24 junio, 2015

Entrevista a Pedro J. Mérida


Nacido en La Laguna en 1973, a Pedro J. Mérida se le vincula habitualmente a movimientos culturales de corte alternativo y nuevas tendencias musicales. A esta faceta se le une la de crítico de cine para La Opinión de Tenerife y colaboraciones con otras publicaciones de tirada nacional.

Como escritor cuenta en su haber con el libro "Cine bizarro hispano argentino, entre dos siglos" junto a Pablo Conde y ha sido pluma invitada en publicaciones como "La marca de la momia".

Además de festivales de música como el Tenerife Film Orchestra & Choir o FILMUCITÉ, también participa desde hace tres años en la coordinación de la Semana Internacional de Cine fantástico y de Terror de Estepona.

1. ¿Crees que la definición de guionista como tal está devaluada? 

No creo que hayamos llegado aún a ese punto. No mientras alguien tenga que seguir cargando con las culpas o, mejor dicho, con la responsabilidad de lo redactado en el libreto.

2. ¿Está maltratado el guionista en la industria? 

Si hablamos del aspecto remunerativo, tanto como cualquier miembro del elenco artístico en una producción cinematográfica. En el tiempo actual, con la mal llamada democratización audiovisual, los márgenes de profesionalización se han ido desdibujando.


3. ¿Crees que el intrusismo del director en el oficio de guionista tiene sentido? 

Directores y productores necesitan adaptar el libreto a las necesidades comerciales y artísticas del producto. Un guión no deja de ser la espina dorsal de cualquier trabajo cinematográfico, pero ello no lo excluye de ser alterado durante la evolución de la producción.
Hay guiones que se respetan íntegros hasta la última fase de post-producción y otros que ni el propio guionista reconoce una vez estrenada la película.
Cuando entregas tu guión has de mentalizate de que no está escrito en piedra, así que cualquier alteración posterior, ya sea del director o de los productores, es perfectamente legítima ya que ellos tienen la difícil labor de adaptar lo escrito a imágenes en un apretado calendario de filmación.

4. ¿Piensas que ese intrusismo afecta a la calidad final del cine actual? 

Siempre se corre el riesgo de que las divergencias de criterio acaben dando lugar a una historia confusa, que pierda se coherencia y sentido original. Pero si tenemos en cuenta que existen cada vez más abundantemente películas que se escriben a la par que se ruedan, ahí se da la paradoja en la que intrusismo y colaboración van de la mano.

5. ¿Las majors se aprovechan de ese intrusismo? 

Sólo en aquellos casos en los que estemos ante una producción en la que el director sea también la estrella. En situaciones así, a menos que el renombre del guionista este a la par, se pueden llegar a dar situaciones realmente injustas.


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