19 diciembre, 2014

Cortópolis XIII

Se puede decir que han pasado demasiadas cosas entre la última edición de Cortópolis y ésta, la principal de ellas, la larga espera entre el corte con Kinepolis y la obtención de una nueva sala, un corte que a algunos se nos ha hecho eterno porque, nunca me cansaré de repetirlo, este festival es una de esas cosas de las que no debería prescindir el panorama cultural de este país. Aparte de ser un poco mi otra casa y casi familia, pero ese es otro tema y roza alarmantemente el peloteo.

Hoy debería haber estado dentro de esa nueva sala para hacer un reportaje en condiciones, pero las circunstancias imponen, los accidentes pasan, uno no es indestructible y el hombro roto me impide viajar a disfrutar del evento. Por desgracia para vosotros, la era de internet deja hacer esto a distancia y aquí estoy otra vez, espero que por mucho tiempo.

Esta nueva sesión consiste en 7 cortos, algo mas heterogéneos que la sesión anterior muy centrada en el terror y el fantástico, pero como siempre, con un buen nivel de calidad. Además, siempre ha sido una virtud la variedad de la cartelera del festival. Con este rollo, vamos a lo que toca.


The Landing (Josh Tanner): Un pequeño relato de historia ficción donde una sonda rusa cae en la granja de un hombre obsesionado por los comunistas y la guerra fría. Junto al desarrollo de la relación padre hijo que se da en situaciones donde uno de los progenitores tiene esa vertiente tan radicalizada. La historia intenta cubrir las memorias del hijo y su vuelta a la granja para revelar lo que pasó cuando era niño, con una evolución y relación entre los personajes muy bien llevada y contada de forma ejemplar.


Valentina (M & M): Historia romántica mas o menos clásica que empieza donde una pareja recién separada aunque con un perro en común se van mintiendo sobre el lugar donde se encuentran en un determinado momento. Muy típico juego de equívocos, situaciones particulares y el toque del destino donde los protagonistas funcionan, el perro funciona y lo que quizá no me convence son los extras. No porque no funcionen sino porque creo que la historia podría funcionar igual sin ellos. Incluso con sus lugares comunes, sirve para sacar una sonrisa y creer un poquito en el amor.


Si tuvieran ojos (Polo Menárguez): Una azafata se queda de repente encerrada en el baño sin poder salir. Y a veces no se necesita más que una pequeña excusa para crear algo visceral. Las puertas que se abren y se cierran en función de la persona y un montón de imágenes potentes crean una pieza audiovisual realmente maravillosa, muy emocional y de la que es muy difícil apartar los ojos mientras ocurre. Un trabajo genial y muy a tener en cuenta.


On Fire (Alberto Evangelio): Empezando con una historia detectivesca más o menos clásica de asesinatos con pinta de ritual se acaba destapando algo más complejo y también con giro fantástico. Quizá el único problema que le veo al corto es ese giro y el medio epílogo final que sobreexplica cosas que quizá no debería, pero tampoco es un problema excesivo dentro del desarrollo de la historia. 


Bikini (Óscar Benácer): Carlos Areces haciendo de Franco. Podría quedarme aquí a la hora de describir este corto, pero sería realmente injusto. Es innegable que lo destacado es precisamente esto, pero con la excusa de convencer al generalísimo de las bondades turísticas del uso del bikini, se crea una pequeña historia de costumbrismo y comedia realmente fabulosa. Sin necesidad de aspavientos ni caer en la parodia se deja intuir como Franco puede ser un viejo verde y la vanidad de la señora Polo en un conjunto realmente muy bien rodado.


Safari (Gerardo Herrero): El corto mas dramático de la noche que toca el delicado tema de las matanzas de estudiantes. Es un corto incómodo, de los que te va tocando por dentro poco a poco y no se puede expresar con palabras, hay que sufrirlo. Además de todo esto, coincide que además esta rodado y montado de forma absolutamente espectacular. Me fastidia ser parco en palabras, pero me da la sensación que las que ponga no le harán justicia.


Dead Hearts (Stephen W. Martin): El corto a traición de la noche. Creo que es imposible empezar a ver este corto sin que te vengan destellos de Wes Anderson, o de esa maravillosa serie, especie de Amélie freak que para mi fue Pushing Daisies. El corto, narrado en off, empieza con una historia de amor infantil y desarrollada durante el tiempo que tiene además un pequeño giro fantástico para mantener la coherencia de la narración, todo con un aire de cuento bizarro desde el principio hasta el final.

En resumen, ha sido una vuelta interesante, con el problema de lo enorme que me llegó a parecer la sesión 12 y que lamentablemente crea comparaciones odiosas e innecesarias. Probablemente yo también esté muy oxidado después de tanto tiempo sin hacer esto, pero son cosas que pasan y a las que uno debe sobreponerse.

La próxima sesión espero que ya sea en directo.

Pedro Pérez (aka Findor)

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