11 diciembre, 2006

Trinidad de Interés: Un estreno, un clásico y una noticia de actualidad




Como ya anunciabamos estos días, la actualidad y el repaso informativo, combinado con las críticas, tanto actuales como de productos destacados a lo largo de la historia del cortometraje, ocupan tanto nuestro tiempo que nos llevan a acelerar nuestro ritmo y aportar más cosas sin descanso, en un brutal esfuerzo por ofreceros siempre lo mejor. Por eso hoy hemos decidido regalaros tres actualizaciones por el precio de una. He aqui las mismas dividas en tres notables epístolas.

EPÍSTOLA PRIMERA: DE COMO CORRIÓ LA NOTICIA DE LA FIESTA QUE CELEBRÓ UN PAGANO AL QUE LLAMABAN JIM-BOX.




Desde aqui, queremos destacar el estreno del esperado cortometraje "The party is over" del incombustible Jim-Box, punto común en estas páginas, que ya de por sí sería una noticia destacable, pero tiene el añadido de que la obra parte de una idea original de nuestro compañero Raúl Cerezo. Os invitamos a todos a verlo en una compresión un tanto dudosa (ayyy, Fotogramaaaas...) en el siguiente enlace.

EPÍSTOLA SEGUNDA: DE COMO UN PROFETA, VENIDO DE TIERRAS EXTRANJERAS, APORTA SU VISIÓN SOBRE LA HAZAÑA MÁS NOBLE DEL IRRECONCILIABLE DÚO DE MERCERO Y GARCI.



La cabina (Dir. Antonio Mercero, España, 1970) es uno de los pocos cortometrajes que se quedan en la mente del espectador por mucho tiempo. Su estreno en la Televisión Española (TVE) coincide con los últimos años del franquismo en España, en los cuales se respiraba el anhelo angustioso de la libertad humana que pugnaba por salir del limbo político y social en el cual estaba inmerso el ciudadano español promedio, lo cuál añade aún más mérito a dicha puesta en escena. La historia es, a primera vista, muy simple: un ciudadano de unos cuarenta años de edad (interpretado por el reconocido actor cómico José Luis López Vázquez) decide ser el primero en probar una cabina teléfonica que acaban de ponerlo en medio de una plaza pública en algún punto de Madrid. Nada augura que la vida de aquel ciudadano se vería inmerso en una de las pesadillas más aterradoras jamás concebidas por la mente humana, a cuál más perversa y cruel.
Basandose en un guión escrito por José Luis Garci, el director Antonio Mercero elabora una puesta en escena en términos sencillos, con algunos giros sorprendetes que la hacen ser única. La historia transcurre primero como una especie de comedia, hasta que la segunda mitad del cortometraje se convierte en una auténtia pesadilla que, in crescendo, lleva al espectador hasta mostrar su espeluznante final, ayudado gracias a una excelente música que logra hacer parar los pelos de punta. En palabras del director: ¿Qué es La cabina? La verdad, no lo sé. No sé lo que “es”. Pero sí sé, y voy a decir, lo que vi yo, admitiendo, por supuesto, que por el especial carácter de la obra caben muchas y diferentes interpretaciones. Humor... Absurdo... Ciencia-ficción... Terror... ¿No es esto la vida? ¿No es también la muerte? ¿No son, en definitiva, pasos de la historia de cualquier hombre? De repente, un día, nos sentimos como presos de la vida, nos sorprendemos, sonreímos, la observamos, nos ponemos serios, pensamos, deseperamos... y surge el terror de lo desconocido, del “a dónde”, de la muerte.
Dicen que la curiosidad es inherente al ser humano, y es que muchas veces sirve para realizar descubrimientos interesantes a lo largo de su vida, ya sea para bien o para mal. La curiosidad puede jugarnos a veces malas pasadas, porque nunca pensamos inmediatamente en las consecuencias que nuestras acciones nos pueden traer; y esto es lo que La cabina nos ilustra muy bien. ¿Qué es lo que contiene la cabina? Un teléfono público, disponible para todo el mundo, listo para hacer llamadas a quién sea. En medio de una plaza pública. ¿Funciona? ¿Alguien lo ha usado antes? ¿Seré el primero en usarlo? A lo largo de la historia, José buscará la manera de pedir auxilio aunque sus esfuerzos serán en vano. Mercero tuvo la genialidad de que el público no escuchase nada de la voz del personaje dentro de la cabina, como una manera de transmitirles la angustia que sentía el actor, y lo consigue con creces. Sin embargo, el actor se da cuenta que la gente de afuera es completamente ajena a sus sufrimientos, a pesar de los reiterados pedidos de auxilio. Y de eso hay ciertas similitudes con el ambiente que se vivía en esa época, el ignorar intencionalmente lo que estaba haciendo el gobierno español, y así tratar de vivir una vida lo más alejada posible de todo aquello lo que pudiera significar problemas, tan insmiscuida en un mundo de fantasía social que no se da cuenta de lo que pasa tras bambalinas —es decir, lo que trama el gobierno hacia sus ciudadanos— hasta que es demasiado tarde, sin posibilidad de retorno, para siempre. Y hay un momento en que el personaje principal rememora sus úlimos instantes de libertad, una y otra vez, saboreandolos intensamente. Como diría Buñuel, la libertad es como un fantasma bastante escurridizo, que se te escapa de las manos como una neblina. Quizá los que se dan cuenta de lo que está pasando son los payasos y el enano de un circo ambulante, quienes parecen intuir la realidad que se esconde detrás de esa cabina, pero que no podrían hacer nada, porque probablemente no serían tomados en serio por la gente, y únicamente observan de vez en cuando a las pobres víctimas que pasan por la carretera. Y en eso se nota que es una crítica velada hacia quienes no toman en cuenta a los locos y los tontos, ya que ellos son las personas más cuerdas del mundo, como reza cierto refrán.
Cuando se realizó el estreno de la película en TVE, todo el mundo —hombres, mujeres y niños— estaba atento a la pantalla de televisión para disfrutar de una de las aventuras cómicas de José Antonio Vásquez, quien es uno de los actores más reconocidos de su generación en el mundo del cine y del teatro español. Ha actuado en más de 60 películas, donde su porte cómico le ha valido el reconocimiento de la gente española, que se sentían identificados con su manera de pensar y de actuar. La cabina fue su primer salto a la fama para siempre. La vida está llena de coincidencias: el franquismo en sus últimos años, el miedo residente en la memoria colectiva gracias a las acciones dictatoriales del gobierno, el rostro familiar y querido del actor principal, la historia del cortometraje, todo encajado en el momento preciso para que La cabina crease un parteaguas en la vida social española. Lo que vieron los televidenes cambió sus vidas para siempre. Jamás olvidarían el rostro angustioso del actor en su intento por escapar de la claustrofóbica cabina telefónica, ni siquiera olvidarían sus gritos silenciosos de auxilio ni todo eso. Ni siquiera ellos se atrevieron a entrar en las cabinas teléfonicas en toda España, ya que temían correr la misma suerte del pobre personaje; y si alguno lo usaba, ponía un pie fuera para evitar que la puerta se cerrase del todo. Todas las cabinas de España que estaban en medio de las plazas públicas, fueron retiradas ante su falta de uso. Las nuevas cabinas que pusieron, en los siguientes años, en las calles ya no tenían puerta, que era necesaria para aislar al usuario del ruido exterior, lo cual es un indicio de que hasta qué punto había penetrado el rostro angustioso del personaje en la memoria colectiva española de aquella época.
La cabina ha sido objeto de homenajes en varios circulos cinematográficos de España; uno de los cuales se llevó a cabo en el pasado 1º Festival Escorto de Cortometrajes de El Escorial, donde se proyectó este cortometraje ante un público que llenó la sala de proyección, y se realizó un panel donde se analizó la historia y su posterior influencia en el medio cinematográfico español desde el punto de vista de cineastas y críticos.



Asimismo, el actor José Luis López Vázquez volvió a interpretar al pobre personaje, ya totalmente envejecido y con la misma ropa que usó en el corto, en un spot comercial televisivo de la empresa telefónica Retevisión, donde él —más de 30 años después de los eventos narrados en aquel cortometraje— es liberado en medio de un desierto, tan abandonado y silencioso como lo fue su infierno dentro de esa cabina telefónica. Y la mente perversa que ideó semejante tortura seguramente sigue riéndose cruelmente de él por un buen rato más.

by Cineasta Regio

EPÍSTOLA TERCERA: DEL BUEN SUCESO QUE LOS VALEROSOS RÁDIO CÍRCULO PONEN EN PRÁCTICA TAL DÍA COMO HOY EN LA JAMÁS IMAGINADA EPOPEYA DE LAS BUENAS GENTES DE EL ZOOM ERÓTICO, ENTRE OTROS.




CINE CORTO. Martes 12 de diciembre.
Programa dedicado exclusivamente al cortometraje.

EL VIAJE DE SAID. Llega la animación de plastilina a nuestro programa con este cortometraje que participó en la última edición de ANIMADRID. Dirigido por Coke Riobóo, nos cuenta la historia, en clave musical, de un niño que cruza el Estrecho en un particular viaje.

AGENCIA DEL CORTOMETRAJE ESPAÑOL. Miguel Ángel Escudero, director de esta entidad, nos hará un resumen de las actividades realizadas durante este año y nos adelantará las principales novedades del cercano 2007.

ZOOM ERÓTICO. Este es el nombre de un blog de reciente creación y dedicado exclusivamente al mundo del cortometraje. Su responsable, el cortometrajista Raúl Cerezo nos lo presentará y nos invitará a participar de la "religión" del cortometraje.


Y no faltarán nuestros habituales colaboradores y las bandas sonoras de cortometrajes.

Dirección: Belén Santos y Eduardo Cardoso.
Jefa de Producción: Nuria Ferreira.
Secuencia 0: David Alfaro.
Mae Sun: Bea Segura
Recortajes: Manuel Madrigal.
Controles técnicos: Andrés Gutiérrez.

"CINE CORTO" en RADIO CÍRCULO.
Todos los MARTES 21.00 h. y SÁBADOS 11.00 h.
Escúchanos en el 100.4 FM y por internet en www.circulobellasartes.com

PRÓXIMAMENTE: El Que Soy lo hace de nuevo; reinventando la crítica con los cortos del Notodofilmfest.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

que pesadez con la cabina y visto hoy en dia es un truño

Anónimo dijo...

¿un truño?
Madre mia, cuanta ignorancia

Anónimo dijo...

La unica pelicula española que ha conseguido un emmy. Es mas que digna de destacar.
Despues de 30 años ha sabido envejecer, toda una critica a la sociedad de entonces.