27 septiembre, 2013

Cortópolis VIII

Como hombre de ciencia, suelo ser una persona con una predisposición bastante favorable a los experimentos. En muchos casos, si uno no sabe como puede funcionar algo, lo mejor es probar y ver que pasa...

A partir de este mes, Cortópolis y yo hemos decidido experimentar y probar a ver que tal sale una crónica a distancia. La crónica oficial es algo que tenía muchas ganas de hacer pero, como ya he dicho en ocasiones y a pesar del AVE, obligaciones laborales me imposibilitan asistir todos los meses al evento. Sin embargo, las ganas no me van a impedir hacer esto como si estuviese allí todos los meses. Es evidente que me perderé el ambiente y algunas cosas sobre las que será difícil opinar, pero eso nunca ha sido problema en España para que la gente hable como si supiera de todo, así que...

Una de los temas importantes de esta edición será la presentación oficial de la Academia del cortometraje. A pesar de no estar metido directamente en este mundo, me parece genial cualquier iniciativa que dé visibilidad al cortometraje intentando sacarle de la categoría de género menor. Le deseo toda la suerte del mundo a Cerezo y al resto de implicados en esta nueva aventura.

Cortópolis ya va por la octava edición y a pesar de los posibles altibajos, ya me gustaría a mi tener cada mes dos o tres películas de calidad tan alta como los dos o tres cortos equivalentes que se estrenan cada mes en Kinepolis. Lamentablemente no he podido ver todas las ediciones para comparar, pero desde luego en Septiembre he visto al menos dos cortos que me han parecido de lo mejorcito de este año, así que vamos a ello.

The Narrative of Victor Karloch (Kevin McTurk)



El subtítulo creo que da una idea clara de lo que uno verá en este corto, una historia de fantasmas victoriana con marionetas, pero para lo que no te prepara es para el despliegue artístico del que hace gala el cortometraje de un profesional consagrado de los efectos especiales como Kevin McTurk. No solo el diseño es sublime, es que además el detalle de las marionetas y escenarios es absolutamente demencial. El corto cuenta la historia de Victor Karloch (interpretado por Christopher Lloyd), alquimista y cazador de fantasmas y la lectura de un diario de su amigo William Merriwether (Elijah Wood) donde relata un viaje al fondo submarino y su encuentro con el fantasma de un templario, creando una historia gótica con toques Lovecraftianos y un ambiente maravilloso. El corto, para más gozo, está producido por Heather Henson, hija de Jim Henson y por su fundación, otra razón más de peso, como si el propio corto no fuese suficiente, para amar este cortometraje. Un gran inicio de sesión.

3665 (Miguel Á. Refoyo)


Corto post-apocalíptico de factura reposada protagonizado por Raúl Prieto. En un futuro donde la humanidad apenas existe, el protagonista de la historia busca recuerdos entre la desolación para evitar que la memoria de la humanidad desaparezca. Rodado en un ambiente fantasmagórico y con pocos medios, da una imagen bastante adecuada del ser humano romántico y altruista. Un corto muy bien rodado al que quizá le falta algo de punch visual para mi gusto (me hubiese gustado algo más sucio, pero ya es mi visión estética personal), aunque por otro lado mantiene bien la tensión y el ritmo durante todo el metraje. 

Warisover (Carlos Morelli)


Corto del Uruguayo Carlos Morelli y de producción alemana que cuenta la historia de un soldado y su aceptación después de la guerra de que nunca podrá volver a su vida normal. La frase de Platón "Solo los muertos han visto el final de la guerra." con la que acaba ilustra bastante bien el objetivo antibelicista de la historia. Rodado íntegramente en plano secuencia con un ligero movimiento de cámara, el desarrollo muestra únicamente al soldado protagonista (Sebastian Urzendowsky) hablando con su familia sobre su retorno de la guerra a casa, un detalle que da más fuerza todavía al desenlace final, un pequeño giro o descubrimiento de esos que te hace pensar con la mirada ligeramente perdida en el infinito. 

A Londres (Alberto Gallego Ortiz)


Un cortometraje casi minimalista de relaciones personales, rodado en plano corto, habitación cerrada y con solo 3 protagonistas (Selica Torcal, María Kaltembacher y Eva Llorach). Se podría considerar casi como una micro-comedia romántica. De mucha sencillez hace recaer el peso en la parte interpretativa y el pequeño giro final. Decir que a pesar de cierta previsibilidad en ese giro, no he podido evitar soltar una lagrimilla con la sonrisa correspondiente. 

Peluquero futbolero (Juan Manuel Aragón) 


Rodado en blanco y negro y con un toque muy al Álex de La Iglesia de Mirindas Asesinas, se presenta una comedia negra entre un peluquero muy aficionado al fútbol (Héctor Mora) y un cliente nocturno algo desconcertado (Jesús Soria) que lleva algunos días desaparecido. Un corto enorme, lleno de detalles visuales y que pasa de las risas al mal rollo y que además no está exento de cierta crítica social.

Record/Play (Jesse Atlas) 


Historia de amor, guerra y ciencia ficción donde una cinta y un walkman rotos son capaces de doblar el espacio-tiempo, gracias a ello el protagonista del que nunca sabemos su nombre (Mustafa Shakir) es capaz de revivir y corregir las experiencias grabadas en la cinta en busca de su compañera (Deepti Gupta). Cortometraje dotado de una fuerza visual impresionante, desconcertante a veces, sobretodo hasta que uno asume lo que está pasando, pero muy poderoso y de bellísima factura. Uno del los más sorprendentes sin duda y técnicamente diría que el mejor en todas sus facetas. 

Punched (Michael Rittmannsberger) 


Un inmigrante turco (Michael Fuith) es cacheado por la policía sin saber muy bien porqué, mientras intenta explicarle a su hijo la causa vive en directo otro acoso a un chico que ha subido al autobús sin billete. Quizá el corto más dramático de la noche y con un final que acaba dejando un poco de piel de gallina y esa sensación de vacío espiritual que fuerza evaluar las situaciones que se producen con otros ojos. Durante un momento es posible que parezca que se justifica la violencia, pero me parece una metáfora ejemplar de como las decisiones que uno toma en la vida son las que definen su futuro y probablemente como algunas decisiones más sensibles a nivel de sociedad podrían cambiar muchas cosas. 

La programación global de esta edición me ha parecido excepcional, aunque como ya he dicho, no he podido seguir todas las sesiones, tanto Victor Karloch como Punched, por quedarme sólo con dos, han pasado con nota mi nivel de exigencia y pasan a puestos elevados en mi ránking personal de este año (los otros no se quedan muy atrás, pero alguno hay que elegir). 

Veremos si para la siguiente edición se mantiene el nivel, personalmente lo espero porque para la de octubre SÍ que voy a ir... 

Pedro Pérez (aka Findor)

19 septiembre, 2013

Álex de la Iglesia (I)

"Yo no volví a hablar a una persona tras provocar mi muerte a 200 metros bajo tierra luchando bajo un Beholder. No le volví a hablar porque me dejó tirado delante del monstruo y si alguien te hace eso delante del juego te lo puede hacer en la vida real. Aunque después de los años que han pasado ¿puedo decir que existe la vida real?"

- Alex de la Iglesia hablando sobre los juegos de rol


El joven Alex nace en Bilbao Vizcaya un 4 de Diciembre de 1965, y crece en un hogar acomodado vasco típico en la tensa calma del franquismo tardío, con una infancia marcada por los heroes de la marvel y los rastros de sangre en la acera de los atentados de ETA, una fragua de patógenos que  forjará un humor negro como drácula y una visión profunamente pesimista de la existencia. Todo parece desmoronarse a su alrededor un día con la repentino fallecimiento del cabeza de familia mientras veía una telecomedia, esos duros momentos vitales coinciden con el descubrimiento por televisión La Palabra (Ordet) de Dreyer y los films existenciales de Ingmar Bergman que parecen hablarle frente a frente. Se va a la universidad de Deusto a estudiar Filosofía, pero descubre que es mas fácil irse de farra que hincar los codos, aún así no pierde el tiempo dibuja comics y dirige un pequeño cineclub donde descubre a Hitchcock y Buñuel en pantalla grande, y más tarde es contratado como director artístico en el corto "Mamá" de Berguer y  "Todo por la pasta" de Urbizu, otro día hablaremos de las propiedas nutritivas el producto de la huerta de Euskadi casi dignas de aldea gala para que por aquel entonces floreciesen gente tan interesante como Urbizu, Bajo Ulloa o Medem.

Mirindas Asesinas: ¿te estás quedando conmigo?


Corto rodado en ominoso B/N en que ya están todas las constantes de la obra posterior del realizador: El ser aparentemente débil que esconde un monstruo ridículo en su interior, en este caso un Álex Angulo que es un cruce entre personaje Bruguera, funcionario y Woody Allen, ambientada en una típica taberna vasca y con una  afición a ejercicios de lógica implacable que se saldan con la ejecución del contrario según la respuesta. Secundado por unos etupendos Saturnino García y Ramón Barea que a partir de este corto serán caras y voces habituales en su obra. Por azares del destino Alex acabó proyectando el corto a Almodóvar himself, con tan mala fortuna de hacerlo a las bravas sin sonido y doblando las voces él mismo. el manchego conmovido por el entusiasmo adolescente del joven, o tal vez, porqué no decirlo, la lástima, decidió en el acto financiarle el próximo juguete que sería su estreno en el largo, el resto como se dice es historia del cine patrio

Acción Mutante: ¡¡Tú y yo contra el mundo, Alex!!


Normalmente el director novel al que se da vía libre un proyecto se enfrenta a la díficil tesitura de meditar profusamente sobre cual va ser el tema del primer film porque va ser la carta de presentación en sociedad, siempre se corre el peligro de ser un pedante que quiere mostrar su rico mundo enterior y abarcarlo TODO así en mayúsculas, en estos casos las posibilidades de naufragio son muy amplias y variadas.

(Acerca de un hipotetico Tintin: Tintinófilos de pro, Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría barajaron un proyecto imposible, una adaptación crepuscular de las aventuras de Tintín que se abría con una escena de impacto: un avión aterriza en Moulinsart y de él sale un tipo que, con voz solemne, le anuncia al capitán Haddock la muerte de su amigo, el reportero de los pantalones de golf. En una noche de entusiasmo, el tándem de creadores le contó la idea a otro acreditado tintinófilo, Antonio Resines, que se apresuró en auto-erigirse en productor del proyecto. Nunca hubiesen obtenido un permiso oficial para un planteamiento tan insensato, pero a todos nos hubiese gustado ver esa aventura elegíaca.")

Jordi Costa


El aquí firmante habría dado alguna extremidad por ver las caras de los Almodóvares en la oficinas de El Deseo cuando un imberbe Alex les enseño o contó la escaleta de su opera prima:

En un futuro la raza humana está gobernada por musculitos y mariconas diseño, un grupo de terroristas Eminusvalidos llamado Acción Mutante se dedica a exterminarlos.

El film visto en perspectiva pese a ser muy potente visualmente, se nota demasiado caótico por momentos y tremendamente irregular en su desarrollo, quiere ser a ratos un Space Opera a lo Alien pero también precipitadamente algo futurista con secuestros de por medio, un batiburrillo de referencias pop que pasan desde Blade Runner no solo en estética (mirad la presentación del comando), los telediarios de Robocop de Verhoeven y Frank Miller, e incluso toques kitch del propio cine de Almodóvar todo sazonado con el feismo del comic underground.
La historia del grupo salvaje de ese Resines de cara calcinada llamado Ramón Yarritu, tenía mucho de arrojo adolescente y unas pelotas rocosas como las que levantaba Perurena, más aún cuando se corría el peligro de espantar a un público en una época en que los atentados terroristas eran el pan nuestro de cada día. Pese a la brutalidad del film (hay sangre a granel y todo es absolutamente físico) todo está bastante atenuado con una capa de humor deseseperado y negroide...como la hulla del planeta Axturias. A Alex aún le queda metraje y aprovecha para reivindicar el castizo cancionero de borrachos y en un giro guionístico delicioso entroncar con la literatura picaresca con la aparición de ese ciego interpretado por Barea "Tira más pelo de coño que carro de bueyes" Ahí queda eso.

(Continuará)

Valek