23 junio, 2011

Resurrección


Reflexión ha de llevar a creación.

Dos años hemos tardado en completar nuestro corto, "8". El anterior y algunos otros también han sido cuestión de meses o años. Cuando quieres algo bien acabado y no tienes dinero, sólo te quedan dos posibles cosas: contactos y tiempo..., y ésas son las que hemos usado. Así está el mundo de los cortometrajes cinematográficos, que no tiene por qué ser la antesala del largo, sino un medio propio. De hecho, serlo lo es.


Terminas el trabajo. Lo has mimado, lo has cuidado y quieres todo en la mejor calidad posible. No se trata de estupideces como el ego, sino de querer dar al espectador lo máximo que puedas. De repente, nos movemos... ¡ups!..., España, un país que podría tener toda la cultura e infraestructura del mundo, no ofrece al cortometrajista NINGÚN sitio de estreno oficial con calidades respetables. No, no lo hay. Puede haber festivales, pero a lo mejor pones el corto en manos de quien tú creas no es el adecuado. No porque tu corto sea mejor o peor, sino porque estás dando tu obra para que la juzgue alguien que quizás no debería. Porque sí, es cierto que España tiene 250 festivales de cortos, pero también es cierto que 200 de esos festivales tienen un jurado y un equipo de selección que se me antoja temible. ¿No debería un jurado de estar preparado al máximo para decir quién creen que es mejor o peor? ¿Por qué tiene que juzgar mi corto un concejal que cena mientras ve una pequeña parte de los cortos recibidos? ¿Por qué se me pide en las bases el hecho de si tengo premios o no? ¿No deberían tener el criterio los visionadores para juzgar las obras sin ayuda del de antes?


Ay España, España. Si cuidamos así a los cortometrajes, que, repito, son el hermano no tan menor del largo (de hecho, llevamos muchos años viendo el mejor cine de este país en el formato corto, no en el largo), ¿qué esperamos que ocurra cuando se vistan de largo todos aquellos que han observado el país en el que nos movemos? Si no regamos... ¿Cómo queremos ver un árbol esplendoroso?


Pues así es, amigos. Por no hablar de los 200 festivales que proyectan tu corto en las peores condiciones posibles y se permiten opinar de la fotografía. O directamente, se permiten exhibir. ¿Cómo algo que se nomina FESTIVAL de cine puede ser una verbena de despropósitos?


Pero en fin, para no desviarnos demasiado, volvamos al hecho: no hay sitios donde estrenar con un gran aforo, grandes calidades o sitios que no sean un festival donde no tienes ninguna facilidad y se pervierte el hecho del estreno en sí.


Y así he creado, junto a The House of Films, la propuesta de Córtate, en los cines Capitol de la Gran Vía. El 30 de junio haremos nuestra tercera sesión Córtate y ya, si quedaba alguna duda, nos desligamos por completo de cualquier evento que existiera previamente, porque vamos en 3d (esta sesión, de momento) y alguna nueva propuesta que vuelve a definirnos, como el 4d interpretativo (y esto es una exclusiva). Y no ya por Córtate en sí, sino porque os aseguramos un evento que no se había dado nunca en nuestro país.


Porque Córtate tiene cien mil motivos y cien mil propuestas para no parecerse EN NADA a ningún previo existente. ¿El espacio? ¿Los cines Capitol de Madrid son de alguna entidad? ¿De qué estamos hablando? ¿Entonces sólo se puede proyectar la misma película en el Capitol una y otra vez, porque la película siguiente le está plagiando el espacio? Lo que más le choca a la gente es lo de la fiesta de LARIOS (en cuanto a compartir espacio). Bien, pues yo desafío a todo el mundo a que me diga un sitio que no sea el LARIOS cercano para hacer la fiesta, que mira que lo buscamos para no coincidir. Además, el LARIOS no es tampoco de nadie..., allí se hacen todas las fiestas de los estrenos y preestrenos Capitol, no se confundan.


La otra oferta mensual para ver cortometrajes que existe en Capitol está muy bien y es un clásico..., pero eso no ha de ser motivo para que su existencia niegue nuevas propuestas, porque eso sería preocuparse poco por el corto. Además, creemos que se compenetran muy bien porque son, precisamente, muy diferentes.


Y no somos genios. Tampoco grandes pensadores..., sólo que a poco que te pongas, tienes grandes calvas que rellenar en un país sin industria ninguna al respeto.


Así pues, animo a todo el mundo a que realice propuestas de este tipo..., porque... ¿quién mejor que un sufridor para quitar sufrimiento al que venga detrás?


Raúl Cerezo