Formado en filas de la ILM
Lucasiana, de trayectoría , tan irregular como fascinante, David
Fincher (Denver,Colorado, 28 de agosto de 1962), asemeja a la de los
atribulados antihéroes de alguno de sus films, zarandeados por las
circunstancias en un entorno hostil. Elegido como hombre de paja por los
productores tras la espantada del anterior director para un proyecto
muerto como Alien 3 el cual aún consiguió dotar de cierta atmósfera pese
a todo, todo debió ser tan demoledor para su ego que a día de hoy se
sigue negando a prestar un audiocomentario para el dvd o bluray.
El desembarco sibilino en salas de
Seven a mediados de los noventa, auspiciado por el productor Arnold
Kopelson, nos predispuso para enfrentarnos a los demonios de fin de
siglo en la moderna babilonia que es Nueva York, un film opresivo,
desencantado, con una atmósfera lluviosa inspirada en la estética de los
films de Ridley Scott y una fotografía monocroma casi blanquinegra,
cuyo gancho con la taquilla por la estrella emergente Brad Pitt, le
abrió las puertas para futuros proyectos. A partir de entonces, proyectos
como "The Game" o "la habitación del Pánico" tendran unas señas
personales propias, que son una estética urbana y oscura, fotografía
cuidada, protagonizadas por personajes de posición social elevada en
circunstancias terribles, Michael Douglas, Jodie Foster, en papeles que
de una u otra forma ya habían protagonizado con anterioridad.
"El Club de la lucha" es un caso a
parte, tanto que el film se ha convertido en objeto de culto, más allá
de la mediocre novela en que se basa, es un film, tramposo, excesivo, de
humor grotesco, pero necesario. Es un film "coctel molotov" que
necesitaría de muchas líneas para analizarlo. Hablamos de una película
que se está continuamente defecando sobre las marcas comerciales que
aparecen en él, hasta se permite hacer un homenaje a Ridley Scott
parodiando un anuncio suyo, que tiene a una estrella como Brad Pitt
interpretando a una alucinación esquizoide, que se adelantó un par de
años antes a la caída de las torres gemelas con el famoso plano final
mientras suenan los acordes del tema de los Pixies, en un alarde de
libertad creativa y tambien de mal gusto ¿porqué no? Fincher no se corta
en meter la polla en un par de frames, cosa que ya había adelantado el
maestro Bergman al inicio del film "Persona".
Con el nuevo milenio, y tras el
fiasco de "la Habitación del Pánico" Fincher va alcanzar una madurez
creativa exultante, todo ese talento visual va a estar al servicio de
guiones de relojería suiza van a dar lugar a alguna de las obras
maestras de nuestra época. La primera de ellas sería Zodiac, que sería
la copia en negativo de Seven, un film acerca del periodismo más que
sobre psicópatas al uso, en la línea naturalista de "Todos los hombres del
presidente", a su vez es un analisis sobre la obsesión compulsiva
del escritor-dibujante protagonista que acaba destruyendo su unidad
familiar. Film que no da nada hecho al espectador, en el que se juega a
eludir al asesino durante buena parte del metraje, este unicamente
aparece como una entidad abstracta que podría ser el final del sueño
hippie y del flower power, y ese miedo existencial que pudieron sentir
muchos espectadores USA al pensar que el asesino (ahí dejamos el dato:
cinéfilo y nunca atrapado oficialmente) podría estar en las butacas de
atrás del cine viendo el film también.
Con "la Red Social" Fincher nos
habla del pasado inmediato al servicio de un guión de hierro firmado por
Aaron Sorkin. Historia sobre amistades traicionadas y venganzas
tramadas mediante demandas millonarias, al menos esta vez se apiada de
ese puñado de nerds solitarios y finalmente podridos de dinero hasta la
médula, dirigido con un pulso firme y vibrante, si dentro de unos años
alguien quisiera mostrar un fresco sobre nuestro tiempo solo tendría que
proyectar este film. El futuro artístico de Fincher ahora mismo pasa por el remake del Millenium de Stieg Larson a punto de estreno, recibido con cierta tibieza crítica al otro lado del charco, una adaptación del clásico del Julio Verne "20.000 leguas de viaje submarino", y su eterno y esperanzador proyecto de adaptar "Cita con Rama" de Clark, tenemos Fincher para rato.
By Valek.
By Valek.
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