El cortometraje es un medio a veces infravalorado por el público mayoritario, que parece ver en él poco más que un entretenimiento en el que predomina el gag o el amateurismo, y al que se le niega a menudo la capacidad de la verdadera experiencia cinematográfica. Siendo tristemente consciente de este prejuicio tan extendido, y tras haber intentado ver Rata de túnel en la soledad de mi habitación, decidí hacer un pase acompañado de algunos amiguetes a los que podríamos considerar como público medio, para comprobar sus reacciones y contrastarlas con las mías.
La historia es muy sencilla: un ladrón equipado con una mochila y una linterna debe atravesar un túnel de ventilación para acceder a su botín, pero la longitud del túnel resulta ser mucho mayor de lo que parecía en un principio. Con esta simple anécdota argumental, Asensio construye delante y detrás de la cámara una convincente y claustrofóbica pesadilla que deja al espectador pegado literalmente al asiento. Son muchos los recursos fílmicos puestos en funcionamiento en un producto que tiene la innegable capacidad de estremecer y mantener en vilo al respetable, desarrollando un genuino sentido del suspense.
Asensio no parece detenerse demasiado en otro tipo de implicaciones o lecturas más allá de la propia aventura de este personaje, interpretado por él mismo, atrapado en un conducto en el que se pierde la noción de la verticalidad y del tiempo. Para conseguir la sensación de opresión, la cámara se mueve como si estuviera así mismo encerrada entre esas cuatro paredes: avanzando con el ladrón a ras de suelo, tomando primeros planos a bocajarro cuando este se tumba boca arriba a descansar, mostrando detalles de su equipo (botella de agua, linterna, gafas) o de las peculiaridades del entorno (las paredes, aparentemente monótonas, cobran vida con juegos de luces, marcas y rasguños) Los apenas 6 metros de túnel construidos por Asensio y su equipo para el rodaje se multiplican en cientos de inacabables metros de pesadilla, fotografiados de manera minuciosa y realista en donde apenas se averiguan fuentes lumínicas ajenas al propio entorno.
Lo más interesante de Rata de túnel es el desarrollo de la espeluznante experiencia que busca (y consigue) la plena identificación del espectador con los avatares del protagonista, de manera que el final se antoja menos atractivo; he intentando no desvelar el misterio para que cada uno juzgue por sus propios medios, pero es mi deber comentar mis impresiones: a veces el problema de una obra de estas características radica en encontrar un golpe de efecto final que no solo justifique su desarrollo sino que, además, quede grabado en la retina, y en mi caso no fue del todo así. La dificultad era enorme, y la solución empleada, aún siendo muy efectiva, se me antojó poca cosa en comparación con el anterior derroche de imaginación.
En su conjunto Rata de túnel tiene una logradísima atmósfera malsana y pesadillesca, aun sin contar con ningún elemento abiertamente fantástico, lo cual la hace aún más inquietante por su capacidad de sugerir a través de un planteamiento sencillo y unos decorados minimalistas. En la oscuridad de mi sala de proyecciones casera observé a mi improvisado público "imparcial" quedarse mudo de asombro, e incluso estremecerse, a pesar de sus reticencias iniciales, mientras la pantalla escupía imágenes a cual más inquietante: esta obra había sido capaz de cortarles la respiración durante 15 minutos, y al comentar a posteriori el corto y ver el making of, pocos de ellos daban crédito a que fuese una producción rodada en digital y con un presupuesto mínimo.
En definitiva, más allá del balance de impresiones positivas y negativas, se había producido una verdadera y genuina experiencia cinematográfica. Por mi parte, considero que Rata de túnel es un espectacular trabajo de J.M. Asensio, un joven realizador dotado de talento y minuciosidad a partes iguales; en este proyecto, a pesar de surgir del deseo de recuperar la espontaneidad del corto "casero", hecho entre amigos y rodado en digital, la profesionalidad y el empeño de sus artífices brillan en cada fotograma.
Para más información, recomiendo la visita a la web oficial del corto, www.ratadetunel.com, donde se desvelan jugosos detalles del rodaje y se comenta la trayectoria de sus artífices.
By Toshiro Kurosawa
Próximamente: Una puerta cerrada, de Daniel Romero y Raúl Garán.
3 comentarios:
PARECE QUE AL FINAL EL BLOG ESTE VA EN SERIO. ENHORABUENA POR LA CRITICA, A MI ES LA QUE MAS ME HA GUSTADO DE LAS QUE HE VISTO POR AQUI AUNQUE EL CORTO NO ME GUSTE MUCHO.
Un corto ya clásico. Cierto, le falta un remate final a la altura del resto, pero aun así notable alto.
El corto no está mal.
Publicar un comentario