18 diciembre, 2012

Carpinteros y otros artesanos


Siempre he considerado básico para el análisis de ciertas obras un mínimo de dos o tres pasadas, preferentemente separadas por un tiempo prudencial. Dentro de este comportamiento, suelo considerar interesante la revisión de obras completas, algunas de ellas con la perspectiva del conocimiento añadido durante los años. Suelo hacerlo con Kubrick especialmente para descubrir como siendo alguien que me ha gustado casi desde siempre, he cambiado la manera de enfocar sus obras, de manera que ahora mismo las admiro por cosas radicalmente diferentes a las que admiraba hace años.

Dentro de este modelo de revisión y aprovechando algunas reediciones en Bluray, he decidido ponerme con John Carpenter, y curiosamente el otro día (quien dice día, dice mes, que he tenido poco tiempo para escribir) le tocó a They Live!. A pesar de su tosqueza visual a momentos, algunas de las cosas que vi me hicieron tener ciertas inquietudes por el Carpenter comunicador más que por el Carpenter cineasta. They Live! empieza en un mundo aparentemente de crisis donde una grupo de alienígenas disfrazados controlan económica y socialmente el país, todo dentro de ese tono Carpenter, pero de repente, y es algo que apenas recordaba, me encuentro el siguiente discurso:

...our impulses are being redirected. We are living in an artificially induced state of consciousness that resembles sleep... ...the movement was begun eight months ago by a small group of scientists who discovered, quite by accident, these signals being sent through television... ...the poor and the underclass are growing. Racial justice and human rights are nonexistent. They have created a repressive society and we are their unwitting accomplices... ...their intention to rule rests with the annihilation of consciousness. We have been lulled into a trance. They have made us indifferent, to ourselves, to others, we are focused only on our own gain. We ha... ...please understand, they are safe as long as they are not discovered. That is their primary method of survival. Keep us asleep, keep us selfish, keep us sedated... ...they are dismantling the sleeping middle class. More and more people are becoming poor. We are their cattle. We are being bred for slavery.

Indiferencia, rebaño, pobreza extrema, destrucción de la clase media, represión... Es difícil ver el mundo en que vivimos actualmente sin asociarlo con alguno de estos términos. A pesar de que todo esto parece que sea algo de la reciente crisis, hablamos de una película que tiene casi 25 años, ¿es posible que me acercase a Carpenter por sus temáticas y de repente me haya perdido algo importante?

Leed el Zoom Erótico!
A Carpenter se le llama el maestro del terror, considerado autor de culto (eso que a veces parece sinónimo de "cine cutre pero que mola"), pero es su faceta como narrador la que me estoy redescubriendo y la que me llama más la atención. Considerando su carrera así a grosso modo, Carpenter encaja dentro de los cánones marcados por la literatura clásica de ciencia ficción. Quizá no consiga la excelencia técnica de los grandes, pero su faceta de comunicador funciona de forma casi perfecta.

Una de las cosas que siempre me llamaron la atención de la literatura de ciencia ficción es la manera de presentar crítica social en escenarios imaginarios. Es evidente que esta característica no es exclusiva, pero curiosamente muchos de mis libros favoritos son de este género. Desde cómo se afronta la pobreza y la separación extrema de clases en Gateway (Frederik Pohl), las sociedades represivas de 1984 o Fahrenheit 451, pasando por Asimov, Clarke, Heinlein y un largo etcétera de autores que usan la ciencia ficción como espejo y que se atreven, no solo a afrontar los problemas del presente, sino sus consecuencias futuras.

Carpenter presenta una distopia parecida en They Live!, una sociedad extrema con pobres muy pobres y una clase alta, alienígena en este caso, que usa mensajes ocultos para controlar a la sociedad. Es la metáfora de las gafas que hacen ver la realidad la que me parece maravillosa a pesar de su evidencia, es el esfuerzo de ponerse las gafas y querer ver lo que despierta a la gente, pero incluso así, es algo que no todo el mundo hace, de hecho nadie parece querer hacerlo. Quizá por ser Carpenter (maestro del terror) o ser ciencia ficción (que quiera o no parece considerarse un género menor), no es una película de las que aparezca en las listas de crítica social, y sin embargo funciona perfectamente como símil de lo que estamos viviendo en los últimos años. No es la única aproximación de Carpenter a futuros distópicos, ya es algo que aparecía en su primera película, Dark Star (1975) y que llevó a un extremo todavía más evidente en Escape from New York (1981) donde el grado de nihilismo y desolación, a pesar de parecer una película de aventurillas en un futuro cercano, es enorme.

La representación del ser humano en situaciones extremas es algo que lleva haciendo Carpenter desde sus inicios y es algo que realmente me fascina de su forma de narrar, desde el grupo de héroes imposibles superando todas las posibilidades de Assault on Precinct 13 (1976) hasta la deconstrucción perfecta del héroe de Big Trouble in Little China (1986), una de sus mejores películas por su forma de combinar elementos de múltiples géneros y de hacer un análisis de la imagen del héroe americano y su mitología creando la antítesis perfecta del concepto que se manejaba en el cine de la época.

Soy un patán pero molo
Aunque parezca la elección evidente, The Thing (1982) sigue siendo mi película favorita de Carpenter, que no veo tanto como un remake de la producción de Howard Hawks The Thing From Another World (1951), como una readaptación de la historia original “Who goes there?” de John W. Campbell, Jr. No solo representa un hito técnico en efectos y creación de monstruos por parte de Rob Bottin, la situación de paranoia y desconfianza está representada de forma excelente y crea un ambiente de desasosiego y desconfianza que su precuela/secuela moderna no puede ni soñar en alcanzar, por mucho avance tecnológico que disponga. Carpenter considera esta película como la primera de lo que llama "La trilogía del apocalipsis", completada por Prince of Darkness (1987), con una atrevida aproximación a temas peliagudos como la fe y la religión y finalizada por In the Mouth of Madness (1995).

In the mouth of Madness es una película que forma parte del mi top particular de Carpenter por varios motivos, su aproximación al horror cósmico al estilo Lovecraftiano (también presente en Prince of Darkness) pero sobre todo por el uso maravilloso de la narrativa no lineal y la distorsión del tiempo y el espacio. Dentro de la esquizofrenia y confusión de realidad y ficción aparece también la autoconsciencia del film por la narrativa del cine de terror y sus paradojas, idea reaprovechada por Craven y su Scream poco después y por la reciente Cabin in the Woods.

Pasando el sábado por la tarde de tranquis
Dentro de casi todas las disciplinas artísticas existen los pioneros, los artistas, y existen los artesanos, que en general aprovechan lo creado por otros para generar su visión. No tengo nada en contra de los artesanos (de hecho yo soy un poco así porque dudo que mis reflexiones sean para nada novedosas) ya que de hecho las cimas suelen ser alcanzadas por ellos, suelen ser los que evolucionan la técnica hasta la excelencia, pero muchas veces a costa de tapar a los verdaderos pioneros. Carpenter es un pionero, un tipo arriesgado y no siempre con el beneplácito de la crítica y el público, pero en el fondo es uno de los elegidos que, con su particular visión, han creado en parte lo que ahora mismo es el arte del cine.

Pedro Pérez (aka. Findor)

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