula y el mejor personaje de toda la filmografia de Pixar. Un robot al que le basta un leve gesto para ganarse el cariño incondicional del público, que destila sentimientos que no logra comprender (Andrew Stanton no niega en ningun momento su naturaleza original, no lo humaniza hasta ese punto), y que de manera inconsciente anhela compañia (verlo entrelazar las manos involuntariamente mientras visiona "Hello, Dolly!" es una de las imagenes mas poderosamente bellas que ha dado el cine en mucho tiempo). Se trata de un personaje que arrastra una gran carga de tragedia de la que él mismo parece no percatarse y que se pasea por su historia con una inocencia que le impide ver la trascendencia de su misión. Esa abstracción en la que vive el personaje esta habilmente utilizada para mantener a cierta distancia al público infantil (el cual sigue formando parte del target, no lo olvidemos) en algunos momentos, en los que Pixar emplea un tono en superficie opuesto al contenido de lo que narra (las escenas que siguen a la desactivación de EVE tras obtener la planta y el uso de una música a contracorriente que resta importancia a unos momentos no poco dramaticos). Esta artimaña hara que los niños salgan con una satisfactoria sonrisa en la cara, mientras a los adultos les brotan las lagrimas.

Tras unos antologicos 30 minutos iniciales en los que la pelicula miraba de reojo al cine mudo como referente y en los que a uno le vienen a la cabeza categorias como "obra maestra de la animación", "obra maestra de la ciencia-ficción" y por ultimo y mas importante, "obra maestra de la historia del cine", llega la decisión mas cuestionable de la pelicula; cambiar de escenario al protagonista para poder lanzar al ser humano unos cuantos dardos mas. Una decisión que resulta brusca al dar la impresión de que la inclusión humana en la trama es innecesaria, tal es el derroche de carisma del robot. Por otro lado no deja de ser una elección lógica; tras 7 siglos en la Tierra (resumidos en los primeros minutos de pelicula) es hora de aportarle al protagonista algo nuevo y si bien el pasado del hombre esta representado por sus actos en la Tierra y su presente esta reflejado en uno de los anuncios publicitarios que aparecen, hace falta salir al exterior para hablar de su futuro. El retrato del ser humano que hace la pelicula es el de una raza atrofiada por la inactividad, confiada de que otros arraglen sus problemas, una involución que va de seres con aspecto real (la primera vez que Pixar introduce actores reales), a muñecos rechonchos con escasa movilidad que sobreviven en un crucero espacial cometiendo los mismos errores del pasado; hacer del espacio el vertedero particular de la raza. Seres que disponen de todos los medios tecnologicos necesarios para comunicarse con cualquier semejante pero que han olvidado la forma de comunicación basica, el contacto fisico. Es exactamente la idea contraria a la progresión que experimenta Wall·E en sus siglos terrestres. Nos dice mucho que el primer impulso que siente el robot cuando tiene cerca a EVE sea cogerla de la mano.

Pixar es consciente de que su historia trasciende con mucho el género de la animación y opta por una realización realista (la segunda parte del film rompe algo esta tónica) con zooms, desenfoques, juegos con la profundidad, una fotografia con una iluminación que deja ver el constante polvo del ambiente, y un diseño sencillo de los personajes. No veremos rasgos fisicos humanos en los seres artificiales. La humanización de los juguetes de "Toy Story" (la historia de Buzz Lightyear fue lo mas cerca que estuvo Pixar de ser tragica, hasta ahora), la de los animales de "Buscando a Nemo" y "Bichos" o la de los coches de "Cars", no se da en "Wall·E". En esta vemos robots que sienten y que tienen comportamientos humanos pero siguen siendo robots. Las limitaciones de sus diseños y de su minima expresión verbal no les es impedimento para cubrir todo el abanico de emociones, pero sus barreras estan ahi. La pelicula bordea con maestria en varios momentos la fatalidad, y en el instante en el que se vislumbra un desenlace emocionalmente devastador se detiene a tiempo para evitar caer en lo gratuito (haber ido mas lejos habria sido comparable a que en el 82 Spielberg hubiese matado a traición a E.T. un segundo antes de que este subiera a su nave).

Wall·E es una pelicula que se muestra asombrada y en continuo descubrimiento; cada nuevo objeto que se recupera entre la basura y que sirve para conocer un poco mas a esa especie que huyo del problema en lugar de enfrentarse a el, el asombro del que nace el afecto hacia esa maquina moderna que acabamos de descubrir, la revelación de un vocabulario que nos es desconocido y de un lugar en el que nunca hemos estado pero al que pertenecemos. Wall·E es la historia de un regreso al origen, a lo basico, la historia de una segunda oportunidad, la visión optimista de una tragedia. Una pelicula que a pesar de la comicidad de muchos momentos y de su feliz final, se te clava como si hubieses visto algo totalmente diferente. Algo que solo logran las peliculas que esconden dentro un alma tan grande que le rebosa por todas partes.

Lo Mejor: cuando la pelicula se pone intima.
Lo Peor: que sacrifique unas radicales primeras intenciones por un desarrollo de la historia ya conocido.

Nota: 8,75

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