29 mayo, 2012

El cocodrilo Nilo

Como siempre, dado que el corto está disponible para su visionado (http://vimeo.com/32804809), recomiendo encarecidamente verlo antes porque voy a poner spoilers MUY importantes.

"Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros." (Groucho Marx)

Empiezo con una cita de Groucho Marx porque el tema de los principios cambiantes en esto del cine es algo que está siempre en punta de lanza. Es muy fácil renunciar a ellos si esto permite tener alguna posibilidad de irte con la chica guapa o hacer algo que normalmente no sueñas. Desde aquí este pequeño mundo que tenemos montado siempre hablamos de evaluar las obras por los resultados y no por los objetivos o las intenciones, este es uno de nuestros principios y que intentamos seguir a rajatabla. Aun así, es difícil llegar a pensar siempre de esta forma y no llegar a algún tipo de acuerdo o a dar méritos a las obras también por sus intenciones. Ahí está la HP Lovecraft Historical Society haciendo fan-films que suplen sus carencias de medios con mucha soltura y que funcionan, no tanto a nivel formal, pero sí como un conjunto coherente a lo que se quiere contar.

De una manera un poco parecida, aunque no del todo, podría evaluar el corto que ocupa hoy esta sección, "El cocodrilo Nilo" en el sentido que aunque pueda decir que el resultado no es del todo satisfactorio, los objetivos y la manera de plantearlo merecen mucho más que eso. Lamentablemente esta es una información que está lejos del espectador medio, es decir, yo tengo la suerte de hablar con Cerezo, que habla con los directores y acabo teniendo información más o menos privilegiada que me permite evaluar estas cosas desde varios puntos de vista. Es por eso que como espectador puedo decir que Nilo no funciona, pero como crítico (de garrafón) tengo que aplaudir la decisión de Javier Dampierre de hacer exactamente lo que quería.

El puto cocodrilo
El problema de Nilo no es técnico, la verdad es que la factura en este aspecto es notable, tanto los actores (quizá el niño a veces convence menos) como la narración funcionan de forma aislada en cada una de las escenas, la parte de humor hace gracia y la historia está bien contada, no hay nada que realmente uno pueda decir que sea pésimo... Entonces, os preguntaréis algunos... ¿Dónde está el problema?

El problema está en el tono... Que es así como un ente abstracto que marca la línea a seguir por lo que uno cuenta. No es para nada una elección entre "acaba bien" o "acaba mal" como que la línea marcada por el corto en su principio no acabe de cuadrar con el "acaba mal". Y aquí hay un tema que yo no comparto con el espectador medio y es que no busco el happy ending, sino que intento buscar la coherencia de lo explicado, es por eso que pienso que 12 monos no puede tener otro final, pero también creo que Nilo no puede tener ese final…
Niños que no leen El Zoom Erótico
Y tampoco es nada que no se marque, de muchas maneras, el corto está diciendo (y comparto el sentimiento), que el niño protagonista se lo "merece", en muchas ocasiones me encontraba pensando: "lo mataría", pero incluso con esas, al saber que realmente ese es el final por ser así, acaba rompiendo el tono.

A pesar de esto, no puedo decir que Nilo es malo, de hecho no lo es, la palabra que uso es fallido, como espectador hay algo que no acaba de funcionar, pero como conocedor de las circunstancias, me alegro que Dampierre tomase la decisión de hacer las cosas como él veía y como él decidió por encima de las posibles reacciones del público. Es el punto que considero siempre importante en el cortometraje y que a veces me quejo, evitar ceder ante las concesiones de la posible audiencia porque al final es un arma de doble filo…


Espero que el próximo corto te guste... o si no...
¿Nilo no funciona? ¿Y qué? La valentía también es un mérito y espero que Dampierre pueda seguir haciendo las cosas como él cree, y no como crean los demás…

Pedro Pérez (aka Findor)

10 mayo, 2012

Entrevista a Tonio L. Alarcón (y 3)

Contra viento y marea y a pesar de todo, por fin llega la tercera parte de la entrevista a Tonio, quizá tardamos tanto porque nos da pena acabarlo o quizá es porque nuestras cabezas ya no son lo que eran... En todo caso os dejamos elegir porque seguro que la conclusión es mucho más benévola...

Como colofón aquí queda para la historia (no sabemos cuál aun, pero para alguna quedará) la conversación entre Raúl Cerezo y Tonio...

No tenemos ninguna foto de Raúl y Tonio, así que ponemos a este señor

¿Está justificada mi apatía, o es lógico que cada vez me cueste más encontrar buen cine?

Bueno, Raúl, conociendo la dureza de tus criterios valorativos, no me extraña que te cueste encontrar buen cine, ja ja ja... Es sólo una opinión personal, claro, pero, sin ánimo ni mucho menos de contradecirte ni de crear polémica, yo creo que sigue habiendo buenas películas. No me creo el discursito de que “el cine ha muerto”: lo que pasa es que ya no podemos conformarnos con lo que nos llega a las salas, porque los sistemas de distribución antiguos están en decadencia, y hay que rascar más, tirar de DVD de importación, internet, festivales... Hay que buscar con más intensidad y más activamente, pero a cambio de ese esfuerzo, encuentras cosas interesantes.

¿Y por qué me pasa? ¿Estamos saturados de ocio con internet y cada vez nos sorprende todo menos, o la modernez ha descriteriado hasta al más pintado? ¿O, directamente, es un problema de mediocridad reinante? 

No te sientas solo: lo que te pasa es absolutamente normal. Uno, conforme se va haciendo mayor, y más si es una persona inquieta, que se va culturizando y va ampliando sus horizontes, va refinando su criterio, se va haciendo más crítico y viendo el cine desde una perspectiva menos positivista, quizá también porque es menos ingenua. Por eso hay tanto crítico mayor de tono amargado, distanciado, a la que todo le parece horrible: creo que un profesional tiene que mantenerse ilusionado, disfrutar descubriendo cosas, porque si no acabas un poco como el Anton Ego de Ratatouille, como una especie de cínico desesperanzado.

¿Crees que el cine español ha muerto porque era necesario matarlo para resetear todo, o te gusta cómo estaba, y las quejas del espectador medio son pura demagogia populista? 

Alguna vez he comentado, creo, que desde que Pilar Miró introdujera en los 80 el sistema de subvenciones, se cargó la poca industria cinematográfica que había en España. Si tuviera que definir a nuestro cine desde entonces con un título de película, sería Este muerto está muy vivo. Nos sostenemos sobre el talento que hay, que es mucho, y mucho mejor de lo que considera el espectador medio (que sí, es simplista por naturaleza, y repite las opiniones estándar que sueltan algunos líderes de opinión de medio pelo), pero no se ha sabido estructurar de forma inteligente todo ese potencial. Se ha tendido a crear islotes, explosiones puntuales, y no se ha aprovechado para hacer algo más que seguir tirando de subvenciones... Pero ojo, es lo mismo que ha ocurrido con el tejido empresarial español en general, y que nos ha llevado a la crisis. En lugar de reinvertir parte de los beneficios, todos se han llenado los bolsillos y han seguido tirando de las ayudas y los préstamos de los bancos, sin pensar en el futuro.

¿Llegan a España muchas películas de las que merecen la pena, o la distribución en nuestras tierras nos inhibe las buenas películas?

Nos llegan cosas interesantes, pero cada vez peor distribuidas y, a veces, ni siquiera en versión original subtitulada. Como antes apuntaba, creo que el cinéfilo debería empezar a olvidarse de los sistemas de distribución clásicos. No hay más que ver el comportamiento reciente de las distribuidoras, que cambian fechas una y otra vez, estrenan mal y en pocas salas, o de forma sorpresiva, para darse cuenta de que este tipo de empresas están perdidísimas. El negocio se va a pique, y nadie sabe qué hacer. Cada vez más, creo, vamos a tener que tirar de internet para mantenernos al tanto de lo mejor que se estrena en todo el mundo.

La carne joven ha cambiado mucho vuestra revista, Dirigido Por. Ello genera comentarios negativos de los más seguidores, pero mantenéis un buen número de críticos de la vieja hornada. Yo soy fiel seguidor vuestro y pienso, contra todo ataque, que seguís siendo los mejores, aunque la revista me guste un pelín menos que antes. ¿Qué piensas de los cambios? 

Bueno, Dirigido Por se enfrenta a un dilema difícil. Por un lado, tenemos un público fiel que se va haciendo cada vez más mayor, y por el otro, lectores potenciales que no conocen la revista, o a los que les da pereza el planteamiento sobre el cine que se hace desde los sectores más veteranos de la revista. ¿Cómo se concilian ambas cosas? Es complicado, muy complicado. Creo que el coordinador de la revista, Tomás Fernández Valentí, está haciendo un esfuerzo notable por renovar un poco Dirigido, por darle un poco de aire dándole entrada a gente nueva (hay que pensar que hemos incorporado a gente como Diego Salgado, Roberto Alcover Oti, Héctor G. Barnés, Beatriz Martínez, Gerard Casau, Anna Petrus, Aurélien Le Genissel...), pero aun así seguimos quedándonos cortos. Yo, personalmente, echo en falta que los críticos nuevos participen más en los estudios, que aporten ideas frescas más allá de la actualidad. Pero no nos engañemos: la situación es tan precaria, y las ventas bajan tanto, que los jefes tienden hacia lo conservador. Nadie se atreve a hacer grandes cambios.

¿Qué puedes decirnos del cortometraje? ¿Crees que ahí hay un cine más libre y cualitativo por no tener la presión del productor, o piensas que el rodillo de los festivales viene a ser similar, y lo social o el gag cómico también nos echan grilletes? ¿El futuro está en cuidar y sembrar bien el cortometraje? ¿Hay un sector independiente ahí, válido por sí mismo?

El cortometraje tiene un gran problema: que todos, incluso los autores, siguen viéndolo como un paso previo hacia el largo, no como un formato en sí mismo, interesante porque te permite jugar con otros códigos y ritmos narrativos distintos. Hay necesidad de impresionar, de ganar festivales y acumular prestigio, y se opta por la vía fácil de, como tú comentabas, las temáticas sociales, los finales sorpresa o el humor más o menos ingenioso... Es difícil separarse de ello, en todo caso, y no dejarse arrastrar por el ecosistema, que lleva un poco a esa uniformidad tan terrible. Realmente, con los costes que permiten hoy en día las cámaras de cine digital, y los organigramas de producción que se generan en los cortometrajes, si no surge más cine independiente en nuestro país es por la pésima política de distribución que ha venido aplicándose durante años. En ese sentido, me gusta mucho la iniciativa que ha tomado Juan Cavestany con su mediometraje El señor. Puede suponer una senda a seguir y, quién sabe, quizá una perspectiva de renovación que puede ser importantísima para el futuro.


Hablemos de tu libro... ¿Qué tal van las ventas? 

Por lo último que sé, iban bastante bien, teniendo en cuenta la coyuntura en la que estamos. En tiempos de crisis, lo primero a lo que renunciamos es a la cultura, así que suponer una excepción a ello es toda una suerte.

¿Qué te llevó a escribir un libro de superhéroes en el cine? ¿Entra en competencia con el de Quim Casas o no tienen nada que ver? 

La verdad es que Superhéroes: Del cómic al cine surgió, básicamente, de la búsqueda de un tema que resultara comercial, que se hubiera tratado poco, y en el que yo me sintiera cómodo. ¡Cómo iba yo a saber que otra gente tendría la misma idea que yo! Para mí fue un shock descubrir que Quim lanzaba uno mientras yo terminaba el mío, pero creo que ambos se complementan bastante bien. El suyo sigue el esquema de la colección de Robin Book en la que se enmarca, en forma de fichas, y el mío ofrece una visión más desarrollada, más extensa, sobre el tema.

¿No crees que el grueso del cine de superhéroes es de una mediocridad pasmosa? Sinceramente, ¿cuántas películas buenas DE VERDAD pueden sacarse del género? ¿Es mucho pedir que las cites o, al menos, algunas? 

Hay que pensar que el cine de superhéroes, como subgénero con unas reglas concretas y una forma de abordar a los personajes determinada, es muy reciente. Nace entre finales de los 90 y principios del siglo XXI: lo de antes son conatos que no llegan a cuajar. Así que es un género muy joven aún, y por lo tanto es normal que todavía no haya dado tantísimas grandes películas... Aun así, yo creo (y remarco eso, que es una opinión propia) que ha dado muy buenos filmes. Ahí incluiría el Superman de Donner, los Batman de Burton y Nolan, los Spider-Man de Raimi (¡y su Darkman!), el Hulk de Lee, los X-Men de Bryan Singer y Matthew Vaughn, Capitán América: El primer vengador, El protegido, Los Increíbles, Super... Y Los Vengadores, que me ha parecido una película de entretenimiento magnífica.

¡Compradlo! Aunque no lo creáis, no nos llevamos comisión...

A nosotros nos ha gustado mucho el libro. La maquetación es fantástica y el texto tiene un buen equilibrio para el lector reflexivo y para el aficionado. Está bien pensado comercialmente. ¿Cómo consigues ese equilibrio y cómo te lo planteas? 

Gracias por sus elogios. Tengo que decir que la labor gráfica es mérito absoluto del editor de Calamar Ediciones, Miguel San José Romano, que hizo una tarea magnífica tanto en la selección de imágenes como en la maquetación. Estoy encantado. Y en cuanto a mi parcela, la escrita, la verdad es que simplemente me planteé dirigirme a un tipo de lector similar al de Imágenes de Actualidad, la revista de cine en la que ejerzo de algo así como coordinador de redacción. El tono es, creo, similar: mucho más asequible que el que utilizo en Dirigido, pero sin dejar de tener un puntito reflexivo, que creo que es lo que ayuda a marcar distancias con otros textos más planos, más periodísticos.

Tonio, por fin (y con pena) nos despedimos. Ha sido un placer que nos gobiernes durante un mes, y esperamos que se repita con próximos proyectos. ¿Puedes darnos un avance de en qué andas y sobre qué tratan tus próximos proyectos? Gracias. 

Gracias a vosotros. De verdad que ha sido un auténtico gustazo poder explayarse en tres entrevistas tan interesantes... En cuanto a cuáles son mis próximos proyectos, vuelvo a los libros colectivos. He participado en un diccionario de directores contemporáneos para Cátedra, y tengo por delante un libro de autores de cine mudo europeo para Ártica Editorial, así como cositas que está organizando la gente de Miradas de Cine, y en las que siempre estoy encantado de colaborar. Lo que no puedo decirte es cuál será mi segundo libro en solitario: no porque sea un secreto, sino porque aún estoy meditando al respecto. Si tengo que dedicar a escribir varios meses de mi vida, quiero que sea sobre un tema interesante, y que me estimule de verdad.

Fin... (aunque esperamos que haya secuela)
PD: Perdón a Antonio José Navarro por el pie de foto, pero es que no he podido evitarlo... ;)