19 diciembre, 2014

Cortópolis XIII

Se puede decir que han pasado demasiadas cosas entre la última edición de Cortópolis y ésta, la principal de ellas, la larga espera entre el corte con Kinepolis y la obtención de una nueva sala, un corte que a algunos se nos ha hecho eterno porque, nunca me cansaré de repetirlo, este festival es una de esas cosas de las que no debería prescindir el panorama cultural de este país. Aparte de ser un poco mi otra casa y casi familia, pero ese es otro tema y roza alarmantemente el peloteo.

Hoy debería haber estado dentro de esa nueva sala para hacer un reportaje en condiciones, pero las circunstancias imponen, los accidentes pasan, uno no es indestructible y el hombro roto me impide viajar a disfrutar del evento. Por desgracia para vosotros, la era de internet deja hacer esto a distancia y aquí estoy otra vez, espero que por mucho tiempo.

Esta nueva sesión consiste en 7 cortos, algo mas heterogéneos que la sesión anterior muy centrada en el terror y el fantástico, pero como siempre, con un buen nivel de calidad. Además, siempre ha sido una virtud la variedad de la cartelera del festival. Con este rollo, vamos a lo que toca.


The Landing (Josh Tanner): Un pequeño relato de historia ficción donde una sonda rusa cae en la granja de un hombre obsesionado por los comunistas y la guerra fría. Junto al desarrollo de la relación padre hijo que se da en situaciones donde uno de los progenitores tiene esa vertiente tan radicalizada. La historia intenta cubrir las memorias del hijo y su vuelta a la granja para revelar lo que pasó cuando era niño, con una evolución y relación entre los personajes muy bien llevada y contada de forma ejemplar.


Valentina (M & M): Historia romántica mas o menos clásica que empieza donde una pareja recién separada aunque con un perro en común se van mintiendo sobre el lugar donde se encuentran en un determinado momento. Muy típico juego de equívocos, situaciones particulares y el toque del destino donde los protagonistas funcionan, el perro funciona y lo que quizá no me convence son los extras. No porque no funcionen sino porque creo que la historia podría funcionar igual sin ellos. Incluso con sus lugares comunes, sirve para sacar una sonrisa y creer un poquito en el amor.


Si tuvieran ojos (Polo Menárguez): Una azafata se queda de repente encerrada en el baño sin poder salir. Y a veces no se necesita más que una pequeña excusa para crear algo visceral. Las puertas que se abren y se cierran en función de la persona y un montón de imágenes potentes crean una pieza audiovisual realmente maravillosa, muy emocional y de la que es muy difícil apartar los ojos mientras ocurre. Un trabajo genial y muy a tener en cuenta.


On Fire (Alberto Evangelio): Empezando con una historia detectivesca más o menos clásica de asesinatos con pinta de ritual se acaba destapando algo más complejo y también con giro fantástico. Quizá el único problema que le veo al corto es ese giro y el medio epílogo final que sobreexplica cosas que quizá no debería, pero tampoco es un problema excesivo dentro del desarrollo de la historia. 


Bikini (Óscar Benácer): Carlos Areces haciendo de Franco. Podría quedarme aquí a la hora de describir este corto, pero sería realmente injusto. Es innegable que lo destacado es precisamente esto, pero con la excusa de convencer al generalísimo de las bondades turísticas del uso del bikini, se crea una pequeña historia de costumbrismo y comedia realmente fabulosa. Sin necesidad de aspavientos ni caer en la parodia se deja intuir como Franco puede ser un viejo verde y la vanidad de la señora Polo en un conjunto realmente muy bien rodado.


Safari (Gerardo Herrero): El corto mas dramático de la noche que toca el delicado tema de las matanzas de estudiantes. Es un corto incómodo, de los que te va tocando por dentro poco a poco y no se puede expresar con palabras, hay que sufrirlo. Además de todo esto, coincide que además esta rodado y montado de forma absolutamente espectacular. Me fastidia ser parco en palabras, pero me da la sensación que las que ponga no le harán justicia.


Dead Hearts (Stephen W. Martin): El corto a traición de la noche. Creo que es imposible empezar a ver este corto sin que te vengan destellos de Wes Anderson, o de esa maravillosa serie, especie de Amélie freak que para mi fue Pushing Daisies. El corto, narrado en off, empieza con una historia de amor infantil y desarrollada durante el tiempo que tiene además un pequeño giro fantástico para mantener la coherencia de la narración, todo con un aire de cuento bizarro desde el principio hasta el final.

En resumen, ha sido una vuelta interesante, con el problema de lo enorme que me llegó a parecer la sesión 12 y que lamentablemente crea comparaciones odiosas e innecesarias. Probablemente yo también esté muy oxidado después de tanto tiempo sin hacer esto, pero son cosas que pasan y a las que uno debe sobreponerse.

La próxima sesión espero que ya sea en directo.

Pedro Pérez (aka Findor)

19 septiembre, 2014

Álex de la Iglesia (VI)

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ÉRASE UNA VEZ EN ALMERÍA

El origen de 800 balas fue una huída hacia adelante provocada por una serie de fracasos y frustraciones. Por aquel entonces De la Iglesia y Guerricaechevarría se encontraban buscando localizaciones en Almería para su siguiente proyecto "La Trampa de Fu Manchú" una producción de alto presupuesto pagada por Andrés Vicente Gómez. Sería rodada presumiblemente en multitud de países como Nueva York, Londres, Shangai o Bangkok. Las circunstancias quisieron que acabaran siendo espectadores de una de esas escenificaciones de indios y vaqueros que rezumaban patetismo en el viejo poblado del desierto de Tabernas. Enseguida se dieron cuenta de que allí había una película.

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Cuando el productor le dio un severo recorte al presupuesto del film, Alex de desvinculó amargamente ya que no veía posible rodarlo en esas circunstancias. Funda su propia productora Pánico films, en sus propias palabras :"El nombre viene motivado por dos razones, porque voy a producir mi propia película y voy a ser padre” y escribe un guión a dos manos con su inseparable guionista  titulado inicialmente "Balas Perdidas" acerca de un grupo de especialistas que sobreviven entre los restos de un poblado del oeste. Medio en broma alguna vez ha comentado que inicialmente se llamó 100 balas pero que según se iba inflando el presupuesto aumentó la cifra hasta 800. 

"En el carácter del especialista hay algo de caballero templario. Son especialistas para toda la vida, y eso crea un personaje legendario, épico, perfecto para la verosimilitud de lo que quiero contar. Tienen algo de héroes trágicos, como el rey Lear. La comedia blanca, junto con el terror, es mi género favorito, pero no consigo hacer comedia pura. Me gusta que los personajes sufran, que las cosas les duelan."

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Va perfilando al líder de ese grupo salvaje con los rasgos de Sancho Gracia que en aquellos momentos se recuperaba de una grave enfermedad. Conociendo estas circunstancias y aún con los indudables valores del film cuesta no caer rendido ante semejante oda al fracaso glorioso. Y conviene recalcar que pese a que quisieron vender el film como un homenaje al Spaguetti western, hay poco en él del espíritu de Leone más allá de ser tomado como una referencia pop ineludible (esos créditos versionándolo a ritmo de rumba) y sí mucha de la metatextualidad de un Goddard o incluso Zemeckis si me apuran y así  darle al espectador algo completamente distinto a lo que está esperando. Porqué de lo que va el film, a parte de hablar de un pasado glorioso y falsamente mítico que no volverá, es hacer un homenaje al desaparrado alcohólico que se sigue tirando del caballo con una alegría casi infantil, al bala perdida que vive día a día como le sale de los cojones: "esto no es más que una barraca de feria, la pesadilla de un borracho" llega a decir el personaje de Carmen Maura. Tanto como tener en consideración a esas por aquel entonces recién nacidas corrientes de opinadores furibundos de foros cinéfilos que defienden cerrilmente esas parcelas de infancia cinéfila sin importarles lo desfasados que hayan quedado sus objetos de adoración. 

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El film tiene una hora inicial realmente magnífica en que están todas las obsesiones y fetiches del director, así como una mirada infantil por primera vez totalmente despojada de cinismo. Desgraciadamente su estimulante propuesta va diluyéndose como un azucarillo entre explosiones y secundarios gritones. Aún así se mantiene una sonrisa perpetua durante su visionado, con un andamiaje sustentado sobre los hombros de un inolvidable Sancho Gracia que aporta muchas de sus vivencias personales al papel, secundado por un orondo y mezquino Ángel de Andrés. Para desgracia del bilbaíno el film no tuvo nada que hacer frente a los taquillazos USA con los que compitió ese fin de semana y tuvo una pobre recaudación en taquilla. Aún así con el paso de los años se la recuerda como una obra rabiosamente personal, que podría ser su 8 y medio en equivalente Felliniano, y definitivamente una (casi) gran película.

Valek

09 junio, 2014

Cortópolis XII

Quizá esta haya sido una sesión algo rara de Cortópolis, menos público del habitual por coincidencia con el Nocturna y sala más pequeña de lo normal con una pantalla que tampoco llegaba a los niveles de calidad de la sala enorme.

Es curioso decir esto porque la "peor" asistencia es la que ahora mismo se queda en mi memoria como la mejor sesión a la que he asistido tanto en ritmo como en calidad. También coincide, no sé si por coincidencia con Nocturna o por selección casual, que el negro y el terror (géneros que admiro mucho) formaron parte importante de la sesión. Hay veces que escribir sobre sesiones como esta se hace más duro de lo normal, porque llega un momento donde formas parte de la familia y lo disfrutas tanto que parece que cuando alabas estás haciendo la pelota a un montón de gente que te cae bien. Podría, pero tendréis que hacer un acto de fe y creer que no es así, aunque sólo sea con mi palabra.

El cambio de sitio acabó generando cierto caos en lo que suele ser la presentación previa y concursos, pero nada especialmente preocupante. Los dos puntos importantes fueron el premio del público de la sesión anterior a la gala, que se lo llevó .Sub, un premio bastante merecido en mi modesta opinión. Y el pase previo a los cortos del trailer de "Si tuvieran ojos", último trabajo de Carlos Polo que aunque interesante, no permite hacerse mucha idea de lo que depara el corto final.

Y con esto, vamos a la sesión en sí.

Kush (Shubhashish Bhutiani): cortometraje seleccionado para los Oscar inspirado en el asesinato de la primera ministra Indira Ghandi en 1984 a manos de sus guardaespaldas sij y que provocó una batida importante por el país en busca de practicantes de esta religión. Kush es un niño sij en un autobús escolar que se ve protegido principalmente por su profesora durante su vuelta a casa. Muy emocional quizá se ve algo impedido por el hecho que no explica demasiado que está pasando hasta bien entrado el metraje

Canis (Marc Riba y Anna Solanas): Corto en blanco y negro y stop motion en un mundo de aire post-apocalíptico y donde una especie de epidemia afecta a los perros y se vuelven rabiosos. En protagonista y su abuelo viven aislados sobreviviendo como buenamente pueden hasta que una serie de circunstancias cambian esto. Quizá lo más interesante es como con una animación relativamente precaria y la falta total de diálogo sea todo tan narrativamente claro, cosa que por otra parte, es de lo que se trata el cine. También tiene algún momento de dureza importante y me dejó un poco loco el post proceso que da la impresión de estar rodado con cámara al hombro.

Mr. Dentonn (Iván Villamel): Me resulta un poco raro hablar del corto teniendo en cuenta que soy crowfunder y fan del anterior trabajo de Iván. Mr. Dentonn no se esconde en llamarse homenaje al cine de los 70-80, sobretodo a Carpenter y desde luego no decepciona en ese sentido. La historia en realidad es un poco lo de menos, enfocando gran parte del trabajo en la parte formal, que se puede decir tranquilamente que llega a una calidad exquisita en el trabajo de cámara y con una música que acompaña perfectamente a todo el desarrollo. Otro gran corto de Iván que deja de ser ya una sorpresa.

Lights Out (David F Sandberg): Bajo la idea del miedo a la oscuridad se esconde un corto muy interesante a pesar de la escasa duración. Incluso jugando con algunos tópicos funciona perfectamente en la mezcla del malrollismo con ciertos toques de humor.

Full Time (Mark Gill): Del director de The Voorman Problem llega una historia sobre el Alzheimer rodada de manera muy sobria. A pesar de no tener un hilo conductor clásico, se van presentando situaciones donde se examina la fragilidad de la memoria y lo duro que es esta enfermedad para los familiares y personas cercanas. Sin mucho ruido, Mark Gill es un director a tener en cuenta vistas sus incursiones en este terreno.

El amor me queda grande (Javier Giner): Comedia negra negrísima de amores y manipulaciones sentimentales que ejerce Lucía sobre Samuel para conseguir su plan maestro. La única característica peculiar de esta situación es que ambos tienen 10 años. Claramente estas actuaciones, muy creíbles a pesar de la edad, crean un doble sentido visual que funciona fabulosamente para crear ese ambiente de comedia enrarecido y bizarro, que además se potencia al estar rodado de forma impecable.

Fool's Day (Cody Blue Snider): De una comedia negra con niños a otra comedia negra con niños pero totalmente diferente. Esta vez la comedia viene menos por la parte de los diálogos y más por la situación en sí, de un absurdo a otro y con despropósitos constantes entre momentos de gore y negrura. Rodado de forma mucho más simple la verdad es que se queda lejos del resto de cortos de la noche a nivel formal, pero compensa con un montaje trepidante que lo hace funcionar como un tiro.

Y eso es todo, una sesión donde la votación posterior fue un suplicio porque incluso el "peor" puede ser un cortazo en otras circunstancias. Queda la espera de ver si las siguientes sesiones pueden estar a la altura de esta selección. Siento si la crónica a la mejor sesión no ha estado a la altura debido a una semana un tanto caótica en mi vida, pero esta vez particularmente, el viaje valió mucho la pena.

Pedro Pérez (aka Findor)

22 abril, 2014

Las cosas del directo

Nota 1: Para no interferir, la lista de premiados completa se ha publicado en otra entrada aquí.
Nota 2: Las fotografías pertenecen a Domingo Fotografía, con su permiso. Y son solo dos, para ver algo completo visitad el álbum de Facebook. Y dadle al me gusta!

No me quiero imaginar lo que debe haber sido la organización de la primera gala para todos los implicados en ella. Digo que no quiero principalmente por salud mental, aunque claramente se pueda objetar que un poco loco siempre he estado y más después de aceptar participar como crítico y como jurado. Sin embargo tengo ese subidón de autoestima de pensar que he participado en algo grande por algún mérito que tengo en este mundillo que siempre he amado y al que he decidido dar parte importante de mi vida. Y quizá ahora no se tenga esa sensación, por la resaca, por la Semana Santa, pero esto es algo grande, y espero que el tiempo lo ponga en su lugar.

Se puede entrar a valorar los errores de la gala, motivo de la precipitación, falta de ensayos, megáfonos de los chinos que no hacen caso cuando aprietas el botón y pequeños detalles que tampoco enturbian la mayoría de aciertos dentro de la cantidad de tiempo definido para el evento. Puede gustar más o menos, cada asistente acabará teniendo su opinión, pero en un evento así no se puede agradar a todo el mundo así que el resultado no deja de ser una decisión basada totalmente en la intuición. Una estructura basada en gags, entregas de premios y la emisión de los cortos nominados para crear un ritmo en el que nada ocupe demasiado espacio seguido. En ese sentido, felicitaciones a los actores que reinterpretaban los cortos nominados de forma peculiar, a quien quiera que decidiese hacer el chiste de Voice Over, a Iván Sainz-Pardo por su muerte figurada en el escenario (y casi literal cuando le sacaban de el) y a Gloria, presentadora del evento por saber manejarse e improvisar en varios momentos.

¡Dispérsense! ¡Aquí no hay nada que ver!
Como en cualquier gala también puede existir la tentación de hablar de premios justos o injustos, y aunque pueda estar de más de acuerdo con algunos que con otros, la elección ya fue suficientemente difícil como para decir a nivel personal que no creo que hayan existido injusticias extremas, ya que todos acaban teniendo muchas y repetidas virtudes (ese es mi tópico). Aunque los ganadores "morales" de la noche fueron Curfew y Efímera, con tres premios cada uno y claramente de los importantes, ambos sucumbieron ante Misterio en la votación final de mejor cortometraje.

El colofón final que debía ser el nacimiento del Nene se quedó en falsa alarma debido a ciertos problemas técnicos, artísticos y la falta de epidural mayormente. El año que viene espero que haya más suerte.

Quizá esta crónica sea demasiado corta, pero me es dificil entrar en juicios cuando era una noche para dejarse llevar sin mucho más. Quizá fuese una de las mejores noches que he tenido en los últimos meses. Quizá es que todavía me dura la resaca de la eufória y no quiera perderla. O simplemente sean demasiadas sensaciones como para explicarlas en un simple blog.
 
Muchísimas gracias, familia
Pedro Pérez (aka Findor)

17 abril, 2014

Premios Nene 2014

Esta es una lista de los premiados en la gala, de forma resumida a modo de referencia mientras la web de Cortópolis gestiona un listado en mejores condiciones.

  • Mejor Cortometraje: Chema García Ibarra (Misterio)
  • Mejor Dirección: Shawn Christensen (Curfew)
  • Mejor Dirección de Producción: Jose Luis Matas Negrete (Aquel no era yo)
  • Mejor Dirección de Fotografía: Daniel Katz (Curfew)
  • Mejor Cortometraje Documental: Sergio Oskman, Dok Films (A Story for the Modlins)
  • Mejor Cortometraje Experimental: Antonio Espigares, Kike Mesa (Fuga)
  • Mejor Cortometraje de Animación: Bo Mathorne, The Animation Workshop (The Backwater Gospel)
  • Mejor Guión: Alberto González Vázquez (Democracia)
  • Mejor Actor: Luis Callejo (Lucas)
  • Mejor Actriz: Fátima Ptacek (Curfew)
  • Mejor Música: Arturo Boscovich (Fuga)
  • Mejor Sonido: Pk Hooker (Record/Play)
  • Mejores Efectos Especiales/FX Directos: Rafael Castro (Voice Over)
  • Mejor Postproducción/FX Digitales: Miopía FX, La Huella FX y Álvaro Díez (Efímera)
  • Mejor Dirección Artística: Davíd Benítez, Diego Modino y Julio Torrecilla (Efímera)
  • Mejor Vestuario: Vanessa Evrard (Death of a Shadow)
  • Mejor Maquillaje (FX) y Peluquería: María Solans, Ángela Moreno (Horizonte)
  • Mejor Montaje: Aaron Wolfe (Record/Play)
  • Mejor Videopresentación: Alberto González Vázquez (Democracia)
  • Nene del Público 39 Escalones: Diego Modino (Efímera)
  • Nene Homenaje: Iván Sainz-Pardo

24 marzo, 2014

Álex de la Iglesia (V)

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La siguiente review nos retrotrae 14 años atrás en el tiempo (parece que fue ayer). La Comunidad (2000) supuso una de las cimas del director y una inesperada tregua entre crítica y público. Multipremiada y atesoradota de unas estupendas interpretaciones de actores de raza como Carmen Maura, Emilio Gutiérrez Cava, María Asquerino, Sancho Gracia y Terele Pávez entre otros. También fue pionera en fundar un esquema de historieta coral y castiza que fue sableado sin pudor en teleseries de la factoría de José Luis Moreno.

Julia (Carmen Maura), una mujer madura que trabaja en una agencia inmobiliaria, encuentra 300 millones escondidos en un piso. A continuación se traslada al apartamento de arriba y esconde el dinero, pero tiene que enfrentarse a la desquiciada comunidad de vecinos, encabezada por un administrador sin escrúpulos (Emilio Gutiérrez Caba), que hará todo lo posible para retenerla y quedarse con la fortuna.

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LA COMUNIDAD: UNA ISLA LLENA DE MONSTRUOS 

En los albores del nuevo milenio Álex de la Iglesia se encontraba en una posición  privilegiada en la cinematografía española. A esas alturas contaba con una filmografía absolutamente coherente con sus obsesiones y consciente de poseer un nombre que significaba resultados en taquilla. Su oronda figura pública dirigía de tú a tú hacia un target de público eminentemente juvenil pero conocedor de nombres como Buñuel, Berlanga o Polanski por citar tres influencias constantes. Gente con una educación forjada por clásicos emitidos de madrugada en la 2 o en los videoclubs, por situarnos, en la prehistoria del estallido de los portales de descarga. Por eso el trabajo que nos ocupa es prácticamente un mix de guiños personales, un cocktail festivo tan bien batido que consiguió contentar desde el fan que alucinaba con la proclamas de extrema izquierda de “El Club de la Lucha” (David Fincher, 1999) hasta el tertuliano de Garci de la última fila. 

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100% de dioses
Según el bilbaíno: 

“La película nació cuando le dije a Andrés Vicente Gómez […] que quería rodar una historia de suspense en un solo decorado. La idea inicial era que todo ocurriera en un piso; finalmente, el piso se ha convertido en edificio”
También menciona la influencia de “la Isla del Tesoro”:

“En La comunidad también existe un tesoro mítico capaz de salvar a todos del horror.”

El verdadero tesoro del film era su estupendo guión pergeñado a dos manos con Jorge Guerricaechevarría, su guionista habitual y amigo de la infancia. Parte de las secuencias más sugerentes del film ya estaban esbozadas en su novela “Payasos en la Lavadora” (Planeta, 1997). Aunque Álex la enfocó de manera autobiográfica en la primera persona del poeta Satrústegui, nunca se ha pronunciado al respecto sobre la veracidad de ciertos pasajes:

“Un día, mi madre se dejó los grifos abiertos y el agua pasó al piso de abajo […] apuradísima no quería bajar y tuve que hacerlo yo. Salí de mi casa con “La Varillas”. Bajé la escalera. Abrió la puerta. Me dijo que la acompañase. No había luz. Nada. Solo la que entraba por la puerta que acabábamos de abrir. Avancé unos pasos. Advertí un extraño olor pegajoso. Indefinible. Sabía por dónde andaba porque se trataba de la misma distribución de habitaciones que arriba, pero no podía ver nada. Ella se perdió en la oscuridad sin esperarme. Eran las seis de la tarde ¿Por qué no entraba luz por las ventanas? Mis ojos se acostumbraron a la oscuridad y pude distinguir lo que me rodeaba. No entraba luz por las ventanas porque unas enormes montañas de basura las cubrían por completo.

La casa estaba llena de mierda.

Una mierda negra, orgánica, que se había ido depositando por capas durante decenas de años, hasta hacerse dura. Integrados en aquel magma infecto podía distinguir calcetines, calzoncillos, platos con restos de comida, periódicos antiquísimos, una fauna innumerable de insectos- algunos voladores-y sobre todo, cucarachas. La porquería hacía desparecer los pasillos hasta tal punto que sólo se podía andar por un pequeño caminito, como en la selva. Por ambos lados nos rodeaba la lava de mierda petrificada. Llegamos a la cocina y me enseñó la gotera del techo. La pintura se había levantado un poco.” 

De la iglesia finaliza la escatológica anécdota del libro con una frase lapidaria que podría haber sido pronunciada por algún personaje con el rostro de Álex Angulo en uno sus films: 

“Lo más intranquilizador es averiguar el origen de las cucarachas y saber que el infierno se escondía a un par de metros bajo mi cama.” 

El film fue cuidadosamente concebido para controlar hasta el último detalle de producción. Arri y Biafra los habituales diseñadores del director estuvieron durante semanas visitando inmuebles abandonados buscando humedades y desconchones de todo tipo que encajaran con la atmósfera opresiva del film. Al final el resultado es un “13 Rue del Percebe” Ibañesco aquella genialidad de comic por página meets “El Quimérico Inquilino” de Polanski. La fotografía de Kilo de la Rica y la partitura de un Roque Baños influido por Bernard Herrmann redondean esta oda al horror doméstico.

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El film es un homenaje al voyeur que todos llevamos dentro
“Precisamente fue el afán de controlar todos los detalles del rodaje lo que nos hizo tomar la decisión de rodar La comunidad en decorados. Como realizador, me siento muy próximo al modelo de trabajo establecido por los cineastas de los años cuarenta y cincuenta. Por eso considero que el rodaje en decorados es beneficioso para mejorar la calidad de una película: al conseguir una iluminación controlada y estable, hay más tiempo para otros menesteres”. 

Desde los primeros minutos del film, los creadores son conscientes de manejar materiales clásicos en un discurso postmoderno. Así ese cadáver putrefacto podría representar esa vieja España empobrecida cuya máxima aspiración sería conseguir un premio en una quiniela de 14, es ese sueño patético de una buena posición social la que la emparenta con el neorrealismo y películas como “El Pisito” o “El Cochecito.” 

La televisión como objeto mágico. Varios de los momentos claves del film están anticipados a través de la pantalla del televisor, es una especie de oráculo. Julia descubre donde está el tesoro a través de las baldosas del anuncio de Don Limpio, otro anuncio provocará la discusión entre Julia y su marido (Jesús Bonilla) al no entender este último lo que le está intentando decir. En uno de los documentales varios buitres tendrán un comportamiento similar a los vecinos del film, el director hasta se permite jugar superponiendo el sonido de unas fieras sobre ellos.

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"Cinco hombres van en el cofre del muerto..."
Star Wars (George Lucas, 1977) como territorio de la infancia. El personaje de  Charlie (Eduardo Antuña) será el idealista que no traiciona sus creencias. Es un personaje célibe (como los Jedis) anulado por una madre superprotectora. Vive en su cuarto rodeado de fetiches o talismanes de Star Wars que le protegen del horror exterior. Esa infantilización de ese hijo cuarentón que ya empieza a tener calva, es un arquetipo de un matriarcado muy arraigado en el norte de España. Charlie tendrá que hacer una prueba de fe para ver sí Julia es como el resto de vecinos cambiándole la maleta al final. Algo parecido al regreso de Han Solo en la estrella de la muerte. Esa duda razonable. 

El dinero lo pudre todo. Julia comienza el film como una mujer risueña. A lo largo del film, y en concreto tras cruel paliza que le propina Gutiérrez Cava, mientras este recita un discurso lleno de razones que serán anuladas por la violencia de los golpes, esa sonrisa se irá tornando en mueca. En varias secuencias se nos refleja el dinero como papel coloreado sin ningún valor real, esos tickets de Eurodisney, los billetes del monopoly acumulados cuidadosamente por Charlie. Finalmente el dinero le traerá más quebraderos de cabeza que satisfacciones. La maleta cada vez irá tornándose más pesada “Como si llevaras el alma dentro”. Como aquel pedrusco atado al cuello de De Niro que reflejaba toda la culpa en “La Misión” (Roland Joffé, 1986), tendrá que hacer un acto de liberación y saber desprenderse de él.

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Esa también fue mi cara al ver a Pávez hacer el salto Matrix
Grand Finale. No fue la primera y tampoco la última. El film alcanza su clímax con una impactante persecución en los tejados y termina en la cuádriga del edificio de BBVA en otro ejercicio de geografía madrileña tan habitual en el director . Es una elección estética tomada de Hitchcock. Los personajes hacen un difícil ascenso al olimpo para ser redimidos o condenados. Normalmente es el momento oportuno para hacer algunas confesiones que afectaran a la vida de alguno, como ocurría “En el Imperio Contraataca”. Coloquialmente es escupirse un par de verdades a la cara. Como guinda este tipo de secuencias siempre terminan con algún pobre diablo precipitándose al vacío, en este caso le toca el turno a Terele Pávez.

Una vez estrenado el film el director ya había posado hace tiempo su ojo en el pasado cinematográfico en la mítica tierra de Almería y el spaghetti western, pero esa ya es otra historia. 

Valek

27 febrero, 2014

Cortópolis XI

Nuevo año, nueva temporada de Cortópolis en este este invierno de altibajos climáticos y con la renovación llegan nuevos cortos, nuevas oportunidades de ver audiovisual interesante y sobretodo, la parte divertida de la crítica que es poder disfrutar de ello desde mi puesto alejado. Esta edición se presenta además con un evento a marcar en el calendario, la elección de los primeros nominados para los premios Nene en un total de, nada más y nada menos, 21 categorías que tocan un poco todos los puntos importantes del desarrollo audiovisual del cortometraje, una selección de cortos de factura impresionante y en la cual voy a tener el honor de participar. Doble alegría, porque a pesar de las prisas, las entregas cuando no tienes tiempo y los dolores de cabeza cuando parece que no tienes nada que decir, no voy a negar que, al menos aquí, me encanta mi trabajo...

Seis son los elegidos para estrenar el año y a por ellos vamos.


Por eso no tengo hermanos (Paco Cavero): A pesar de no haber podido ver una copia con el acabado final, no tengo nada más que elogios para este corto de Paco Cavero con una historia de cuñadismo extremo en busca de monstruos en lagos. Sostenido por la naturalidad de los diálogos entre Carlos (Gorka Otxoa) y Antonio (Antonio Castelo) y la aparición estelar del campista perdido (Manuel Burque), es todo un no parar de situaciones a cual más absurda desde el principio hasta el final. A esa naturalidad ayuda muchísimo el que los tres protagonistas estén a un nivel espectacular durante todo el desarrollo. Aparte con sorpresita final, ¿qué más se puede pedir?



Solsticio (Juan Francisco Viruega): Una historia de pérdida y superación con toques sobrenaturales y apocalípticos y que basa un poco su desarrollo en La Flauta Mágica de Mozart a la cual hace referencia Joana (Ingrid Rubio), la directora de ópera protagonista. Una historia que cuenta el regreso al hogar de la protagonista y que basa el texto más en la metáfora y la simbología visual que en la racionalidad que en el fondo busca su protagonista. Muchas caras conocidas y rodeadas de imágenes hipnóticas y desarrollo algo oscuro pero que dejan un poso de inquietud y reflexión importante en el espectador.


2º a (Alfonso Díaz): La excusa de un casting para algo que no sabemos sirve para ver un pequeño juego de seducción por parte de Olga (Olga Alamán) al director (Jonathan D. Mellor), para convencerle que es la mujer que necesita para el casting. Un relato breve que se refuerza con un  más que interesante juego de miradas y planos cortos de los protagonistas aunque se pueda sacar inconscientemente una sensación negativa del uso que dan las mujeres a este juego de seducción.



.Sub (Jossie Malis Álvarez): A veces uno se encuentra pequeñas obras audiovisuales basadas en el metalenguaje que saben usar estos elementos de forma muy interesante. .Sub es claramente uno de ellos donde se usa un recurso como los subtítulos para hablar de la dificultad de integración de una mujer inmigrante (Yollande Michele Elle Aka’a) en la sociedad y las trabas burocráticas. Con ligeros toques de ciencia ficción en el dispositivo que integra los subtítulos en las personas y por el cual se integran en la sociedad. El resultado es un corto divertido de ver y que auna la crítica social hacia algunos sistemas de inmigración.



Namnala (Nacho Solana): Namnala nos cuenta la historia de José (Álex Angulo), dueño de una tienda de reparaciones y que se siente obsoleto y con poca utilidad al mundo, hasta que un visitante desconocido (Babou Cham) le pide reparar una cámara y la cinta que contiene. Aparte de una aparición fugaz de otra clienta, el peso principal de la historia recae sobre Álex Angulo y Babou Cham con mucho acierto interpretativo en general, aunque me apasiona particularmente la escena de la reparación de la cámara y todo que logra transmitir, aunque quizá en ese punto el espectador avizado ya se ha dado un poco cuenta de por dónde pueden ir los tiros. Me parece muy interesante la reflexión sobre esas profesiones olvidadas y su verdadera utilidad o el hecho de que cualquier cosa que sirva para hacer feliz a otro en realidad nunca es tiempo perdido.


Alexis (Alberto Evangelio): Alexis es un niño con poderes fruto de un experimento que no acaba de salir bien y le convierte en una máquina de matar. Un poco al estilo Akira con niño telekinético que se vuelve un poco loco con el experimento. El corto luce bien dentro de su ambiente minimalista en sala de entrevistas/bunker aunque su mayor lacra quizá sea el que la historia y el desarrollo son un poco tópicos y conocidos para los amantes del género, pero que al final tampoco se hace pesado por el desarrollo dinámico y bien llevado.



Frost (Jeremy Ball): Cortometraje canadiense y único representante internacional de la sesión que nos trae la historia de Naya (Emily Piggford), una cazadora habitante del ártico que ante la escasez de comida para ella y su familia salir de los límites tradicionales de caza saltándose así la tradición ancestral. Narrado en off y con un claro mensaje acerca del progreso y salirse fuera de los márgenes junto con otro más ecologista acerca de los peligros y las consecuencias del ser humano en el entorno. Muy potente visualmente con unos efectos especiales muy logrados y una fotografía acorde a ellos.

Es evidente que a veces me dejo llevar por la euforia y mi pasión por el medio a la hora de los elogios, pero una de las virtudes del cortometraje y lo que me hace ser tan parcial a veces es que nunca me da la sensación de haber perdido el tiempo con ellos aunque no acaben de ser obras magnas dentro del mundo del cine. Al menos es lo que me pasa con Cortópolis y lo que me pasaba con Córtate y lo que me suele pasar viendo estas selecciones, que dentro de sus altibajos eventuales y normales por otro lado, en el fondo la sensación es enormemente positiva. Es verdad que formo parte activa del evento y se me puede acusar de esta parcialidad, pero tened en cuenta que no cobro por ello, así que claramente no estoy aquí por la pasta...

Para la siguiente sesión, Gala y entrega de premios. Esa por supuesto, no me la pierdo.

Pedro Pérez (aka Findor)

22 febrero, 2014

Her

(Este texto de la película contiene spoilers importantes tanto del desarrollo como del final porque he sido incapaz de escribir todo lo que quería sin hablar de esos momentos, avisados quedáis)

Tengo que reconocer que el género romántico como tal, en especial cuando se acompaña del concepto comedia, nunca ha sido uno de los que más me atrae. Probablemente sea porque es una etiqueta que conlleva demasiados lugares comunes, aunque tampoco soy fan de las etiquetas y por lo tanto no odio las películas románticas en su totalidad, sino sólo las malas, que lamentablemente son la mayoría…

Tampoco me gustan mucho los tópicos ni esos mensajes de la pareja ideal, del amor por encima de las circunstancias, etc… En mi caso personal acaban matando un poco la suspensión de incredulidad que uno debe tener para enfrentarse al cine. No es que sea o me considere una persona poco romántica, pero hay ciertos estereotipos sobre la felicidad que me parecen algo dañinos y capaces de crear expectativas irreales sobre la felicidad. Incluso alguna película donde parece que se ensalza el amor por encima de la imagen como La bella y la bestia o Shreck, acaban saltándose su moraleja para convertir al príncipe en alguien guapo con ojos azules o convertir a Fiona en una ogra, porque como narices van a juntarse un ogro y una monísima princesa humana pelirroja, maldito enfermo…

Sin embargo, Spike Jonze es un director que me apasiona desde sus inicios en esto de los videoclips y los cortometrajes, y me apasiona incluso en películas que también considero algo más fallidas en conjunto como “Where the Wild Things Are”. Es por eso que a pesar del posible torcimiento de morro ante Her, me he decidido a verla. Todo ese ambienté que Jonze sabe dar a sus películas es algo que también se mantiene en Her, dando naturalidad a un mundo futurista y extraño donde hablar con ordenadores es lo más normal del mundo. Y es por eso que Her me parece que es una de las películas románticas más maravillosas y, sobretodo, sanas y sinceras, que se pueden ver ahora mismo, y que pasa a mi pequeña lista de cine sobre relaciones de pareja que me parece imprescindible.

El primer acierto y constante en su filmografía es conseguir que el mundo ficticio donde sucede todo sea tan extremadamente cotidiano, el transcurrir del día con la tecnología o viendo el trabajo de Theodore es suficiente para hacernos una idea de como funciona todo. Vemos su vida y sus problemas para superar un matrimonio fallido, aunque también se descubre su capacidad para el romanticismo. Todo funciona de manera algo extraña hasta que aparece Samantha, la instancia que compra del nuevo sistema operativo OS1 basado en una inteligencia artificial y del cuál acaba enamorándose.

Instalando Amor 1.0
En este punto hay que preguntarse que tiene de sano y sincero una relación entre un hombre y, ya no un robot físico, sino una representación virtual de una mujer. Pues la respuesta sencilla es que esta relación se sostiene única y exclusivamente por la relación espiritual, por encima de cualquier otro tipo de limitación física. Quizá no deja de ser otro de esos tópicos sobre el amor que distorsionan la realidad y nos hacen crear expectativas inalcanzables sobre la conexión mental por encima del tiempo y el espacio, pero esta relación entre Theodore y Samantha me convence como muy pocas veces (a mi personalmente que soy el raro témpano de hielo inmune a las historias felices) porque se desarrolla como una consecuencia del día a día y no como un objetivo. Funciona porque su contacto evoluciona en querer hacerse felices el uno al otro sin la obligación de coexistir en el mismo plano físico (es más, cuando se intenta crear usando un "cuerpo de alquiler" este vínculo deja de funcionar) y funciona porque todo se convierte en un intercambio en el que sólo existen dos personas queriendo hacerse felices mutuamente de forma totalmente desprendida y en el que ninguno espera nada del otro. Por supuesto esto es posible por un guión escrito de forma casi impecable que hace que uno se crea absolutamente todo lo que está pasando a pesar de ser más irreal que la mayoría de comedias románticas existentes.

A pesar de esta inherente felicidad y perfección, no se puede dejar de pensar que una relación así no puede funcionar, y aunque así acabe siendo y deja de hacerlo en la recta final es por motivos que me parecen todavía más sinceros. La evolución de Samantha, la clásica autoconsciencia de IA recurrente en la ciencia ficción es lo que le hace situarse en un plano superior y la que acaba impidiendo que puedan estar juntos. Samantha necesita existir más allá de su confinamiento espacial para ser feliz y Theodore, viendo que no puede ofrecerle lo que necesita, la deja ir, porque la felicidad de Samantha es más importante que la suya propia.


Y aquí estamos, viendo ese momento en las vidas de estos dos seres, una relación que no estaba destinada a perdurar y que a pesar de ello no impide a sus protagonistas entregarse totalmente a esos pequeños momentos, porque esa felicidad efímera es importante, quizá incluso más importante que la posibilidad de una felicidad eterna.

Pedro Pérez (aka Findor)

18 enero, 2014

Álex de la Iglesia (IV)

Nino: ¿Me vas a matar adelante de toda esta gente?
Bruno: ¿Qué pasa, qué te da vergüenza?
Nino: No, me la suda, estoy haciendo tiempo, porque a las siete esto va a estar plagado de policías, van a ver lo loco que estás y te van a meter en la cárcel ¡Así volveremos a estar juntos!

Bruno y Nino son los humoristas de éxito en este momento. Detrás de las risas y el glamour se esconde un intenso drama humano de celos, manipulaciones, y amistades traicionadas. Todo este odio parece desembocar hacia el especial de Nochevieja de TVE donde llevaran su último número cómico hasta el extremo ante los asombrados telespectadores.

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MUERTOS DE RISA: BIENVENIDOS A PRADO DEL REY

La historia de cómo surgió la premisa del film no puede ser más prosaica, según Álex de la Iglesia:

“Yo iba en un taxi y entonces pensé: dos tíos se quieren tanto que se terminan matando”. 

Después del infernal rodaje de Perdita, Álex tomó nota y decidió volver a lo que mejor conocía: la memoria sentimental de televisión española. En concreto de una pareja de humoristas tipo como las que proliferaban por aquel entonces, véase Tip y Coll, Pajares y Esteso o Martes y Trece. 

Según Álex : “los humoristas de aquella época son los tipos que han construido mi cerebro”. La idea era trabajar con un equipo ya conocido y a ser posible contar con una pareja de cómicos famosa. El resultado es que cuando les enviaba el guión a continuación le llamaban preguntando como había logrado averiguar tantos trapos sucios. 

Según Wyoming: 

“Todas las parejas cómicas acaban igual, llega un momento en que las dos personas crecen, evolucionan, pero es que hay una cuestión de fondo: es que el negocio es demasiado bueno, es como decirle a Coca-Cola: a partir de ahora solamente haces kalimotxo y Fanta”. 

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Ellos también llegaron a las manos
Los protagonistas del film acabaron siendo el mencionado Wyoming, showman, cantante, y en aquel tiempo presentador del programa "CQC", bastión político y del artisteo, que lideraba las tardes del domingo en Tele5. Y el viejo compinche de Álex, Santiago Segura, que de la noche a la mañana se había convertido en un tipo súper conocido por toda la piel de toro (exceptuando si eras Esperanza Aguirre) al dirigir "Torrente: el brazo tonto de la ley", y cuya nueva posición en la industria ocasionó más de un choque de egos durante el rodaje. Según Segura: 

“Una pareja de cómicos tiene ese problema, llevan 15, 20 años juntos, y siempre hay uno que piensa que gracias a él funciona la pareja, y los dos piensan lo mismo. Al mismo tiempo se dicen:“Qué sería de mí sin este cabrón””. 

También conviene señalar que fue el inicio de una prolífica colaboración con el gran Roque Baños. El director solo tenía palabras de alabanza hacia a el compositor: “El nuevo Goldsmith, el Max Steiner de Jumilla, el John Williams español”. El resto de la BSO estaba sazonada de canciones y versiones psicotrónicas de hits cañís que retrotraían hacía sodomías auditivas ya olvidadas. Hasta el inenarrable vídeo promocional del film eran unos calorros Wyoming y Segura arrancándose con el “¿Qué pasa contigo tío?” de los Golfos rodeados de jamonas al más puro estilo Valerio Lazarov. 

El film podrá ser muy irregular, a ratos decididamente brillante, (como ese gag de la bofetada final) pero no se le puede negar ser un fresco sensacional de aquellos tiempos. Ya la propia fotografía de colores desvaídos de Flavio M. Laviano asemeja aquellas viejas Kodachrome de los 70 y 80, pasando por el trabajo de vestuario y peluquería que se va observando a través de los años (los actores se sentían muñecas barbies), todo por acercarnos a la deliciosa horterada de aquellos años. 
El film va discurriendo por localizaciones y lugares que a día de hoy son absolutamente marcianas y delirantes. Las viejas salas de fiesta en donde cantantes de tercera ganaban los garbanzos cantando versiones de Nino Bravo, los teatros argentinos, mitad espectáculos circenses ambulantes, mitad strip-tease a los que solía acudir público de lo más variopinto, el bombero torero y su número de enanos y más adelante con la llegada del PSOE los primeros conciertos de rock en las cárceles. 

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El film es una puesta al día de las virtudes de esa obra maestra inabarcable titulada “¿Que fue de Baby Jane?” en que dos artistas decrépitas y venidas a menos sustentan su existencia en el odio que se profesan. Y  la imprescindible “El Rey de la Comedia” de Scorsese en que una pareja de tarados deciden secuestrar a Jerry Lewis para que el personaje de De Niro consiga su entrada triunfal saliendo en televisión. Seguramente si le preguntáramos a De la Iglesia no negaría estas dos influencias motoras a la hora de escribir el guión. 

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Esto del humor no tiene ni puta gracia
Mucho más equilibrada y pulida que su hermana bastarda posterior “Balada Triste de Trompeta”, aunque superada la hora de película se vaya un poco de manos, otro momento que conviene resaltar es la surrealista secuencia de la mano gigante de Bruno, que en propias palabras del director:

“Era una referencia súper culta, súper snob y tonta a un documental de Gómez de la Serna en el retiro con una mano gigante hablando a las masas”.

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Te daba así...
Valek