31 mayo, 2007

LAS CINCO PREGUNTAS DE ILSA PARA AITOR GONZÁLEZ ITURBE, DEL ESPOT “REPORTERO”



1/ Debo confesarle que su spot me ha sorprendido gratamente. Es una propuesta original, activa y teóricamente irreprochable. ¿Cómo se le ocurrió la idea?

La verdad es que normalmente me salen ideas casi sin quererlo. En este caso quería algo directo pero que el final sorprendiese (como es habitual en mis trabajos). La idea surgió y la verdad es que era muy fácil de rodar, aunque como en todo rodaje luego se complicó un poco, pero nada fuera de lo normal.

2/ Pues habría jurado que se le ocurrió leyendo a Czapski. El colorismo rural con predominio del verde, azul y rojo de artistas como él o Cybis, contrapuesto las monocromías negras de Winiarski y su teoría de la no-visión y el azar, así como la relación de este último con el cine no-visto, opuesto a su vez a la realidad audiovisual efectiva, de la grabación inmediata, me llevan a emparentar su spot con ciertas vanguardias artísticas de mi país. ¿Estoy equivocada?

Realmente todo eso me suena a chino, pero a su vez muy interesante. Intentaré ponerme al día con todos los autores que me ha dicho. El rojo es un color que, si no lo tienen los protagonistas, sí lo llevan los extras o decorados de detrás, no me gusta usar. Desvía la atención de lo que se quiere mostrar, a no ser que se ponga con un propósito en concreto, ya sea para enmarcar o enfatizar algo o incluso para dirigir la atención o encuadrar algo en concreto.



3/ Entonces, ¿exactamente qué ha pretendido con su spot?

Simplemente es un anuncio, sin más pretensiones. Lo único que quería mostrar es la crueldad actual de la televisión, que cualquier cosa es noticia ya sea pisando a la gente, como burlándose de ella.

4/ Dicen que los polacos tenemos un humor demasiado sofisticado. ¿Es posible que sea ese el motivo por el que no me ha hecho gracia?

No lo se. No conozco a ningún polaco, bueno ahora sí. Quizás sea más bien, que soy de risa fácil. Seguramente seamos así los vascos, porque el equipo no paró de reírse en el rodaje... ¡y eso que ya sabíamos la historia!

5/ ¿De quién se ríe este spot? Juraría que del festival Escorto, pero podría ser también de los ciegos. ¿Podría aclararme esta duda?

No me río de los ciegos, ni mucho menos. Bastante tienen ellos con lo que tienen. Simplemente lo más gracioso del spot me parece la frase final. La gracia consiste en que le preguntan a un ciego sobre Escorto y el pobre no puede verlo y le fastidia, pero nada tiene que ver con reírme de ellos. De hecho, es el ciego el que hace la broma de saber sobre el festival. No me río de él, me río con él.

Gracias, querido joven por ofrecerse para esta entrevista.

Gracias a usted Ilsa, espero que se haya mejorado.

Estoy algo mejor. La próxima vez intentaré no salir de caza sin abrigo.

by Ilsa Sosnowiec

PRÓXIMAMENTE: HACEMOS OTRO DOBLETE, SIGUE ABAJO...

STAFF ESCORTO: RAÚL CEREZO Y J.M. ASENSIO

Raúl Cerezo y J.M. Asensio se desALMAN. Sin otro particular...



Raúl, cuéntanos cuáles fueron tus comienzos en el medio audiovisual.
Todo empezó en las sesiones dobles y continuas con el abuelo. Una imagen icónica que tiene más verdad que 27 libros de universidades. Luego hice diplomaturas y curré mucho en la tele. Pero nada tenía valor porque todo está en ver mucho cine, mucho, y saber los pasos básicos de la teoría. Esto desde un punto de vista creativo, claro, pero para la técnica sí que veo la necesidad del rol “machaca”, aunque más práctico que teórico. Pasé por muchos programas televisivos (incluso Gran Hermano y Esta noche cruzamos el Mississippi) hasta que acabé donde estoy, en Telson Calle 13/Sci Fi. Pero esto es desde el prisma laboral. Desde una mirada artística fue todo paralelo y sin ánimo de lucro: cortometrajes con Paranoia Producciones zafio-domésticos y cachonduelos que acabaron en el único de ellos profesional: “Lenguas“. También hice un trabajo fin de diplomatura temible, co-dirigido con un pirado de tomo y lomo la mar de divertido: “La Redención“, también en formato profesional. Todos ganaron los suficientes premios como para no tirar la toalla. Luego llegó “Escarnio“, un trabajo tan mimado que me vuelvo loco de pensarlo. Eso me introdujo en eso que llaman mundillo y luego llegaron Escorto y los trabajos que hice para él. Le acompañaron El zoom erótico (el blog), La Tierra prometida (el foro) y el cómo convertirse en alguien dedicado de lleno al asunto, para bien y para mal. Pero estoy hasta los cojones, sin duda, aunque no soy capaz de dejarlo. Como el tabaco y esas gandalladas.

¿Hasta cuándo hacer cortometrajes es por amor al arte?
Para mí los cortometrajes son un camino hacia el largo, sólo y exclusivamente. Quien diga lo contrario, miente. Hacemos cortos por amor al largo, nos introducimos en los cortometrajes porque nos gustan las películas. Uno más uno no son 2.158, por mucho que se vocee.



Tu primer trabajo oficial es “Lenguas”. ¿De dónde sacas una idea tan descabellada y tan sangrienta? ¿Fue algún película la que te inspiró?
Estaba enamorado del cine de Scorsese, el cine adolescente de los 80, mi vida personal (egocentrismo puro), odiaba “Al salir de clase” (la serie) y quería parodiarla. Quería poner un poco también de mí mismo y tenía una idea que me obsesionaba: el cómo un chisme chorra puede terminar con vidas. En cualquier caso, la ficción no es real, qué duda cabe, pero todos los personajes que salen existían con frases clavadas. Fue tan autobiográfico que asusta, ya que todo lo que dice el corto pasaba tal cual, hasta el punto de juntárseme ficción con realidad tal y como se relata. Era un enfermo. Sigo enfermo. Me duele ahora mismo la cabeza.

Tras “Lenguas” llegaría años más tarde “Escarnio”. ¿Por qué tanto tiempo entre uno y otro? ¿Se necesitan tantos años para elaborar un proyecto de cortometraje?
Se necesitan siglos, a veces. Y otras, no hay manera de sacarlo. De hecho, conozco muy pocos casos de cortos, como “Escarnio”, estrenados en este país. Era un corto complejo, ambicioso, caro y que requería mimo y 100 profesionales trabajando por la cara. En cualquier caso, tardo mucho entre proyecto y proyecto porque no tengo enchufe y me gusta hacer cortos profesionales y trabajados. Soy más de uno bien que de cuatro regular.

¿Qué significan los festivales para el cortometraje y el cortometrajista?
Todo, todito. Los festivales al cortometraje son como los platos para la comida de cada día. Todo, todito. Todito, todo.

¿Es un error hacer un cortometraje pensando en festivales?
¿Es un error hacer una película pensando en la taquilla? En la respuesta de cada uno estará la definición de cada autor.



¿Cómo ves el panorama del cortometraje en España en cuanto a las secciones oficiales de los festivales? ¿No crees que domina la temática social y los trabajos que muestran una visión en cierta manera de reality (padres alcohólicos, infidelidades, problemas de salud, etc)?
Creo que el problema de los jurados de España es que generalmente son malos, no tienen maldita la idea, así de claro. Eso hace que premien los cortos ya premiados en otros festivales o los que les tocan la vena fácil, que suelen ser ésos que citas. Es falta de criterio, simplemente. Pero también hay festivales estupendos, y creo firmemente, como director de un festival, que la gente buena acaba saliendo a la luz. SIEMPRE. No hay talentos escondidos. Lo que sí hay es mucho conocido que no se lo merece por la falta de criterio de los jurados y el efecto bola de nieve de los premios, eso sí. Pero bueno, es tan necesario como el esperar hoy en día un poquito para ver una página web, al menos de momento.

El consumo del cortometraje se restringe a realizadores de los mismos. Esto forma un “sub-mundo” donde terminan siendo cuatro los cortometrajistas conocidos y premiados. El cortometraje para que llegue a ser consumido por espectadores y se convierta en algo habitual, ¿cómo debe tratarse, como debe difundirse? ¿Tal vez los videoclubes deberían acogerlos?
Pues pienso que NO NOS QUIEREN. Así de sencillo. Y el motivo es por todo el ganado que hay metido dentro. Me explico. Hay mucha gente que en el mundo del corto está empezando y, encima, quizá no merezca acabar. O sea, cortos basurescos. Y un buen número hay, ponle que el ochenta por ciento. Claro, eso un cortometrajista lo aguanta, un espectador medio no. Ante tan baja calidad en el asunto y tan alarmante amateurismo destilado, es imposible hacer nada. Y sí, hay muchos que merecerían publicitarse, pero nadie está dispuesto a tragarse todos para llegar a ver esos pocos que sí merecen la pena, porque saben que las convocatorias de cortos hacen llegar TONELADAS de mierda. ¿Qué pasa? Que los pocos que sí aguantan son los pocos que tienen acceso a hacer, como mucho, un festival. El resto están demasiado ocupados, se supone. Sin interés ninguno por el asunto, vaya. ¿Lo mejor? Disfrutar de la freakada que es hacer cortometrajes, del poco sentido, fuera de llegar al largo, que tiene.

Hablando con gente en eventos relacionados con el cine hemos dado con mucha gente que conoce el blog “El Zoom Erótico”. Esto es bueno, pero muchos coinciden en que no pueden terminar de leer las críticas porque son excesivamente largas. ¿Esto es debido a que el blog está vinculado a un publico más cinéfilo, o que el equipo de “El zoom” es demasiado cinéfilo y se niega a acortar sus críticas?
Se debe a que es un blog destinado a un espectador/lector exigente. Sí, pedimos espectadores exigentes en el mundo del corto. ¿Surrealista, bobo? Sí, pero quizá por eso seamos los líderes y no paren de intentar imitarnos sin éxito.

El Festival de Cortometrajes de El Escorial (ESCORTO) llega a su segunda edición con más peso y calidad. ¿Cuál es el secreto de que un festival tenga tanto éxito en su primer año?
Trabajo, trabajo, trabajo, trabajo, trabajo y componentes. Y sobre todo personas que saben más que nadie del mundo del cortometraje en este país, así te lo espeto.

¿La selección de cortometrajes de Escorto se basa en algún criterio? ¿Hay algún requisito que los cortometrajistas deberían tener en cuanta a la hora de mandar su cortometraje?
Ninguno, absolutamente ninguno. Sólo intentar hacer las cosas bien, sin importar los medios que se dispongan. De hecho, el año pasado teníamos una selección que fue fiel espejo del año. Éste vamos un poco más allá, ya que no queremos ser reflejos de nada, sólo queremos meter lo mejor de esta promoción, desde nuestro punto de vista. Nada de meter morralla, este año el filtro será un absoluto escarnio.

Para terminar. ¿Cuál es tu próximo proyecto cinematográfico?
Fundé la semana pasada mi primera productora audiovisual: Tarántula Producciones. Mis socios son Diego López Cotillo y Raúl Méndez, personas prístinas, sin importar lo impresionantes profesionales que son. Créeme, tendrás noticias.

Muchas gracias por concedernos tu tiempo.
Gracias a vosotros, que sois otros pirados más entre los que me incluyo. Gracias por vuestro desquicie, en nombre de toda la enana comunidad cortometrajística.

by Isaac Berrokal




Bueno J.M., ambos vivimos de una u otra manera una década que tú mismo has calificado de “irrepetible”. Como no podía ser de otra forma, nos referimos a los 80, una época tan denostada como añorada con nostalgia. ¿Qué recuerdas de tu niñez en aquellos maravillosos años?

Buf, demasiado para condensarlo en unas pocas líneas. Mis recuerdos son los de toda una generación: una televisión más inofensiva, multitud de juegos de mesa, legiones de muñecos con sus respectivos vehículos, la paga semanal fundida en las máquinas recreativas, el sonido del MSX cargando aquellos videojuegos de cassette, simples pero tremendamente adictivos y complicados de terminar, toneladas de cómics, películas que nos hacían creer en la magia del cine…

Y luego están mis recuerdos particulares: los veranos en la casa de la sierra haciendo excursiones con la bici Motoretta o en plan commando con mi primo, los dos vestidos de camuflaje y con la mochila llena de armas para eliminar objetivos imaginarios; los revolcones que me pegaban las olas en la colchoneta cuando bajábamos a Torrox, las conversaciones con mi abuelo sobre la naturaleza y el arte, las clases de Pretecnología de EGB en las que fabricábamos todo tipo de cosas, los primeros tonteos con… los juegos de rol… ¿Creías que iba a decir con las niñas? Quita, quita, las niñas eran aquellas odiosas criaturas que te hacían rabiar y a las que no podías pegar como a tus amigos porque te caía una buena. Las niñas eran el enemigo… hasta que empezamos a mirarlas con otros ojos, claro.

Desde luego fuiste precoz, porque con tan sólo catorce años ya estabas involucrado en el rodaje de un cortometraje, “La Tenia”. Yo, que he tenido la oportunidad de ver el divertido montaje que realizaste conmemorando su décimo aniversario en 2004, destacaría el encanto y la pasión con la que está realizado. ¿Qué recuerdas de tu primer acercamiento al cine y a su proceso creativo?

Mi primera escuela de cine fue el propio cine. Como espectador tenía ciertas nociones de lenguaje audiovisual, pero en 1994 no sabía que existían los cortometrajes como un formato en sí mismo. Yo era uno más de los que cogían la cámara de sus padres y se ponía a grabar sin guión y sin tener en cuenta la duración, así que aquello fue más un experimento que un corto propiamente dicho.

Todo surgió a raiz de un ejercicio de inglés en 2º de BUP. Había que continuar un relato de Roald Dahl titulado “Poison”, y lo que se le ocurrió a uno de mis amigos fue tan surrealista que cuando lo leyó en clase todos nos moríamos de la risa, incluido el profesor. Su historia sobre la Tenia asesina tuvo tanto éxito que decidimos grabarla en vídeo, añadiéndole gags absurdos y parodias a películas y anuncios de la época, que íbamos improvisando sobre la marcha.

Yo me encargué de fabricar la Tenia como una marioneta de tubos recubiertos de plastilina que se movía con hilos de nylon, y además “interpreté” al doctor que venía en auxilio del protagonista y le ayudaba a matar al bicho elaborando un compuesto casero en un sifón de gaseosa. El “rodaje” duró meses porque nos juntábamos cuando podíamos, y eso se nota en cantidad de fallos de raccord. Salimos con el pelo largo, luego corto, con gafas, sin gafas… Como pretendíamos doblarlo, casi siempre había gente hablando fuera de campo, dando instrucciones al que grababa o simplemente riéndose. Lo hicimos todo en la casa de mis abuelos, que fueron testigos de nuestros primeros pinitos con el cine, y al final lo monté como se hacían las cosas antes, grabando de vídeo a vídeo. Por supuesto la sincronización brillaba por su ausencia y lo de doblarlo era una utopía.

El resultado a nivel técnico fue tan lamentable que no sé cómo tuvimos el valor de presentarlo a un concurso de vídeos de otro instituto. Éramos los únicos que estábamos en la categoría de ficción y el premio quedó desierto. Por si fuera poco, el que organizaba aquello nos restregó la pésima calidad de imagen y sonido diciendo: “hombre, podíais haber usado una mesa de mezclas”, que era lo que pensábamos comprar con el dinero del premio... Pero nos lo pasamos genial haciéndolo, en el colegio nos reconocían por ser “los de La Tenia” aunque algunos renegaban de ese honor en vista de cómo quedó, y cuando se cumplieron diez años decidí rescatar las cintas originales y montarlo en condiciones añadiéndole efectos y cosas que en su momento eran imposibles. Como George Lucas, jajaja.

¿Supiste entonces que lo tuyo sería el séptimo arte?

En términos de guión, “La Tenia” fue el detonante que me impulsó hacia delante, hacia un mundo apasionante que sólo conocía como espectador. Pero llevo maquinando historias y dibujándolas desde que tengo uso de razón. Todavía guardo mis primeros cómics caseros y las libretas en las que escribía novelas ilustradas tipo “Elige tu Propia Aventura”, con sus saltos de página. “La Tenia” me demostró que las ideas no tenían por qué limitarse al papel. Podía compartirlas con los demás a través de una cámara de vídeo. Y a partir de ese momento empecé a ver el cine de otra manera. Seguía disfrutándolo pero ya me fijaba en cómo estaba hecho. Hacía lo posible por ver making of de películas, leer revistas que te contaban el proceso de un rodaje, la fotografía, etc. Y sobre todo seguí practicando, porque después de “La Tenia” hubo más experimentos con la pandilla.

Lo que pasa es que todos eran del tipo “tráete las pistolas, que vamos a quedar esta tarde para grabar un corto”. Y en ese plan hicimos unos cuantos. Era un pasatiempo entretenido, pero llegó un momento en el que empezó a aburrirme. Me daba la impresión de que en vez de ir para delante, íbamos para atrás. Porque la realidad era que desde “La Tenia” no habíamos vuelto a hacer nada con el encanto y la pasión que has mencionado, y yo quería demostrar que podíamos aplicar nuestros conocimientos a un corto de verdad, uno que mereciera la pena y que pudiéramos enseñar por ahí sin que a ninguno le diera vergüenza.

Los demás dijeron que sí y volvimos a nuestros orígenes para planificar lo que iba a ser un remake de “La Tenia”. La misma historia pero despojada de elementos cómicos y llevada al género del terror y el suspense, al estilo de “Alien”. Me compré el libro de Linda Seger “Cómo convertir un buen guión en un guión excelente” y empecé a estudiar la historia desde sus cimientos para crearle una base sólida. Los personajes, planos y caricaturescos, adquirieron dimensión. La trama, sencilla como el mecanismo de un chupete, ganó en complejidad. Incluso establecí posibles finales para una continuación. Todos esos apuntes, esquemas, storyboards preliminares… quedaron recogidos en otra libreta que llamé “El Diario de La Tenia” en homenaje al “Diario del Grial” de Henry Jones.

Pero a la hora de la verdad, en pleno rodaje, descubrí que los demás seguían con la mentalidad de “vamos a quedar esta tarde para grabar un corto”, y en esas condiciones no se podía afrontar un proyecto así. No se lo tomaban en serio y fue decepcionante sentir que yo era el único que estaba tirando del carro para lograr algo con un mínimo de calidad. Así que corté por lo sano y decidí hacer borrón y cuenta nueva. Me fui a Sevilla con el proyecto, lo reescribí mil veces, y dos años después se convirtió en mi primer corto, “El Legado de Atecna”.

Te fuiste a Sevilla para estudiar Comunicación Audiovisual. Muchas veces hemos comentado cómo estos programas académicos terminan por olvidar algo muy importante: la práctica más allá de la mera teoría. ¿Qué echaste en falta durante tu periplo universitario?

Para empezar, una Facultad en condiciones. Cuando llegué y vi lo que era Ciencias de la Información, se me cayeron los palos del sombrajo. Yo iba con la idea del campus universitario, con sus instalaciones modernas y equipadas, sus zonas verdes para retozar con las chavalillas… y me encontré con “13 Rue del Percebe”, o lo que es lo mismo, el edificio de Gonzalo de Bilbao, una cáscara vieja donde habían metido a presión cuatro cursos de Comunicación Audiovisual, cuatro de Periodismo y cuatro de Publicidad.

Aquello no era nada atractivo. Ni visual ni funcionalmente. Yo no tenía la sensación de estar en la Universidad, sino en un instituto superpoblado y decadente. Y a eso contribuyó el propio plan de estudios. Mi primer año fue “COU: EL REGRESO” porque teníamos Lengua, Literatura, Historia… ¿No hay Matemáticas? No importa, toma un poco de Semiótica, que te va a gustar... Sí, Hjemslev y Saussure te descubrirán una nueva dimensión del dolor. Aprendimos a odiar aquel programa de créditos obligatorios, optativos y de libre configuración, porque como no hicieras bien tus cuentas, no te licenciabas. A mí me importaba un rábano la Teoría de la Gestalt, yo había ido allí para que me enseñaran a “comunicar audiovisualmente”, pero lo que recibía era un 90% de morralla y un 10% de información interesante. No me extraña que muchos de mis compañeros dejaran la carrera o al terminar se pusieran a trabajar en cosas que no tenían nada que ver con el audiovisual.

Ni siquiera nos enseñaban a utilizar los medios con los que contaba la Facultad. Íbamos a editar en los magnetoscopios de Hi-8 y teníamos que preguntar a los alumnos de cursos superiores cómo funcionaban porque los técnicos que te daban los mandos de control tampoco te lo decían. “Es que yo no tengo por qué explicártelo, se supone que de eso se encarga el profesor.” Tenían razón, pero cuando le pedías ayuda al profesor, éste venía, le daba a un botón y el vídeo se comía la cinta con tu trabajo porque era un equipo del año de la polca, excedente de Canal Sur o a saber de qué televisión local. Otras veces intentabas hacer un fundido encadenado y no podías porque los magnetos no se sincronizaban… Todo esto era antes de la revolución digital que tanto nos ha facilitado las cosas, así que imagínate el tiempo que se nos iba para algo tan sencillo como una transición, o las generaciones de calidad que perdíamos inevitablemente al pasar las imágenes de una cinta a otra. Podría contarte cien mil anécdotas de cómo nos veíamos obligados a usar la picaresca en época de exámenes para disponer de todos los medios a la vez, o de cómo rozábamos la ilegalidad con tal de poder terminar nuestros trabajos. Aquello era la guerra, pero sobreviví a ella y finalmente me licencié.

En aquellos años dirigiste dos cortometrajes bien distintos y participaste en otros de tus compañeros de clase. Háblame un poco de aquellos primeros pasos.

Bueno, del primer corto ya te he adelantado algo. Fue aquel proyecto de remake que no cuajó en su momento y que seguí trabajando por mi cuenta hasta que surgió la oportunidad de hacerlo como trabajo de clase para dos asignaturas de tercer año: Producción y Realización. Se lo propuse al grupo con el que estaba desde el primer curso y no les convenció mucho porque se trataba de un remake de “La Tenia”. Claro, habían visto el original de 1994 y pensaban que iba a ser una cosa igual de absurda, así que lo rechazaron sin leerse el guión. Como hacen muchos productores…

Por suerte, en mi clase había un grupo de outsiders que sí apostaba por algo más que los típicos “cortos de piso de estudiantes” a los que estábamos acostumbrados. Era gente que arriesgaba y que tenía proyectos muy interesantes, así que abandoné mi grupo de conformistas y me uní a ellos para hacer “El Legado de Atecna”, una historia de arqueólogos envueltos en la conspiración de la propia empresa que les había contratado, al estilo de las novelas de Michael Crichton y con influencias de “Expediente X”. El guión había cambiado tanto que apenas había rastro de “La Tenia”, salvo el propio bicho y los nombres de los personajes.

Este corto fue el primero de una larga lista de producciones que romperían con la tradición que reinaba allí. Cuando nos convertimos en “los mayores de tercero y cuarto”, empezamos a ofrecer cortos como nunca se habían visto: historias de acción, aventura, ciencia-ficción, terror… Los alumnos de primero y segundo iban a las proyecciones emocionados, esperando ver la nueva producción de los veteranos, y cuando salía nuestro logo ya sabían que iba a ser algo grande.

Todos escribíamos y dirigíamos, así que primero hacíamos el corto de Fulanito, luego hacíamos el de Menganito… pero el equipo era siempre el mismo, con fichajes adicionales según los requisitos de cada proyecto. De esta forma acabamos formando un grupo de trabajo que funcionaba muy bien y que continuó después de la Facultad.

Con mi segundo corto, “Veritas”, no fue así porque sus circunstancias eran especiales. Al ser una historia de terror ambientada en el Colegio Mayor donde pasé mis cuatro años de carrera, nadie de fuera podía estar allí por la noche, que era cuando grabábamos, así que el equipo técnico y artístico tuve que buscarlo entre los colegiales. Éramos 135 y sólo había dos estudiantes de Comunicación Audiovisual. Uno era yo, así que lógicamente tardé poco en conocer al otro y en descubrir que tenía unos gustos cinematográficos muy similares a los míos. Al poco tiempo ya estábamos escribiendo guiones conjuntamente, uno de las cuales fue “Veritas”. Y como era habitual en este tipo de proyectos, todos desempeñábamos más de una función. Tanto en mis propios cortos como en los de mis compañeros, yo hice de todo: guión, dirección, producción, cámara, edición… incluso fui actor.

Pero poco a poco fuiste enfocando tu trabajo hacia la edición y la postproducción…

Porque esa fue la época en la que empezaron a aparecer las primeras tarjetas de edición para ordenador, que capturaban en analógico. Yo me compré una y claro, en cuanto mis compañeros vieron las virguerías que se podían hacer, pasaron de los cutremedios de la Facultad. Ya no había que pelearse por reservar la sala Betacam para montar los trabajos de clase. Era más fácil ir al ordenador de J. M. y hacerlo allí tranquilamente, con más efectos de imagen y letras chulas. Así fue como me convertí en el editor oficial. Terminaba el corto de un compañero y venía el siguiente con sus cintas para capturarlas. No paraba, lo cual era bueno y malo a la vez. Bueno porque iba adquiriendo soltura con el programa y cada vez hacía algo nuevo. Malo porque estaba tan ocupado con los proyectos de los demás que no tenía tiempo para los míos. Y la cosa no se quedaba sólo en los cortos. A partir de ese momento empezaron a lloverme encargos de todo tipo: desde videoclips hasta los propios vídeos de las fiestas de mi Colegio Mayor, y alguna que otra boda en la que me costaba mucho contenerme para no meter alguna tontería visual de las que me gustan. Había que respetar el estilo hortera del cliente…

Hasta que finalmente llegó “Rata de Túnel”, el cortometraje que te dio a conocer. ¿Cómo surgió la idea?

Desde que terminé “Veritas” en el 2000, no había vuelto a hacer nada como director. Llevaba 3 años montando cosas de otros, y el creador que llevo dentro se rebeló. “Ya está bien” –dijo–. “Ahora te toca a ti.” Además coincidía que mi etapa en Sevilla tocaba a su fin, con lo cual tenía un año para pensar en algo que pudiera hacer con esta gente y que me pudiera llevar a casa para sacarle partido, porque mis dos cortos anteriores no me servían de mucho.

Me explico: en aquella época ya sabíamos lo que eran los festivales de cortos, y sabíamos que tenían unos requisitos. Nuestras primeras producciones las hacíamos sin tener en cuenta la duración, simplemente escribíamos el guión y lo grabábamos, por lo que nos vimos obligados a recortar el montaje de un corto a 20 minutos para poder mandarlo a Sitges, donde por cierto lo seleccionaron y allá que fuimos todos en tropel. A “Veritas” le pasaba igual: duraba 35 minutos pero no podía quitarle nada, así que estaba automáticamente eliminado de cualquier competición. Y “El Legado de Atecna” era más complicado, porque duraba 14 minutos pero eran sólo las cuatro primeras secuencias del guión, el prólogo. Con lo cual la historia quedaba inconclusa. Obviamente habia escrito un corto demasiado largo…

Revisando mis guiones vi que todos tenían el mismo problema. Si se grababan iban a exceder el límite permitido por los festivales, así que la única opción era pensar algo nuevo. Y haciendo memoria recordé una idea que Gonzalo Bendala tenía sobre un ladrón del futuro que era perseguido por la policía en una red de túneles subterráneos. La persecución le llevaba a encontrarse hasta con un bicho mutante que vivía allí… Siempre me gustó esa idea pero iba a ser muy complicada de realizar, así que la reduje a un solo personaje y una sola localización para que pudiéramos hacerla en poco tiempo y con los medios justos y necesarios.

Tengo curiosidad por su realización y posterior postproducción, en la que conseguiste plasmar esa atmósfera claustrofóbica y agobiante.

No quiero romper el encanto porque habrá lectores que no lo hayan visto. Si entran en http://www.ratadetunel.com/ hay un enlace a una web donde está alojado y mucha información sobre el corto. Aquí sólo diré que no hay persona que vea el making of del DVD y no ponga cara de “me han tomado el pelo”. Nadie puede sospechar la sencillez y la artesanía con la que está hecho, y mucho menos que lo lleváramos a cabo tres personas: Gonzalo, su novia Marta y yo. Al principio había más gente involucrada en el proyecto, pero se fueron desentendiendo poco a poco. El motivo fue que ya estaban acostumbrados a producciones complejas y querían hacer “Rata de Túnel” igual, en un plató con muchos focos y mucha parafernalia. Cuando les dije que no era necesario porque todo era más simple de lo que ellos pensaban, no lo supieron ver y se echaron atrás. Y cuando añadí que el actor iba a ser yo… digamos que me dieron una palmadita en el hombro y me dijeron “suerte”.

Pero no era la primera vez que te ponías delante de la cámara. ¿Cómo se compaginan tantas funciones en un rodaje?

En efecto. Fui aquel Indiana Jones de Todo a Cien en “El Legado de Atecna”, y uno de los protagonistas de “El Orgullo”, un corto de Gonzalo que también edité. Ya entonces me habían dicho que no se me daba mal lo de actuar, y supongo que es algo que me viene de pequeño, porque me disfrazaba y hacía muchos teatrillos en el colegio. Eso, unido a que el guión de “Rata de Túnel” lo había escrito yo, y por tanto sabía lo que el personaje iba a requerir a nivel interpretativo, fue suficiente aval para que Gonzalo y Marta confiaran en mis posibilidades como actor. Fueron los únicos que apostaron por mí. Me dejé el pelo largo para contribuir a la transformación, y en el rodaje lo pasé mal de verdad porque hacía mucho calor en Sevilla y más aún dentro de aquella sauna que era el conducto, con una linterna dándome en la cara y vestido con ropa de abrigo. De hecho adelgacé unos kilos.

Compaginar funciones fue muy sencillo: dibujé un storyboard de 163 planos, pegamos los folios en la pared para tener una visual de todo el corto, decidíamos lo que íbamos a grabar y en qué orden, Gonzalo controlaba la cámara y me indicaba cómo tenía que orientar la luz para que se me viera, yo salía del conducto, veía la toma, la daba por buena o no, y seguíamos. Así durante una semana. Luego volví a casa con las cintas y lo edité tranquilamente en mi ordenador.

Su trayectoria por los festivales fue mejor de lo que habías imaginado…

Ya te digo. Es mi tercer corto, pero “de cara a la galería” fue el primero, porque con él me di a conocer en este mundo de los festivales, y no le fue nada mal. Después de dos años haciendo kilómetros por toda la geografía española y parte de la extranjera, se retiró con 51 selecciones y 11 premios, el último de los cuales me lo dieron en el Teatro Cervantes de mi ciudad. Precisamente el mismo sitio donde lo presenté nada más sacarlo del horno, allá por 2004. Así se cerró el círculo.

¿Qué me ha reportado? Como productor me salió barato y lo rentabilicé con creces. Como guionista me di cuenta de que una idea sencilla consiguió más que todo lo que tenía escrito hasta la fecha. Como actor mucha gente alabó mi interpretación y aún hoy me siguen preguntando si he estudiado Arte Dramático. De hecho uno de los premios fue a Mejor Actor, pero ya veremos si repito delante de la cámara. Como editor también han valorado mucho el montaje, la iluminación… Y finalmente como director, la satisfacción del deber cumplido. Saber que has logrado el propósito que te planteaste al principio. Quería crear angustia, tensión… y lo conseguí porque el público lo pasa mal en las proyecciones. Luego cuando se encienden las luces te reconocen y vienen a felicitarte. Eso es lo más importante, y eso es con lo que me quedo. Porque no hay que olvidar que las historias, sean cortas o largas, se hacen para un público.

Y desde entonces has desempeñado todo tipo de trabajos: profesor de informática, técnico en torneos de ajedrez, cámara para los informativos de Canal Sur… ¿entrenador de voleyplaya femenino?

Jajaja, ¿no te lo crees? Luego te cuento eso. Verás, después del “primer punto de giro” que fue la decepción de mi carrera universitaria, descubrí que tenía que luchar por mi sueño para darle a este guión un final feliz. Podría haberme limitado a seguir echando currículums hasta que me cogieran en una tele local, o en un periódico. Eso es lo que habría conseguido con mi titulación, que por desgracia vale menos que un módulo de FP. Las propias empresas saben que no salimos preparados de la Facultad, y otras no contratan licenciados para no tener que pagarles tanto. Es tristísimo.

Por lo tanto, me convertí en un nómada laboral, y así fui pasando por trabajos que duraban lo que tenían que durar. Unas veces terminaba el contrato, y otras veces era yo el que decía: “mira, que me voy”. Porque no hay nada peor que trabajar en algo que no te gusta, y que encima te impide desarrollar tu verdadera vocación. Yo he nacido para contar historias, y no voy a ser un frustrado más de los muchos que hay, aguantando mecha con tal de llevar el pan a casa. Por eso me lo monté por mi cuenta. Ahora soy mi propio jefe, y trabajo las horas que haga falta con tal de conseguir aquello que llevo buscando desde “La Tenia”.

Lo del voleyplaya… Al principio he mencionado Torrox, ¿no? Bueno, pues eso fue un curro de verano que me surgió estando allí. Yo no tenía ni pajolera idea de las reglas, pero el que me lo ofreció, un tipo que tenía más cara que yo, me dijo: “básicamente te van a pagar para que te sientes una hora a ver tías jugando en bikini”. Y ante semejante argumento me vi obligado a aceptar. Así que llegué allí con mis gafas de sol, me presenté a todas como el nuevo entrenador, y empecé a soltar frases tipo “vigila tu área”, “no le des con efecto que es peor”, o “nenas, esto es un trabajo de equipo”. Pero basicamente sí, estaba una hora sentado alegrándome la vista con aquellas veinteañeras que me ponían malísimo. Espero volver y repetir porque me lo pasé bomba.

Qué cabrón… Bueno, ¿y cómo llevas lo de ser tu propio jefe? ¿Es fácil gobernar el timón de Arka Studio? ¿De donde nació la necesidad de iniciar esta aventura?

Fue la misma necesidad vital que me llevó a hacer “Rata de Túnel”. Por un lado hacía tiempo que acariciaba la idea de crear mi propio sello, una productora para firmar mis trabajos. Por otro, me cansé de ser simplemente “J. M. Asensio, editor freelance”. Yo sé hacer más cosas aparte de montar en el ordenador. También monto en bici, jajaja. No, en serio... Arka Studio ofrece toda la experiencia que he ido acumulando en diseño, producción y distribución desde que empecé en este negocio, pero no estoy solo. Me acompaña una tripulación de jóvenes talentos que he ido reclutando y que son muy buenos en sus respectivas disciplinas. Además, Arka es un proyecto abierto a nuevas incorporaciones. De ahí su nombre. Todo el que quiera formar parte de él no tiene más que ponerse en contacto con nosotros y demostrarnos lo que sabe hacer. En cuanto surja un trabajo que requiera de sus habilidades, contactaremos con él.

Respecto a lo de ser mi propio jefe, es una ventaja y un inconveniente. La ventaja es que tengo el horario de trabajo que yo mismo me impongo, y el inconveniente es que como trabajo en lo que me gusta, nunca encuentro el momento de decir “basta”. Hace tiempo que no distingo entre días laborables, festivos o vacacionales. Para mí todos son iguales. Y me voy a buscar un problema en la vista como siga así…

Pues con el proyecto que tienes entre manos no vas a descansar mucho los ojos…

¿El proyecto? ¡LOS proyectos! Estoy metido en cien mil historias, y algunas surgen de un día para otro. Mira, estoy en Escorto, estoy en el Congreso Internacional de Música de Cine de Úbeda, estoy montando vídeos cada dos por tres, y encima estoy con un nuevo corto… no, espera, estoy con TRES nuevos cortos, cada uno en una fase. ¿Qué hago? ¿Desaparezco sin más? ¿Apago el móvil y me voy a una isla desierta? Me gustaría, pero ahora mismo no puedo. Creo que me he convertido en un adicto al trabajo…

Hablando de cortos, ¿cómo valoras el actual panorama del cortometraje español? ¿Tiene salidas más allá de festivales especializados?

Esto ha llegado a un punto en el que, o revienta, o no sé lo que va a pasar. Antes el cine era cosa de unos pocos, pero la tecnología digital lo ha democratizado tanto que ya no hay límites. Hoy parece que todo vale, y a cualquier pamplina la llaman corto. No me parece justo meter todo en el mismo saco. Hay gente hipotecando sus casas, sus coches, su vida, con tal de sacar adelante un proyecto en el que nadie cree, sólo ellos, y luego está el típico payaso que graba un chiste de Los Morancos, lo cuelga en Internet y le dan un premio.

¿La culpa es del público? Si es un premio del público y llevas a tus amigotes para que te voten, pues sí. Pero seguramente habrá otro sector de ese mismo público al que no le haga mucha gracia. El público es sabio, y sabe distinguir una buena obra de una mala, y sabe lo que es un corto y lo que es una mierda pinchá en un palo. Por otro lado, el público también es muy comodón, y muchos sólo ven lo que les ponen delante. Por eso los festivales tienen una inmensa responsabilidad, porque son los escaparates en los que se exhiben nuestras obras, y en función de lo que proyecten, favorecen o perjudican la opinión que la gente tiene sobre el cortometraje, y por extensión del cine español.

¿Qué salida tiene un corto más allá de un festival? Por mi experiencia, te lo puede comprar una televisión para emitirlo, o lo puede hacer sin que te enteres porque está compinchada con algún festival que le proporciona DVD’s de cortos en plan pirata, lo pueden incluir en un recopilatorio para venderlo o en un catálogo promocional para difundir el cine que se hace en tu comunidad autónoma, lo pueden regalar con una revista, lo pueden proyectar formando parte de algún ciclo, lo pueden utilizar como ejemplo para los alumnos en una escuela de cine, se lo puedes regalar a gente del sector audiovisual para que te conozcan y sepan lo que haces, y finalmente lo puedes ceder a Internet para que perdure por los siglos de los siglos, amén.

Pasemos a Escorto. El pasado año, además de tu función en el equipo técnico, presentaste un spot que recibió bastantes felicitaciones y que encima rematarías con un making of de lo más simpático. ¿Cómo explicarías lo que podemos encontrar en una breve pieza como “Travelling”?

Es un anuncio que rinde homenaje al cine a través de varios de sus iconos. Tenemos una Gilda, un Bogart, un Tony Manero, un Clint Eastwood, un James Bond y un “Estiben Sigal”. Quería hacer un repaso, un “travelling”, por personajes famosos de algunos géneros en torno a una partida de cartas, y mantener la intriga de a qué están jugando hasta el final. No sé por qué lo presentaron en la gala como “partida de póker” porque claramente no están jugando a póker. Están jugando “a las películas” con los elementos que intervienen en la realización de una película: guión, producción, vestuario, maquillaje, música, etc. El making of lo hice para gamberrear un poco con el montaje, cosa que me encanta, y acabó gustando más que el propio anuncio. Este año, si me da tiempo, presentaré otro aunque no competirá porque soy del “staff”.

Exacto. Este año repites como colaborador.

Y con más responsabilidades, de lo cual se deduce que quedaron satisfechos con mi participación el año pasado. Por el momento ya he hecho las cortinillas de los ESpots y en cuanto empiecen a mandarme los cortos seleccionados iré preparando los vídeos que se proyectarán durante el Festival, que volverá a tener su making of. Intentaré que no se me escape nada cuando esté allí.

Como ya he preguntado a otros miembros del staff, a nivel profesional, creativo y personal, ¿qué te aporta este trabajo?

Profesionalmente estamos demostrando que el teletrabajo funciona y puede levantar un festival de cortos desde distintas partes de la geografía: Galicia, Madrid, Valencia, Andalucía… Nos reunimos en nuestra oficina virtual, tratamos lo que haya que tratar, nos ponemos deberes, y hasta el siguiente contacto. Trabajar así es muy cómodo. Creativamente, Escorto no es un festival cerrado en el que “tú te encargas de esto y no te metas en lo que hace el otro”. Hombre, hay que acotar responsabilidades y al final alguien toma las decisiones, pero siempre se tiene en cuenta la opinión de los demás por el bien común del festival. Personalmente, es un gustazo ser parte de la familia de este bebé y verlo crecer. Cada vez que me entero de un nuevo logro que el equipo de dirección y producción ha conseguido, lo celebro porque sé que están luchando por convertir Escorto en un referente nacional, y esperemos que internacional. Hay muchos desafíos sobre la mesa y ojalá todos se cumplan, incluido éste.


¿Cómo recuerdas la experiencia de Escorto 2006?

He estado en muchos festivales de cortos y he visto de todo: desde superlujo al cutrerío máximo. Escorto no es ni una cosa ni otra. ¿Sabes a lo que me recordó? A una quedada de Internet que se había estado preparando durante meses, porque a medida que íbamos llegando nos reconocíamos y, como diría Raúl, “nos poníamos cara”: “¡ah, tú eres nosequién, el del foro tal, o el del blog cual, qué tal tío!”. Fue como ir a pasar un fin de semana con los amigos, sólo que nos juntábamos para ver cortos, hablar de cine, de proyectos, y por último dar unos premios. Íbamos a comer, a cenar, de copas, todos juntos: organización jurado, invitados… formando un grupo muy simpático que caminaba por las calles de El Escorial como el Rat Pack o el Frat Pack, aquí el Escorto Pack, en un plan distendido, cercano y familiar, acorde con el lugar. Los tres días que duró estuve muy a gusto, y espero que este año el ambiente sea el mismo. Eso sí, tú y yo no volvemos a perdemos los canapés por estar haciendo entrevistas…

¿Cómo recomendarías a los lectores la asistencia obligada al festival?

No sabéis lo que os perdéis. Así de claro.

Muchísimas gracias por esta divertida entrevista. Nos vemos, faltaría más, en Escorto 2007.

Gracias a ti. Ah, ¿estoy a tiempo de sugerir jurados? Es que tengo un par de ideas muy buenas…

by David López

28 mayo, 2007

Retratos Foxy Lady



26 de Mayo de 2007, se estrena en Madrid, en el Salón de actos del Colegio Mayor Isabel de España “FOXY LADY”.



El publico espera en los pasillos y en la cafetería del Colegio. El corto se hace de rogar.


Cerca de las 21h la gente ocupa sus asientos en el salón de actos del centro.



Álvaro Oliva sale a presentar el cortometraje y anuncia que primero se proyectará “Enigma: Cantabria Profunda”, después el esperado “Foxy Lady” y por ultimo el making Of del mismo.



“Foxy Lady” comienza al fin. Protagonizado por Nacho Vigalondo, Ana Asensio y dirigido por Álvaro Oliva.




Los protagonistas salen al estrado y se forma un coloquio donde el publico pregunta sus dudas. (Álvaro, Nacho, Ana).


Tras el estreno muchos salen a hablar del cortometraje y fumar un cigarrillo. Incluido el equipo de rodaje.



La noche acaba de empezar y la primera parada para cenar es el madrileño barrio de Malasaña. Cañas y tapas típicas de spanish.



Nacho haciéndose con una de las cañas.



De tapas a una autentica cena donde el pan andaba un poco duro. (Álvaro Oliva, Nacho Vigalondo, Isaac Berrokal).



La cena revoltosa que no se dejaba comer por culpa del “mocoqueso”.



Vigalondo desapareció y nos indicó un lugar para quedar con él. Cuando llegamos al sitio en pleno corazón de Gran Vía, le encontramos en el escenario dando caña al público en un karaoke de mucho nivel.



Algunos tenían el amplificador en la propia oreja, aun así disfrutamos del show Vigalondo…



Allí dejamos al equipo de “Foxy Lady” celebrando a ritmo de karaoke, que no de Hendrix, su gran estreno. Nosotros volvemos a casa.

by Isaac Berrokal

PRÓXIMAMENTE: Ilsa vuelve, más joven.

24 mayo, 2007

Escorto va fuerte: Jurado II y III: Tonio L. Alarcón y Koldo Serra

El festival actualiza su web enfermiza y vigarosamente. Registramos aquí lo que nos compete gracias a otro enfermo de las cosas bien hechas, David López. Ello se trata de 4 entrevistas: una a dos nuevos y vertiginosos jurados y 2 más a parte del staff del festival, que se completarán con decenas de nuevas entregas que cubrirán a todas esas voces que nunca oímos y que deberíamos.

Sí, habéis oído bien, os endiñamos 2 actualizaciones enormes de golpe. De nada.




Entrevista a Tonio L. Alarcón


-¿Cómo valoras desde el punto de vista actual tus comienzos en la revista online “Joined!” y la sección de actualidad cinematográfica en el programa “Fora d’hores” de Radio Nacional?
- ¡Muy, muy verdes! Por entonces era un jovenzuelo que ni siquiera había terminado la universidad e intentaba destacar. Me sirvieron especialmente para aumentar mi pasión por el cine y foguearme profesionalmente pero, desde luego, eran sólo el principio de un camino con muchos baches, bifurcaciones y tramos cortados.

- En tu currículum podemos descubrir tu cara más polifacética con publicaciones que abarcan tanto el cine como el cómic, los videojuegos o la novedad tecnológica. ¿Cómo estimas tu propio trabajo en relación a esta diversidad temática y objetual?
- Es, sencillamente, una realidad del trabajo periodístico: tienes que aprender a tocar todos los palos posibles, lo que requiere no sólo mucha paciencia, sino también mucha pasión por aprender. Afortunadamente, a mí me sobra, y de hecho es una de las cosas que más adoro de la profesión, la posibilidad de estar continuamente aprendiendo.

- ¿El experto o el especialista de nuestro día debe poseer en este sentido una formación holista?
- Si con holista te refieres a multidisciplinar, creo que sí. Para mí, uno de los grandes problemas de la sociedad actual es que se ha perdido el deseo de aprender continuamente, de crecer como persona mediante la asimilación de conocimiento. Y es algo que me parece esencial para poder lanzar reflexiones ricas y profundas.

- Además de ejercer como redactor jefe en “VídeoPopular“, una publicación orientada principalmente a profesionales del sector, eres crítico cinematográfico de dos revistas tan conocidas en España como “Imágenes de Actualidad” y “Dirigido por”. ¿Qué representan estos trabajos en tu vida profesional?
- Es interesante, porque son trabajos que se complementan. En “Imágenes de Actualidad” y “Dirigido Por” tengo que esforzarme en lanzar una visión global sobre el hecho cinematográfico, contextualizando, añadiendo capas y más capas a la reflexión. Pero “VídeoPopular” me conecta con el día a día del audiovisual, y me baja a la tierra, cosa que me parece esencial para mantener una perspectiva correcta con respecto al público.



- En estas revistas has participado en estudios ciertamente variopintos que incluyen desde retrospectivas del cine de artes marciales hasta las incursiones del superhéroe en el celuloide. ¿Cuáles son tus debilidades como espectador teniendo en cuenta la amplia gama de textos en los que has colaborado?
- Ante todo, me encanta el cine, así que no le cierro puertas a nada: me gusta experimentar cualquier forma y estilo, odio los prejuicios y las ideas preconcebidas. Pero, como dices, es inevitable que uno tenga unos gustos particulares, y puedo decir que yo tengo dos grandes debilidades: la comedia clásica y el fantástico en todas sus vertientes, que es mi mayor pasión. Vamos, desde Jacques Tourneur hasta Dario Argento, no tengo manías.

- Algunos de tus textos más sobresalientes son monográficos dedicados a los directores más innovadores y destacados del panorama internacional. ¿Cuáles son los realizadores que para ti están marcando la pauta del cine del siglo XXI?
- ¿Podemos hablar de directores que estén “marcando pautas” cuando apenas llevamos siete años de este siglo? ¿O es que estamos demasiado pendientes de buscar al próximo Godard? En este tipo de valoraciones, demasiadas veces los críticos le damos la espalda al público, somos demasiado elitistas. Igualmente, creo que es demasiado pronto para hablar de ello.

- Como gran devoto que soy de la cinematografía asiática, no quiero dejar escapar la oportunidad de preguntarte sobre la misma a raíz de tus escritos sobre Kim Ki-duk o Park Chan-wook. ¿Qué opinas del grueso de la producción asiática y su actual demanda y valoración en Occidente?
- Opino, y sé que me voy a ganar algún collejón por lo que voy a decir, que se tiende a sobrevalorar el cine asiático por el mero hecho de ser asiático. Es cierto que, al no cargar con las mismas ideas preconcebidas ni figuras de estilo occidentales, de allí están surgiendo algunos de los cineastas más frescos y más innovadores de la actualidad, pero también hay mucha mediocridad que se infla mediante el llamado “efecto kimono”. Creo que estamos aún demasiado metidos en la fiebre asiática como para poder valorarla con perspectiva: cuando las cosas se calmen dentro de unos años, podremos sentarnos y ver, realmente, qué ha aportado esta ola asiática.

- Totalmente de acuerdo. Ambos cubrimos para distintos medios el reciente Festival de Cine Asiático de Barcelona. En las proyecciones del certamen encontramos las últimas obras de realizadores tan celebrados y decisivos como Jia Zhangke, Tsai Ming-Liang y Apichatpong Weerasetakul. ¿Crees que realmente suponen una inflexión estética y conceptual en la cinematografía contemporánea?
- Me ganaré otra colleja, pero no. No creo que supongan una inflexión, sino que son tres realizadores muy, muy personales, además de muy, muy interesantes, que recuperan unas ciertas ideas de puesta en escena que recuperan tanto de la Nouvelle Vague como del New American Cinema. Y las usan con inteligencia, articulando un discurso propio, pero no creo que estén innovando nada, sino dando un “paso atrás” que es muy necesario para ver el cine con perspectiva. Es esencial que surjan directores como ellos.

- A otros miembros del jurado ya les he preguntado por su visión de la inabarcable red de blogs dedicados al cine que han ido adquiriendo protagonismo en los últimos años. ¿Cuál es tu apreciación de un medio al que también dedicas tus esfuerzos, tanto a través de tu propio blog como con tu colaboración en Supernovapop?
- La libertad que tanto internet como los blogs han aportado para que cualquiera dé su opinión ha hecho que surjan voces nuevas, interesantes, pero también mucho texto infumable. Es enriquecedor que cualquiera pueda dar su opinión cinematográfica, pero lo malo es que hay demasiada gente que usa de forma pésima ese nuevo poder mediático. Desde los tiempos del HTML, internet siempre ha sido una base de datos enorme en la que es inevitable tener que rebuscar entre la basura, y creo que es algo inherente al mismo concepto de la red de redes.

- Tengo curiosidad por tu libro inédito dedicado a John Woo.
- Fue un proyecto de mi época universitaria, un repaso a la biografía y a la obra del director chino con el que me lo pasé pipa. Hubo conversaciones con algunas editoriales, pero entonces era un pipiolillo y no se llegó a nada. Y claro, la carrera de Woo no me ha facilitado seguir moviendo el libro, así que descansa en un cajón...

- ¿Qué otras publicaciones estás preparando actualmente?
- Tengo algún proyecto en cartera del que no puedo decir nada por una cuestión supersticiosa, aunque sí puedo decir que participo en los próximos libros que publicarán el Festival de Sitges y la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián.

- Además de tu labor como crítico, habría que remarcar que también has dirigido varios cortometrajes en formato vídeo. ¿Qué tal fue esta experiencia como creador?
- Muy instructiva. Te hace ser consciente de lo difícil que es rodar algo con cara y ojos, por bueno que creas que es el material de partida.

- En tu etapa universitaria, cursaste clases de guión. La formación, ¿es esencial para el futuro realizador?
- En mi caso, mi intención era, puramente, ser guionista. Nunca me ha atraído especialmente la labor de director, pero como los guiones no se ruedan solos, me tuve que poner tras las cámaras. Aunque sí, creo que, en general, un director debería tener una cultura cinematográfica lo más amplia posible, por la perspectiva que eso te puede dar sobre el oficio.



- En esta línea, podemos recordar que eres profesor en la Diplomatura en Teoría y Crítica de Cine de la Escuela Observatorio de Cine. ¿Qué acentuarías de esta ocupación?
- Como profesor, y es algo que comparten todos mis compañeros de la escuela, le doy mucho peso a la necesidad de que mis alumnos aprendan a ver las películas con ojos atentos, críticos. No creo que sea tan importante que aprendan a escribir de una forma determinada como a mirar con una actitud concreta. A partir de ahí, cada uno encuentra su propia voz. Y, la verdad, me parece apasionante intentar cambiar los vicios del espectador pasivo. Es muy complicado, pero muy interesante.

- Este año, además, serás miembro del jurado de Escorto 2007, el Festival de Cortometrajes de El Escorial. ¿Cómo valoras un soporte fílmico como el cortometraje?
- Como un formato de expresión tan válido como el largometraje, pero al que no se le da tanta importancia porque se le considera el “hermano pequeño”. Lo que es una soberana tontería y una enorme estrechez de miras, por cierto, porque se han hecho cortos maravillosos, mejores que muchos largos.

- ¿Qué opinas del actual panorama del cortometraje realizado en nuestro país? ¿Está en su mejor momento a raíz de los premios internacionales para nuestra nueva hornada de directores?
- Creo que hay, sobre todo, una explosión cuantitativa, especialmente debido a que la aparición de los formatos digitales, y sobre todo las cámaras HDV, han facilitado mucho la producción y la posproducción. Y al haber mayores posibilidades de rodar, también hay más oportunidades de que surjan autores interesantes, lo que debería ser beneficioso para la industria del cine español... Pero ya sabemos de qué cojea ésta.

- Los festivales de cortometrajes, ¿te parece que son un buen punto de partida para los nuevos realizadores?
- El problema es el de siempre: es una buena manera de que se les conozca, de que esos realizadores se abran camino, pero allí la mayor parte del público son otros directores, no ganan realmente una notoriedad pública. Debería haber un mayor apoyo por parte de las cadenas de distribución y de las televisiones, pero como el cortometraje no genera ganancias a corto plazo, se deja de lado. Por fortuna, páginas como YouTube alivian el problema, pero ofrecen una resolución tan pésima...

- Seguro que me puedes revelar algún cortometraje al que tengas especial cariño.
- Me gusta mucho El columpio, de Álvaro Fernández Armero. Lástima que su filmografía como director de largometrajes no me parezca tan interesante, aunque Nada en la nevera tuviera detalles atractivos.

- Pues hemos llegado al final de nuestra entrevista. ¿Quieres añadir algo?
- Sólo que creo que, entre todos, deberíamos apoyar más al cortometraje español. Sólo le hacemos caso al formato cuando algún español resulta nominado para un premio internacional, si no... Nada de nada.

- Pues muchas gracias por todo. Nos vemos en Escorto 2007.
- Nos vemos. Espero (con ánimo de esquivarlas) esas collejas.



Entrevista a Koldo Serra

1- Koldo, te licenciaste en Bellas Artes en la especialidad de Audiovisuales. Me gustaría saber si por aquella época ya tenías claro que lo tuyo sería el cine.
Si, la verdad es que lo tenía claro... Por lo menos que quería intentarlo.
A pesar de comenzar con esto de las cámaras y la edición, haciendo vídeos de skate, antes de entrar en la Facultad yo ya había hecho mis primeros pinitos en el mundo de la ficción audiovisual.
Para entonces había hecho un par de cortos en vídeo (los “Photomatones”) y había rodado “Háchame!” en 16mm. De hecho como trabajo de final de carrera (una buena excusa) rodé “Amor de madre” junto a Gorka Vázquez.

2 - En relación con esto y teniendo en cuenta lo que ya he preguntado a otros miembros del jurado, ¿crees que la formación es necesaria para el futuro cineasta?
Yo siempre he creído que todo lo que sea aprendizaje es bueno. Ya sea de una manera académica como autodidacta. A veces le tienen que educar a uno y enseñar a ver cine. Aunque eso sin una buena práctica es como si no hubieras hecho la mitad del trabajo. Un gran teórico sin experiencia no sirve de nada. Hasta que no te enfrentas a un guión técnico, un rodaje o una postproducción no tienes la formación completa. Que diferente es imaginárselo y después intentar llevar a cabo lo pensado.

3- Tras una serie de cortometrajes rodados en vídeo, tu debut en formato cine llegaría con “Háchame!” en el 96. ¿Cómo fue aquella experiencia? ¿Qué aprendiste de cara a futuros trabajos?
Realmente el gran salto comparado con los cortos en vídeo te lo da el material. Me explico, en vídeo puedes rodar lo que quieras, las veces que quieras, mientras que cuando lo haces en celuloide hay que saber economizar, hay que optimizar. Para un chaval de 21 años rodar en 16mm es muy caro, de manera que ensayas mucho y preparas mucho el plano antes de tirar película. Además obviamente de que aprendes la técnica y la dinámica de trabajar en celuloide. Es una buena manera de entrar en el cine.
Aún así, me encantaría aclarar que lo rodé en cine pero lo acabé montando en vídeo porque nunca nos llegó la pasta. El verdadero debut sería “Amor de madre”, ya en 35mm.

4 - Más tarde, con “Amor de madre” y, sobre todo, “El tren de la bruja”, comenzarías a obtener reconocimiento en parte gracias a numerosos premios nacionales e internacionales. ¿Qué podrías comentarme de estos dos cortometrajes?
Amor de madre fue el primer corto cuyo rodaje podría denominarse “profesional”. Un equipo grande, varios días de rodaje, actores profesionales y una cámara de 35mm. Fue un aprendizaje muy duro, casi ninguno teníamos experiencia y eso se notó en el rodaje. Acabamos rodando por la noche casi todos los planos que eran de día y viceversa. Fue un master en rodajes.
En cuanto al resultado, he de ser crítico en cuanto al guión, que creo que era un poco flojo. Visualmente estoy muy contento con como quedó.
Respecto a “El Tren de la bruja” lo considero mi mejor trabajo hasta la fecha en cuanto a cortos se refiere. Quedé muy contento con el resultado y en ello tiene mucho que ver el excelente guión de Vigalondo que fue punto de partida para el guión definitivo.
Me apetecía trabajar más con actores y menos pensando en lo que se ve en pantalla. “Amor de madre” es muy rico en cuanto a encuadres, dirección de arte, detalles y demás, pero aquí quería centrarme en el trabajo con el actor y el ritmo, de manera que el espectador o entra en la historia o se aburrirá.
La verdad es que todavía hoy en día sigue funcionando en varios festivales nacionales e internacionales.

5 - Estos galardones en diversos festivales, ¿te abrieron de alguna manera las puertas para proyectos más arriesgados y ambiciosos?
Suena triste pero es así. Si haces premios, suenas y es una de las pocas maneras de abrirte algunas puertas. Es evidente que el Mèliés de Oro al Mejor Cortometraje Europeo Fantástico es mi mejor carta de presentación cuando tengo que tocar algunas puertas.
Lo jodido de esto es que luego ves a mucha gente que solo respira por los premios, que no duerme y que se está quejando todo el día viendo si se lo dan a otro.
Incluso hay algunos que reconocen no haber hecho lo que querían, si no algo que saben va a funcionar con el público. Hay varias constantes que se repiten todos los años.
Yo creo que hacer un corto implica el querer contar lo que te apetezca, experimentar, probar cosas y aprender a narrar. Creo que el enfoque de los premios es erróneo... Aunque como he empezado la respuesta, tristemente a veces es la única manera de abrir algunas puertas.

6 - Por todo ello, ¿Son los festivales uno de los mejores puntos de partida para el director debutante?
Por supuesto, pero más que por lo premios, por el poder enseñar tu trabajo. Ver como funciona con público, ver como reacciona la gente, otros directores... Eso es lo interesante. Cuando haces algo es para que se vea. Esa es la primcipal finalidad de esto.
Obviamente además los festivales son una manera de hacer contactos y darte a conocer. Muchos proyectos surgen en los mismos, ya sea porque conoces a alguien con quien te apetece trabajar o hay alguien con ganas de producir que se fija en tu trabajo. Nunca se sabe por donde pueden surgir la ideas.

7 - Con tu primer largo, “Bosque de Sombras”, el salto cualitativo y cuantitativo estaba asegurado. Posiblemente sorprendió un cierto cambio de registro con respecto a “El tren de la bruja”. ¿Cómo nace un trabajo de esta envergadura? ¿Cuál es la génesis de esta película?
Principalmente yo no quería hacer terror. Hasta ese momento si es cierto que el común denominador de mis cortos, era el fantástico o el terror, pero creo que la saturación en mi cabeza de películas vistas en Sitges y Donosti y el no ver nada realmente original echó para atrás mi idea de meterme con el fantástico. Hasta que no encuentre una idea que me parezca realmente original no quiero hacerlo, no quiero hacer otra más con los mismo tics y clichés que están de moda (espero no retractarme de mis palabras, ja, ja, ja!) Aunque muchas veces la culpa es quien pide y produce el producto. No hay riesgo.
Por otro lado la idea en “Bosque de Sombras” era la de escribir algo pequeñito, algo que no asustase a un productor, algo no muy complicado de levantar. Vamos que no estaba escribiendo la gran película que iba a revolucionar el cine con miles de efectos y extras corriendo por una llanura.

8- El reparto es de auténtico lujo. ¿Cómo se logra reunir en tu primer largo a Gary Oldman, Virginie Ledoyen, Aitana Sánchez-Gijón, Paddy Considine y Lluis Homar ?
Pues mentiría si te dijese que conozco la fórmula. Supongo que habiendo nacido en Bilbao, ja, ja. Es broma.
La verdad es que una vez quitado el miedo a mandar el guión a actores de la talla de los citados, resulta que ellos lo leen y si les gusta se interesan en uno. Además del guión, se les mandó un DVD con “El Tren de la Bruja” de manera que pudieran ver que por lo menos el director ya había hecho cosas anteriormente.
Una vez leído el guión y habiéndose interesado la cosa pasa por reunirte con ellos y convencerles de que se tienen que implicar.
En general hubo muy buena química y se apuntaron a la primera. Incluso hay alguno más que no revelaré que nos dijo que si.
Eso si, a todos hay que pagarles lo que cuestan (o algo menos), que nadie se piense que han venido por mi cara bonita, ja, ja.



9 - Aunque ya los has comentado en varias ocasiones y la has definido como “western rural“, te agradecería que me comentases tus referentes como director o incluso espectador a la hora de rematar “Bosque de Sombras”.
Yo soy muy fan del cine de los años 70. me gustan mucho varias de las peliculas de gente como Boorman, Peckinpah, Frankenheimer, Friedkin o Siegel. Además, por supuesto, de los westerns de Leone y Corbucci. Supongo que hay mucho de todo ello en mi película. Muchas de las influencias son evidentes aunque apenas hay un par de homenajes descarados. ¡Mucha gente fliparía si supiera hace cuanto que no veo “Perros de paja”, ja, ja!
La pelicula es una especie de homenaje al cine que amo, además del intento de ser fiel a una manera de entender el lenguaje cinematográfico. No me suelen gusta las pelis muy fragmentadas con ritmos atropellados (en según que caso, por supuesto). Quería además tratar de contar en clave de western una historia ambientada en otra época. Utilizar el lenguaje y los tics de las pelis de vaqueros, pero en otro entorno y en otro momento.

Como espectador me gusta mucho el cine seco, directo y muchas veces con finales agridulces. No me gusta que me cuenten siempre lo mismo y que sepas ya de antemano que les va a pasar a los personajes.

10- En un primer visionado, la incomunicación y la violencia parecen los lugares comunes más relevantes de la película. ¿Son éstos problemas de primera mano en un mundo irónicamente tan globalizado?
Yo creo que si. Ahora más que nunca la comunicación es sencillísima. Cualquiera con un ordenador en casa es capaza de trabajar con alguien que viva al otro lado del globo terráqueo. Pero de la misma manera el hacerlo de este modo implica cierta deshumanización. Ya no nos vemos, no hay contacto.
Yo he tenido broncas vía e-mail durante el proceso de la película con gente a la que no he visto en mi vida con la que incluso no he cruzado una sola palabra por teléfono. Ahora te deja la novia vía sms. La cosa está muy mal, ja, ja.

11 - Sobre el film reposa cierta ambigüedad moral en lo relativo a la definición de los caracteres de sus protagonistas, en los que no está tan clara la consabida dualidad bien/mal. ¿Qué puedes decirme al respecto?
Desde la escritura de guión teníamos claro (Jon Sagalá y yo) que en la película no habría “buenos y malos”, si no protagonista y antagonistas.
En la vida no todos somos buenos o malísimos, hay mil matices. Hasta la mejor persona que uno conoce a veces tiene envidia de alguien, se cansa de esperar o desea que otro no tenga éxito en algo que él ha fallado.
De esta manera sabíamos que corríamos el peligro de que el espectador no se identificase con los protagonistas y que entonces quizás no entrase en la película, pero era una cosa que queríamos probar desde el principio. Al final casi te identificas más con los supuestos “malos” de la trama.
Tratamos de que realmente no hubiera ningún personaje “simpático” y esto es una cosa que encantó a los actores.

12 - Cualquiera que haya visto la película podría destacar su agradecida factura internacional. Sé que Lionsgate distribuirá el film en Estados Unidos este mismo verano. ¿Cómo ha funcionado pues a nivel internacional en cuanto festivales y distribución?
La verdad es que fuera está funcionando muy bien. Se está pasando en varios festivales y la respuesta está siendo muy buena tanto por parte de la crítica como por la del público. Es bonito por ejemplo ver como la recibe el público inglés en Manchester, siendo los protas ingleses.
Lo bueno de contar con estas estrellas es que te aseguras más o menos cierta distribución internacional. Y eso en los tiempos que corren es mucho.
Yo creo que va a funcionar mejor en el extranjero que en España.

13 - Tengo que decirte que disfruté a lo grande del film en su pase sorpresa en el último Festival de Sitges. Si hay algo que agradecí en él es el resultar afortunadamente creíble y sincero, eso que los anglosajones denominan “make believe”. ¿No crees que precisamente la lacra del cine contemporáneo es que falla ese esfuerzo por parte de los realizadores para hacer creíbles los mundos de ficción o lograr despertar en el público la empatía hacia unos personajes determinados?
En algunas de las críticas aparecidas sobre la película se ha tildado mi dirección de fría. Yo no estoy de acuerdo, lo que yo intenté en todo momento es ganar distancia entre lo que estaba contando y la figura del director. Creo que para que no se note la mano del director (a veces omnipresente) y hacer creíble la dureza o “realidad” de la historia, tienes que hacer un ejercicio de contención del que no todo el mundo es capaz. Es muy goloso demostrar lo que sabes hacer con una cámara o meter música todo el rato, pero yo pienso que para que el espectador se creyese esta historia y a sus personajes, ésta debía de ser lo más “real” posible. Tenía que ser cruda, seca y sin mucho aspaviento técnico. Si eso falla, falla todo.
Me alegra saber que por lo menos con alguno la cosa funcionó.

14- Además de tus cortometrajes y tu primer largometraje, has firmado algunos videoclips y anuncios publicitarios. ¿Cuáles son las diferencias, ventajas y limitaciones en un medio en el que creas para otros por encargo?
Sobre todo ese, que tu capacidad creativa es menor al ser generalmente encargos. Aún así, siempre tratas de aportar algo, de dejar tu sello, pero es mucha la gente que opina.
Por otro lado, económicamente es todo más ventajoso, ya que trabajas muchos menos tiempo y la proporción con el sueldo es mayor, por lo menos en publicidad.
En el mundo de la música es otra cosa. Nunca hay pasta para promocionar las bandas, siempre tienes que andar ingeniándotelas para poder hacer algo digno y cobrar algo para no tener que hacer el clásico playback.
Aquí es dónde más uno piensa. Por lo menos te pones las pilas.

15 - Como el cine no lo es todo para el hombre, también has dedicado esfuerzos al cómic y el diseño. ¿Qué posibilidades y libertades te abre el noveno arte? ¿Cómo se compagina y complementa con el cine?
Yo siempre he creído en la coherencia de todo el producto. No entiendo cuando un cartel o un spot te están vendiendo lo que no es. Bueno, si lo entiendo (fines comerciales) pero no lo comparto. Muchas de las críticas y decepciones tienen que ver con las expectativas no cumplidas por parte del espectador o crítico.
Por ello intento que todo tenga una forma uniforme. Los créditos de una película, el trailer, el cartel o incluso los menús del DVD tienen que tener coherencia con el tono de la película.
De hecho yo he intentado meter mano en esos terrenos hasta donde me han dejado. Ha sido dura la pelea, pero creo que los logros en cuanto a cartel, trailers y press-books han sido más que buenos.
Luego, ya a modo técnico, el saber dibujar y haber hecho varios cómics, me ha ayudado mucho a la hora de plasmar las ideas en viñetas (storyboards) para hacerselas llegar antes al equipo. Todo ayuda.

16- Háblame un poco de las dos productoras de las que eres cofundador, Arsénico P.C. y Sayaka, que últimamente están conociendo éxitos muy significativos.
Pues la verdad es que ambas están funcionando. Todavía a una pequeña escala pero con las dos nos están saliendo trabajos... Muchos vídeo clips, algunas publicidades y varios videos corporativos. Para ser dos productoras en las que nos movemos bastante poco, no nos falta trabajo.
Además con Arsénico estamos metiéndonos a co-producir cortometrajes de otras personas que no tengan que ver con la productora y la cosa parece que está saliendo bien. Dos ejemplos prácticos son “Cirugía” de Alberto González, que no para de ganar premios y “Avant Pétalos Grillados” de Velasco Broca, primer cortometraje español presente en la Sección Oficial de la Quincena de realizadores de Cannes desde 1971.
Lo siguiente será entrar de alguna manera en nuestros largos.

17 - Aunque ya sé que este tipo de cosas se guardan bajo llave, tal vez puedas adelantarnos algo sobre nuevos proyectos.
La verdad es que hay poca cosa... Me han llegado algunas propuestas (incluso desde el otro lado del charco) pero no me han convencido nada. Después de haberme dejado la piel durante dos años y medio en “Bosque de Sombras / The Backwoods”, lo próximo en lo que me meta, me tiene que motivar al 100%.
Ando escribiendo algo, pero sin prisa. Ya revelaré más detalles cuando haya cosas cerradas.

18 - Este año, como miembro del cada vez más sorprendente jurado de Escorto 2007, tendrás la posibilidad de valorar y juzgar las obras de otros compañeros de profesión. ¿Cuáles son tus directrices o prejuicios a la hora de estimar un cortometraje?
Yo lo que valoro en un cortometraje es una buena idea, que me cuente algo. No soporto los cortos en los que se ha gastado mucha pasta, no se ha escatimado en medios, y todo para no contar nada. Hay cortos rodados en vídeo con actores no profesionales que cuentan cosas, podrán tener sus fallos pero intentan transmitir algo. Los cortos con vocación de “gracias audiovisuales” destinados a los premios del público no me suelen gustar nada.
En cuanto a temática, me gusta todo, desde lo más clásico a lo más experimental, siempre que como digo, haya algo detrás. No soy muy de cortos con temática “social” (tampoco de largos, ja, ja), a no ser que la forma rompa un poco con el buenrollismo del mensaje que se da.

Técnicamente la mayoría de los cortos es España son impecables, así que lo que te tiene que atrapar es el guión, los actores y una buena narración.

Obras como “Domingo” de Nacho Vigalondo demuestran que con una buena idea, un buen guión y un solo plano puedes contar muchas cosas.

19 - Como antes comentábamos, tú mismo te pusiste tras la cámara para rodar unos cuantos cortos. Conociendo los estrechos márgenes que establece el formato, ¿crees que es una buena manera de iniciarse en la realización? ¿Es posible presentar una obra estimable a pesar de sus limitaciones, sobre todo de tiempo?
Por supuesto que si. Por un lado y como comentaba antes, creo que es la mejor manera de aprender. Aprender a encuadrar, a montar, a dirigir actores y sobre todo a narrar.
Por otro lado, creo que es más fácil conseguir una obra estimable siendo el formato tan corto. En diez minutos, cuatro o los que sean, es más fácil contar algo sin fallar en aspectos como el ritmo, el guión o la técnica. De la misma manera, insisto en que hay que buscar una gran idea y la gran mayoría de las veces eso es lo más complicado.

20- ¿Algún cortometraje que te haya gustado especialmente?
Muchos. De los de siempre me quedo con “Mirindas Asesinas” de Alex De la Iglesia y el gran “Vincent” de Tim Burton.
Luego hay muchos cortos a los que les tengo mucho cariño, por considerarlos muy buenos y además haber estado implicados en ellos. Por ejemplo “7:35 de la mañana” de Vigalondo o “Snuff 2000” de Borja Crespo.
Un corto que me ha gustado siempre y me parece una maravilla es “Fade” de Eugenio Mira. No me canso de verlo.

21 - Por el momento ya te hemos interrogado bastante. Quieres añadir algo a lo dicho.
Arf, arf! Que para mí es un placer estar de jurado en esta edición de Escorto. Espero estar a la altura.

22- Pues muchísimas gracias Koldo, ha sido un placer. Nos vemos en Escorto 2007.

by David López

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Diseño Gráfico Escorto : Álex Alonso/Cristóbal Garrido



- Álex, parece que desde pequeño tenías bien claro que lo tuyo sería el diseño.
No creas, sabía lo que me gustaba hacer, pero ignoraba que algún día me pudiera llegar a ganar la vida con ello. Hasta que no acabé el instituto no me planteé seriamente la posibilidad de dedicarme al diseño de forma profesional.

- Durante tus años en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia, ¿qué aprendiste más allá de las clases?
Por desgracia en la Escuela se tocaban muy de pasada algunos campos que a mí me interesaban muchísimo, los relacionados sobretodo con programas de edición (Freehand, Photoshop, Dreamweaver, 3D Studio, ...), así que no me quedó más remedio que investigar por mi cuenta, como casi todo el mundo. Además, esta profesión es eminentemente autodidacta, es parte de su encanto, forma parte de tu desarrollo como diseñador. Una vez tienes una buena base sobre la que apoyarte (color, composición, tipografía, ...) las piezas empiezan a encajar y ya eres capaz de aplicar con criterio todos los estímulos, referencias y conocimientos de los que has ido empapándote durante años.

- Por aquella época, ¿cuáles eran las influencias que luego se reflejarían en tu trabajo?
La lista sería enorme. Puedo decirte que mis influencias van desde la cartelería del S.XIX hasta las portadas de videojuegos de los 80... De Toulouse Lautrec a Azpiri pasando por Warhol, Saul Bass, casi nada... Los estímulos recibidos son inabarcables: cine, ciencia-ficción, comics, videojuegos, televisión, ... De una forma u otra aplico en mi trabajo todas mis influencias según lo requiera el proyecto. De todas formas, y para responder más concretamente a tu pregunta, por aquella época recuerdo estar bastante ensimismado por el estilo potente y directo del rock duro, el grunge y por la estética manga. Creo que algo de eso ha quedado plasmado en mis trabajos bajo capas y capas de experiencias y referencias.

¿Cómo empieza tu etapa profesional?
Cuando aún estudiaba, en una época en la que casi nadie tenía internet (ni siquiera yo), empecé haciendo páginas web y carteles para conciertos. Bastante antes de eso hice algún encargo (remunerado por compasión) relacionado con la ilustración... Sí, se puede decir que un dibujo para las camisetas de las fiestas de un pueblo fue mi primer trabajo, 2000 pesetas que me supieron a gloria.

- En tu biografía afirmas que has hecho de tu pasión una forma de sustento. Posiblemente sea éste el sueño de toda la humanidad. ¿Qué me dirías al respecto?
Me considero un tipo afortunado por trabajar como freelance en lo que me gusta. Por regla general, los que trabajamos en algo creativo somos más propensos a esta “felicidad laboral”. De todas formas, como todo, también requiere esfuerzo, sacrificio, noches en vela, muchos “encargos gratuitos” y favores hasta llegar aquí. No sé hasta que punto la gente se plantea su trabajo exclusivamente como una nómina de fin de mes a cambio de 40 horas semanales, sólo sé que si yo no trabajara en esto, ahora mismo no tendría ni la más remota idea de lo que hacer con mi vida. Como le decía Homer a Graymito: “No nos pagan por trabajar, ¡nos pagan por fastidiarnos!”. Por suerte yo no pienso así.

- Aún recuerdo el impacto que me produjo en Escorto 2006 tu camiseta de
Hattori Hanzo de DonRobot.Com. ¿Cómo surge esta nueva odisea? ¿Qué podemos
encontrar en la web?
Vaya, me alegra que te impactara. Tuve la idea de la tienda guardada en la recámara durante bastante tiempo, pero gracias a las circunstancias y a un bendito arrebato, un buen día me lancé a por ello. En principio fue un “a ver qué pasa”, pero poco a poco la cosa fue cuajando. Ahora, con su año y pico de vida y gracias a todos los que han apoyado este proyecto y con mucho trabajo detrás, Don Robot ya se cree un poco más su lema de “Camisetas para dominar el mundo”.

¿Qué podeis encontrar en la web? Si eres un freak cinéfilo/cinéfago encontrarás un hogar, trato familiar y ambiente agradable, alguien que también se sabe de memoria el pasaje de “Ezequiel 25:17” y que hubiera estrangulado a Jar Jar Binks sin dudarlo. Si quieres gritar a los cuatro vientos: “¡Sí, soy un freak y me encanta el cine!”, con una simple camiseta, Don Robot es tu lugar, sin duda.

- Además del diseño cinematográfico, también te has implicado en la correalización de un cortometraje. ¿Cómo se genera este proyecto?
Como las mejores cosas de la vida, me vi involucrado en este proyecto (“Tribute”) de una forma totalmente espontánea. Mi gran amigo Antonio Castelo me pidió opinión sobre un guión que acababa de escribir. Con el tiempo me fui involucrando cada vez más en todo el proceso hasta que un día me ví en una armería comprando pistolas de fogueo para rodar el corto.

¿Qué tal la experiencia tras la cámara? ¿Repetirás?
Inmejorable, toda una experiencia vital. Cometimos maravillosos errores de novato, nos reímos, nos cabreamos, conocimos a gente interesantísima y a mí personalmente me ayudo a entender un poco mejor, salvando las obvias distancias, la labor de cineasta.

¿Repetiré? Eso espero. Tengo entre manos el que creo que es un gran proyecto, pero respeto demasiado esta profesión como para rodar algo sin estar 100% seguro de que es lo mejor que puedo ofrecer. En ocasiones veo como otros no hacen más que disparar al aire como locos... Yo tengo una sola bala en el cargador y a no ser que esté totalmente seguro de acertar el tiro, no dispararé. Creo que muchos deberian hacer lo mismo.

- Junto a Cristobal Garrido te has encargado un año más del diseño gráfico de la web de Escorto. ¿Cómo nace esta relación con el Festival de Cortometrajes de El Escorial?
El año pasado fue bastante caótico para Escorto, era su primer año y su gran acogida derivó en nuevas necesidades y nuevas ambiciones. A falta de 3 meses para la celebración del certamen, tanto su anterior imagen como su página web no cumplían las expectativas que estaba generando un festival en gran expansión. Así fue como uno de los directores de Escorto, Raúl Cerezo, delegó en nosotros este proyecto “sobre la marcha”. Digamos que el tándem formado por Cristóbal y por mí fue a Escorto lo que el Señor Lobo a Jules Winnfield y Vincent Vega en “Pulp Fiction”.

A nivel profesional, creativo y personal, ¿qué te reporta este trabajo?
Sin duda su repercusión es uno de los mayores alicientes, ya que Escorto es un festival que se mueve mucho y bien. Además estamos recibiendo muy buenas críticas con respecto al diseño, lo cual es muy reconfortante. Creo que se ha realizado una gran labor que está funcionando a la perfección. La gente parece contenta con este trabajo. Dar en el clavo con la idiosincrasia del festival, dotarlo de personalidad y calidad eran los objetivos marcados y se han cumplido. Además de eso, me encanta el cine, lo que supone un extra de motivación. Ello me ha permitido volcar mi experiencia como espectador y combinar dos de mis pasiones en un proyecto en el que creo y en el que me he implicado de forma muy personal.



- No debería olvidar que este año (junto al ya mencionado trabajo en la web) Cristobal y tú seréis los encargados de juzgar las obras presentadas en el concurso de carteles, novedad de esta edición, eligiendo el póster oficial de Escorto 2007. Además sois el jurado que coronará al mejor diseño gráfico del festival. ¿Qué os parece esta nueva función de la que ambos sois responsables?
Es la primera vez que ejerzo como jurado y la verdad es que es todo un honor que confien en tu criterio. Espero que no sea la última, es una experiencia que me gustaría repetir en el futuro.

- ¿Qué cualidades debe tener una obra para ser merecedora de estos galardones?
Con respecto al concurso de carteles, tendremos muy en cuenta la originalidad de la propuesta así como la integración de los dos “leit motivs” sobre los que gira esta edición 2007: “Mirindas Asesinas” y “Un Perro Andaluz”. Obviamente también serán relevantes para la decisión final aspectos como la técnica, composición, tipografía y color. Para elegir el premio al mejor diseño gráfico hay ciertos matices en el criterio que varían con respecto al concurso de carteles. Personalmente la cartelería cinematográfica es un campo que me apasiona. Me preguntaré cosas como: “¿Me vende este cartel el cortometraje?”, “¿Es fiel reflejo de la obra que representa?”. Sí, definitivamente tengo muchísimas ganas de dejarme los ojos mirando carteles, me apasiona esta labor.

- A propósito de estos premios, ¿qué pensáis de la actual situación en España en cuanto a diseñadores? ¿Tenemos grandes profesionales? ¿Hay trabajos destacados a un nivel más que aceptable?
En España hay grandes diseñadores, creo que es algo que a nadie le pilla por sorpresa, el nivel es altísimo. En cambio, sí que falta una cultura del diseño, falta “educar” a la gran masa. Todo el mundo cree tener un diseñador en su interior, lo cual es totalmente falso. En el aspecto cinematográfico, tengo un pesar enorme con nuestra cartelería. Es un campo en el que podríamos mirar a los ojos a Hollywood, plantarles cara porque está a nuestro alcance, pero nos empeñamos en desviar la mirada. Salvo honrosas excepciones, el nivel es lamentable, no sabemos vender una película, es así de crudo. No sé hasta qué punto es culpa de los productores, ni si es ignorancia o desidia, pero alguien debería cambiar la jerarquía en ese aspecto y delegar más en el criterio del diseñador. Ver al diseñador como un consejero más que como una herramienta para plasmar ideas nefastas sería un primer paso. Personalmente encargaría la imagen de una película a una agencia de publicidad o a un buen diseñador que supiera vender bien tu producto. Quizá ese sea uno de los principales problemas, negar que el cine no deja de ser un producto que hay que vender. Creo que la actual política de subvenciones tiene buena culpa de ello. Lejos de estimular y crear industria, alimenta a muchos parásitos, que ruedan sus anunciados fracasos de espaldas a un público para el que deberían trabajar.

Con respecto al tema del diseño en el cortometraje lo tengo claro, tiene un cáncer que se llama “amateurismo”. Esto es responsabilidad del director. El diseño de la cartelería en un corto debería ser tan importante como una cuidada fotografía, una buena dirección de actores o un buen sonido. No sería la primera vez que un cortometraje es rechazado de un festival nada más ver la portada del DVD. Una mediocre imagen exterior no augura nada bueno en su interior y hay muchos otros cortos haciendo cola para ser visionados. La labor de un director también debería abarcar este punto, debería mimar todos estos aspectos y delegar en un buen diseñador de la misma forma que lo ha hecho en un buen director de fotografía. Hay que empezar a cambiar esto desde los mismos cimientos del cortometraje si queremos en el futuro un cine más competitivo.



- Ambos ya sabemos lo que es vivir Escorto durante unos días. ¿Cómo recuerdas la experiencia de Escorto 2006?
Para mí fue una maravilla reencontrarme con amigos a los que hacía mucho tiempo que no veía y conocer a otros a los que tengo muchísimas ganas de volver a ver en Septiembre. Fueron 3 días geniales que recuerdo con muchísimo cariño.

¿Cómo recomendarías a un profano la asistencia obligada al festival?
Que los que fuimos el año pasado estemos contando los días que quedan hasta el 5 de Septiembre para repetir la experiencia debería ser suficiente para que alguien que no conozca Escorto se asome por allí... aunque sea por curiosidad. Si “Escorto I” fue bueno, preparaos para la secuela. “Escorto II” promete más acción, más humor, más estrellas invitadas y más cine.

Muchísimas gracias, puedes añadir lo que quieras.
Muchísimas gracias a ti por esta entrevista. Nos vemos el 5 de Septiembre en El Escorial.

Perfecto. Hasta pronto, nos vemos en Escorto 2007.



Entrevista a Cristóbal Garrido


Cristobal, ¿ya apuntabas desde pequeño tu camino hacia el diseño?
Desde que tengo uso de razón me he pasado las horas muertas dibujando. En el colegio era el típico niño al que la profesora le decía “Qué dibujo más bonito. Ve a enseñarlo” y me tocaba ir paseándome, muerto de vergüenza, por todas las clases de mi curso. Curiosamente no sé en qué momento me estanqué porque ahora no es que sea especialmente brillante en esa faceta…

Realizaste tus estudios en la Escuela Superior de Dibujo Profesional. ¿Cómo fue aquella etapa?
Pues imagino que como todo aquel que comienza a estudiar algo que le gusta. En el colegio o en el instituto hay asignaturas que te gustan más y otras nada de nada. Sin embargo en la Escuela sabía que todo el tiempo que estuviera allí iba a disfrutarlo al 100%. Además siempre es un gusto compartir tu tiempo con gente llena de talento e ilusiones similares.

¿Te parece que la formación es necesaria o se puede ser perfectamente autodidacta, al menos, en lo que se refiere a diseño gráfico?
Uff… Creo que la formación siempre es necesaria. Hay que tener unas bases, un mínimo con el que poder manejarte y no sólo hablo del manejo de los programas de turno que eso sí lo puede aprender cualquiera. Luego es evidente que si no hay talento o al menos un poco de buen gusto la cosa se pone más difícil.

Tras esta época, ¿cómo iniciaste tu carrera profesional?
Fue todo bastante rápido. El mismo año que me dieron el título fue año de elecciones. La Concejalía de Cultura de San Fernando de Henares se renovó y conocía a la nueva concejala. A partir de ahí empezó a funcionar el boca a boca y en poco tiempo me hice con una buena cartera de clientes con varias concejalías de distintos ayuntamientos.

Dentro de tus trabajos podemos destacar dos ámbitos concretos. Me gustaría empezar por eso que en tu web denominas "universo concejalías" en referencia a todos esos Ayuntamientos (o incluso la Comunidad de Madrid) que han solicitado tus servicios. Háblanos de esta sección de tu currículum.
Pues la verdad es que cuando estaba en la ESDP nunca me habría imaginado que el 80% de mi trabajo anual se desarrollaría en torno a todo tipo de concejalías: juventud, cultura, participación ciudadana, deportes, servicios sociales… Uno siempre sueña con ser reconocido por ese gran logo de esa gran empresa, pero el trabajo para los instituciones públicas te curte cosa fina. Se suele trabajar con poco margen de tiempo y te da mucha inmediatez con el resultado final.

También has aportado tu granito de arena a todo tipo de empresas, desde los logos de Kiss TV o la empresa de representación Surikato (permíteme que te felicite por ese agradable diseño a lo Warhol), hasta las webs realizadas para Yacaré Films. ¿Qué me podrías comentar de estos experimentos creativos de encargo?
Aquí cambio de registro con respecto a los ayuntamientos. Todas estas empresas se dedican de alguna u otra forma al terreno audiovisual, un campo más libre y creativo que a priori está más dispuesto a arriesgar. Además todas ellas son marcas jóvenes que buscan su mercado y desmarcarse del resto.
Kiss tv (canal de TDT de la popular emisora Kiss FM) tenía unas señas de identidad muy marcadas y habría sido un error prescindir de ellas. Los labios y los colores corporativos para mí eran sagrados y con el diseño propuesto se buscaba mantener estas pautas y transmitir una idea muy clara: Kiss en televisión.
El encargo de Surikato (gracias por el cumplido) fue un gustazo. Se trata de una empresa de representación de actores y actrices y en este sector, si somos sinceros, se cuida muy poco la imagen gráfica. Si te das un paseo por distintas webs de las agencias de representación verás que no se mima nada a sus actores en ese aspecto. Surikato tenía muy claro que quería un diseño tremendamente vistoso. Era importante que su book de artistas no pasara desapercibido sobre la mesa del director de casting de turno y según me cuentan la cosa funciona y nadie olvida a esos animalitos “warholizados”.
Para Yacaré Films, productora de cine y televisión de apenas cuatro años de vida con la que me unen lazos más allá del diseño, he realizado su imagen corporativa y el diseño de los dossieres de sus futuros proyectos. En diciembre estrenan su primera película “No digas nada” de la que estoy diseñando el cartel.

El otro ámbito concreto al que me refería antes es el "universo cartelera cinematográfica". Has diseñado cartelería para películas como "Más de mil cámaras velan por su seguridad" o "La Selva". Trabajando en un proyecto así, en el que asumes la responsabilidad de anunciar un producto, en este caso cinematográfico, ¿cuál es el método de trabajo?
Para mí es fundamental trabajar en el proyecto casi desde el origen. Uno de los grandes males del diseño gráfico en el cine español es la falta de materiales (como me sucedió en “La Selva”). Para “Más de mil cámaras…” y “No digas nada” organicé sesión de fotos con los actores durante el rodaje, cosa casi imprescindible, porque cuando acaban de rodar se cambian el look o empiezan con otro proyecto y se te complica la existencia. Es la única forma de tener un material que se ajuste a tu idea de cómo vender esa película. Si no lo haces eres tú el que está vendido y te encuentras con que lo único que tienes es un porrón de fotos del foto-fija realizadas durante el rodaje y que no te cuadran para lo que tú quieres. Ante eso sólo puedes prescindir de las fotos y recurrir a algo más conceptual, más gráfico, pero los productores junto a la distribuidora (y más si tienen alguna “estrella”) quieren ver CARAS. Y yo no soy para nada enemigo de este recurso. Es alucinante la cantidad de gente que va al cine sin saber qué películas van a ir a ver. Esas “caras”, esos actores son su única referencia más allá de lo que hayan visto en la promo de 20 segundos de la mano de Raquel Revuelta.
Por otro lado, y en esto entro en mil polémicas con algunos compañeros, es importante dejarte la “autoría” en casa. Lo importante es vender esa película y en eso (como en muchas otras cosas) los americanos nos llevan décadas de ventaja. Se les podrá reprochar que la mayoría de los carteles están cortados por el mismo patrón, pero al final funcionan. Con sólo echar un vistazo sabes si una peli es una comedia teenager, un drama de proporciones épicas, o una peli de acción, lo cual es de gran ayuda de cara a esos espectadores “indecisos”. Lo que no podemos hacer aquí es decir de la misma manera “te quiero” que “me cago” y para mi gusto alguno de los grandes, que lo son porque se lo han ganado después de muchos años despuntando y poniendo a España en el mapa del diseño gráfico internacional, te plantan el mismo cartel para un drama rural que para una comedia madrileña.

Precisamente hablando de "Más de mil cámaras velan por su seguridad", habría que destacar tu faceta como guionista, tanto de esta película como de "Somne". Por un lado me gustaría saber como surgen estos proyectos y, por otro, tu valoración de este nuevo formato creativo en tu trayectoria.
Bueno, de “nuevo” creo que tiene poco. Además del diseño siempre he tenido la inquietud de escribir. Antes de meterme en el cine hacía obras de teatro y cortometrajes por lo que el salto al largo era inevitable. Con el diseño gráfico me gano la vida, pero el cine me la da… aunque a veces, viendo algunos resultados también me la quita, pero imagino que le pasará a todo guionista que no dirige.

Ambos guiones están coescritos junto a David Alonso. ¿Cómo se ponen de acuerdo dos personas para desarrollar y escribir un guión?
Pues imagino que sabiendo trabajar en equipo y en mi caso, en calidad de guionista que no tiene intención alguna de dirigir, siendo muy consciente de que si el individuo que tienes enfrente es la misma que después va a sufrir el parto de dirigir la película tienes que ceder más de la cuenta. Me pasa siempre que he escrito con la persona que después tiene que defender la peli en el rodaje. Por muy claro que tú lo tengas si el director no lo ve… no lo ve. No le puedes pedir que vaya a rodar con una sola frase del guión en la que no crea, porque si él o ella no se lo traga difícilmente va a conseguir transmitírselo a su equipo.

¿Crees que repetirás en el medio cinematográfico?
Bueno, no lo creo… lo espero. Hay algunos proyectos que no parecen ir por mal camino.

Este año has fundado tu propia empresa, "Dr. Negrita (Estudio Creativo)". ¿Por qué esta decisión?
Pues Dr. Negrita nace como una necesidad de dar un paso adelante en mi actividad laboral. Hasta hace dos días he ido con mi nombre por delante, pero ahora es el momento de crecer, de contar con un equipo más amplio y de ofrecer nuevos servicios.

Junto a Álex Alonso te has encargado un año más del diseño gráfico de la web de Escorto. ¿Cómo nace esta relación con el Festival de Cortometrajes de El Escorial?
Somos otras víctimas agradecidas de este psicópata que es Raúl Cerezo, uno de los directores del Festival. No creo que le descubra a nadie la omnipresencia de este tipo en Internet así que no es de extrañar que fuera en este terreno donde nos captó para la causa. Y qué decir de Álex Alonso si es un crack. Pocos tipos reúnen ese talento y esa capacidad de trabajo como él.

A nivel profesional, creativo y personal, ¿qué te aporta este trabajo?
Sinceramente creo que Escorto es el Festival de Cortometrajes con más proyección de los dos millones que deben de existir actualmente. Es un gustazo trabajar en una muestra que no sólo se limita a ser un certamen de cortos sino que además tiene una vida tan intensa en un medio tan vivo como es Internet. Las iniciativas como el concurso de spots y el de carteles le hacen destacarse entre los demás. No me extrañaría que de aquí a unos años sea un modelo copiado por otros muchos festivales.

Ambos ya sabemos lo que es vivir Escorto durante unos días. ¿Cómo recuerdas la experiencia de Escorto 2006?
He vivido festivales grandes como el de Donosti o el de Málaga, pero en ninguno he tenido la sensación de sentirme en familia como en este. El pueblo de El Escorial es una delicia, se come de maravilla y se nota el cariño y el interés que se pone no sólo desde el staff del certamen sino desde el Ayuntamiento que ha sabido ver en Escorto una oportunidad única para apoyar al cine desde su primera expresión como es el cortometraje y además promocionar la actividad cultural del municipio más allá de sus fronteras.

¿Cómo recomendarías a un profano la asistencia obligada al festival?
Los directores de este festival no son periodistas, no son críticos, no son publicistas, ni gestores… Son cortometrajistas. Ellos conocen lo que cuesta rodar un plano y nadie mejor que ellos sabe cómo se trata los cortos cuando se hace la ruta de los festivales. Lo dicho. El hecho de ser un festival de cortometrajes organizado por cortometrajistas es la mejor garantía para que nadie dude en participar ni en pasarse por El Escorial a disfrutar de Escorto.

No debería olvidar que este año (junto al ya mencionado trabajo en la web) Álex y tú seréis los encargados de juzgar las obras presentadas en el concurso de carteles, novedad de esta edición, eligiendo el póster oficial de Escorto 2007. Además sois el jurado que coronará al mejor diseño gráfico del festival. ¿Qué os parece esta nueva función de la que ambos sois responsables?
Ya me he visto otras veces en el papel de jurado, pero nunca en un concurso con internet como terreno de juego. Ya sabemos las pasiones que desata el anonimato del que se disfruta en determinados foros. Esperemos que esa “pasión” se vea traducida en las propuestas de los concursantes y no en los improperios a nuestras señoras madres.

¿Qué cualidades debe tener una obra para ser merecedora de estos galardones?
Pues primero y principal ajustarse a las condiciones de las bases. Las limitaciones son pocas, pero las hay. Y básicamente ganará aquel o aquella que sepa conjugar de manera más original los temas propuestos, que mejor capte el espíritu juvenil y fresco de Escorto y que además… Bueno… la otra condición no la diré para no dejar en inferioridad de condiciones a los que ya han entregado entre los cuales hay grandes candidatos. Sólo pediré que se tenga algo de PICARDÍA y con esto me callo ya.

A propósito de estos premios, ¿qué pensáis de la actual situación en España en cuanto a diseñadores? ¿Tenemos grandes profesionales? ¿Hay trabajos destacados a un nivel más que aceptable?
Actualmente España puede hablar sin ningún complejo de inferioridad y de tú a tú con otros países que supuestamente son la elite del diseño mundial. Están los grandes totems cuyos nombres siempre se nos vienen a la cabeza como Mariné o Mariscal que han alcanzado hitos de reconocimiento internacional de quitarse el sombrero. Más que diseñadores son ya artistas con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. En el terreno de la cartelería cinematográfica yo echo de menos más grandes estudios de diseño a la manera de EE.UU. o Reino Unido, libres de la esclavitud que supone un estilo reconocible y que trabajan para vender única y exclusivamente la película de turno.

Como broche de oro, puedes añadir lo que quieras.
Me gustaría decir “Cerezo dimisión” que fue la coña del año pasado, pero de momento me conformo con darle las gracias tanto a él como a Diego López Cotillo así como al Ayuntamiento por confiar en Alex y en mí por segundo año consecutivo.

- Estupendo, muchísimas gracias. Nos vemos en Escorto 2007.

by David López

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