27 octubre, 2005

Preestreno: Choque, de Nacho Vigalondo (2005)


Un bareto de café a las 7:28 de la mañana,
una situación medio surrealista
con romántico terrorista,
una Marta Belenguer desconcertada
y sorprendentemente notable,
un desaliño técnico que apelaba
a la frescura (consiguiéndolo),
un blanco y negro en 35 mm de horas
prohibitivas,
un cruce tragicómico sorprendente,
una duración muy corta,
un musical que no lo es,
un par de sorpresas infalibles
y un cocktail de géneros dieron
a Nacho Vigalondo toda la gloria
del cortometraje nacional para erigirse
como el Santo Gurú de todo español
aspirante a cineasta, fans muy bien cuidados
y alimentados en su activa bitácora.


Y es que 7:35 de la mañana
es cinematográficamente más
que cuestionable,
pero tantas y tan inteligentes
propuestas en el triste panorama
corto,
y en 8 minutos,
no podían sino incluso rozar
el Óscar o entrar muy cerca
del primer puesto en el top
ten popular del panorama
nacional, con Goya o sin él.

O incluso conseguir a nivel
mediático, y mantener,
una constancia y popularidad
tan sorprendente que llevó
a Nacho a ser el sueño de
todo el gremio, sin excepción,
acompañando el estrellato de simpatía
y química con todos los atónitos
ojos. Difícilmente veremos
otro fenómeno Vigalondo,
ni siquiera comparable al de
Segura cuando por desgracia
nació.


Y es que Vigalondo es listo,
y mucho…
…y su valía como hacedor en estos
términos es absolutamente indiscutible.
Se trata sin duda de un magnético
showman que ha dado hostias y panes
a manos llenas y a partes iguales…
…y que arrastra al huerto incluso a sus peores
enemigos, esos que ya solo con la portada de
Choque le lanzaban dardos
envenenados, portada del todo inadecuada,
por cierto.

Envidiosos y acérrimos esperan con impaciencia
ver nuevas producciones suyas,
para confirmar o desmentir
la valía o el azar de sus inabarcables
triunfos;
y Vigalondo,
con Los cronocrímenes entre
largas manos,
se permite el lujo de rodar otro cortometraje
llamado “Choque”, entremés estrenado nada
menos que en el Festival de Montreal y de
próxima aparición nacional en el menú de
Gijón, así como en otros países, para ir calmando
a todas las bocas y estrenar su larga ópera prima entre la
más poderosa de las modas publicitarias.




Bien, pues la pirueta con este trabajo es aún mayor,
parece que se propone que TODOS esperemos
con ganas su largo, porque estos casi 11 minutos
de cortometraje tienen poco que ver con 7:35
(quizá lo de localizaciones de propuesta mítica,
una decena de personajes girando alrededor de
uno principal, serie B a través de serie A
y poca duración, nada más),
y se materializan en una propuesta a contraviento
para fans de 7:35 de la mañana y en un escarmiento
para enemigos ya que,
sí señores,
Vigalondo con su Choque ofrece un trabajo
poco o nada comercial y de una densidad más que
apreciable, tan poco encubierta de falso algodón
que la hostia no parece importarle.


Vamos, que no dejará de sorprendernos
si sigue por ese camino…


…¡hum!, tipo listo, tipo listo, como dijimos,
y a lo mejor hasta artesano, ¿quién sabe?...

...pues yo no,
pero a mí su Choque me ha convencido
y,
previo poco disfrute de 7:35,
desconcertado,
y soy de los de Fellini o Dreyer.


Choque está rodado en puro
y muy bien utilizado scope;
y en cuidados 35 milímetros,
muy bien sonorizados,
para cerrar la boca a los que le pusieron
verde por no cuidar la técnica
en su anterior trabajo,
y está planificado con influencias
bastante norteamericanas pero muy inspiradas,
consiguiendo un trabajo de gran virtuosismo.
Es un cortometraje millonario, sí, pero aquí
se ha aprovechado hasta la última pela y el
tío jodío no pierde un ápice de frescura.


Y es que Nacho Vigalondo tiene los cojones
de hacer un trabajo muy alternativo en márgenes
supuestamente comerciales y
en poder de los mejores ingredientes,
los más sanos, los más caros…
pero él nos usa todo eso para desconcertar
a grandes y pequeños;
él los usa para contarnos una sola cosa:


LO PATÉTICO QUE ES SU PERSONAJE.

Nada más,
no esperen historia divertida, palomiteros,
festivales y ayuntamientos,
porque Nacho golpea e irrumpe con Choque
en todas sus entry form, con esta valiente facha…


Y sí, después de su triste primera aparición
en subjetivo de Goenaga y en scorsesiano
plano que nos lleva de La Gran Via madrileña
a los mismísimos infiernos en forma de sorprendente
pista de coches de choque…
…Nacho nos subraya narrativamente con la privilegiada
técnica de la que dispone con…
…una fotografía que retrata muy bien el oscuro mundo
recreativo en fusión con el del freakismo más temeroso …
…o un sonido presencial y altisonante desde los tímpanos
del peor de los niñatos con facha
del peor de los pijos, paradoja que se revela la mejor
de las virtudes…
…o un diseño de sonido que tiene su mejor baza
en todo el complejo auditivo y desquiciante que
generan los coches de choque, muy bien tratado
y que el autor acaba dominándolo para usarlo
sabiamente como metáfora de la dudosa mente del
maestro de patetismos…
…o un vestuario que busca la caricatura y casi la mítica,
sobre todo en lo que se refiere a los falsos enemigos
del paranoico y pueril protagonista…
…o un maquillaje que pone perfectamente en su sitio
al detestable ser que puebla la cinta, haciéndole
parecer finalmente un mendigo orgulloso
y apaleado que vuelve
a la cruda realidad, en estructura circular
pasando otra vez por La Gran Vía madrileña
hasta el coche de una seguro compañera temporal…
…o una coreografía perfectamente montada
(digamos más bien editada) dentro de la pista,
allá donde explotan todos los vómitos (literalmente)
emocionales de un puñado de monstruitos,
orquestada como si de un Mctiernan muy inspirado
se tratase (digamos el de la Jungla de cristal 3,
seguro referencia).


Todo ello poblado de buenos momentos como
la inesperada llegada de los chavales y la reacción
de Vigalondo…
… o la forma en que el protagonista
percibe (y percibimos, porque tendremos
constantemente una visión subjetiva del
penoso incidente) la falsa violencia hacia
su novia en la pista…
…o la torpe y desquiciada
colisión del puño de Nacho con el cristal,
punto de giro para el triste desenlace del protagonista…
…o los fabulosos y desafiantes tiempos muertos
de la obra (el maravilloso plano largo de Nacho volviendo
a la taquilla para hinchar su indeseable ego, prescindiendo
de la pobre fémina…
…o las tensas paradas de los timo-viajes de los coches de
choque, justo en los momentos que el guionista quiere
para dar tensión…)…
…o la desazón global con la que acompañamos
al bastardo del personaje en el nudo de la historia
y las primeras colisiones, metiéndonos por
completo en su enajenado mundo…
…o el clímax final, con un incongruente desafío
frontal apostado por el triste individuo, desembocado
en, esto sí, el algo excesivo golpe del protagonista,
con fines congruentes pero medios algo fallidos y salidos de
madre, sobre todo por el torpe ralentizado que lo engloba
y las soluciones guionísticas.
Tirón de orejas aquí, sin duda.


Todo ello sin llegar a los 11 minutos, con unos
poderosos créditos-corchete de diseño setentero-festivo
pero con un tema musical muy mal elegido de Transvision Vamp,
que en su desenlace suaviza la propuesta
después del impenitente: “¿quieres saber quien
ha ganado?”. Es como si Vigalondo quisiera
dar marcha atrás ya con texto en la pantalla,
y esto sí que se revela como otro de sus principales
defectos…, defectos todos ellos que no acaban de definir
el producto…

Ahora, la peor de las deficiencias, que esperemos
que sirva como revelación: Nacho Vigalondo
actor. Si bien en 7:35 de la mañana ya
sólo nos hacía ver a Nacho Vigalondo
con una bomba colgada bailoteando,
aquí se carga bastante
la propuesta trágica sobre todo con su
trabajo de entonación, respiración y voz,
que parece prácticamente de Al salir de clase.
Él conoce bien la historia y mímicamente
intenta tirar de encantos físicos Vigalondianos
cuando cree que funcionará, pero en una misiva
como ésta debería haberse apartado del todo
y haber puesto a un actor que materializara
su guión de forma coherente, sin mirar el ego…
…y me temo que aquí sí que va a dar comida
a las fieras para dar y tomar…, y es una pena…
…porque como director de actores está muy
inspirado y el resto del reparto está magnífico…
…consiguiendo incluso que nos fijemos más
en las limitaciones del autor como intérprete.


Y es que a veces uno no puede hacer de
todo, y en el cine casi siempre los autores
se manejan mejor sin que se les
vea físicamente, sin duda…
…y hay que aprender a aceptarlo…
…ya que Clint Eastwood sólo hay uno…


Definición de un personajote de lo más egoísta,
falaz, irredento, pueril y, tristemente y para lo
más callejeados: verídico;
Choque se revela
como un trabajo de lo más estimable, poco
satisfactorio para los que sólo miran pero muy
curioso para los que observan.


Eso sí, maravillas como El gran Zambini
o inteligencias válidas como Éramos pocos
le hacen quedarse a medio gas en
el nuevo catálogo de Kimuak 2005,
pero queda muy por encima
del sosaina La gallina ciega,
el estúpido Sintonía ,
el insuficiente La guerra
o el plagiario Los ojos de Alicia.

Vigalondo es muy listo,
vaya si lo es...



Próximamente: DVD: Los mejores cortos del cine español. Volúmenes 5, 6 y 7 (2004)

5 comentarios:

Kelzor dijo...

Al final no me queda claro:
¿el corto defrauda o no?

El zoom erótico dijo...

Si eres fan de 7:35
dudo mucho que te
guste...

...

...yo no lo soy,
iba con las expectativas
por los suelos y me ha
gustado,
aunque no sea un producto
redondo...

...

...me parece un trabajo
con propósito...
...y no lo esperaba...

Anónimo dijo...

ey. la verdad es que te sigo desde cinepatas y la mayoría de las veces estoy de tu parte. No he visto Choque, pero realmente lo que me parece Vigalondo es inestable en cuanto a sus trabajos,,, con la misma te hace una maravilla que despues de un rato hace algo que apesta tremendamente a mierda. Despues de leerte aqui arriba, tengo ganas de ver el corto para ponerme un poco desde tu perspectiva. Advertidos vamos.

El zoom erótico dijo...

Gracias, mrpan,
animan mucho este
tipo de comentarios
para seguir cada
semana, sin duda...


Creo que más o menos,
por su perfil,
compartirá
opinión conmigo
del trabajo...
...ya me contará...

Anónimo dijo...

Para mi el corto está por encima de la media de lo que se suele ver al año en el panorama nacional. No funciona al mismo nivel que 7.35, y básicamente creo que es por lo siguiente.

La propuesta inicial, es decir la situación de "Perros de paja" en la que un tipo corriente, más bien un pringado ha de defender "su territorio" de unos "pueblerinos descerebrados" (en este caso los chavales de la pista de autos de choque), está muy bien. Hasta ahí engacha de puta madre. El problema para mi empieza a partir del momento en que el protagonista toma su decisión crítica: irse con su novia y olvidarse de los estúpidos niñatos o enzarzarse con ellos en una batalla por el honor de "macho" herido. El prota decide lo segundo y para mi aqui empieza a fallar la historia, ya que no se ha planteado anteriormente con la suficietne contundencia para que sintamos empatia por el a partir de este momento. Por consecuencia el duelo final se hace demasiado largo, ya que realmente no nos importa lo que está en juego, entre el protagonista y el antagonista. Creo que está era la dificultat de está historia, conseguri crear empatia por alguien que tenia un objetivo "estupido e infantil", y que nosotros como espectadores llegaramos a sentir lo mismo que en el tercer acto de "Perros de paja", donde deseamos con todas nuestras fuerzas que el protagonista consume su vengaza.

Es solo mi humilde opinión. Que nadie se enfade.